Apenas mueve la cabeza, pero su sueño es volver a entrenar

Dos disparos seccionaron la médula espinal de Luis Fernando Montoya cuando estaba en lo más alto de su carrera.Había llevado a un equipo humilde, el Once Caldas colombiano, a la conquista de Sudamérica en un hecho sin precendetes y tenía un proyecto de futuro como entrenador en España.Quedó tetrapléjico y hoy apenas mueve la cabeza. Una historia de sueños rotos y un sólo pecado: proteger a su mujer y a su hijo de unos ladrones.
Luis Fernando Montoya
Luis Fernando Montoya
20minutos.es
Luis Fernando Montoya

Hace menos de dos años, Luis Fernando Montoya era el técnico de moda en Sudamérica. Bajo su dirección, el Once Caldas, un equipo extremadamente humilde, se proclamó vencedor del campeonato colombiano.Pero la hazaña se vio incrementada cuando el equipo sorprendió a toda Sudamérica, alzándose con la

Copa Libertadores en 2004 y disputando la
Copa Intercontinental contra el Oporto, que ganó la Copa de Europa de ese año con Mourinho en el banquillo.

Montoya era el técnico del momento, el más laureado. Pero el destino le jugó una mala pasada.

El 22 de diciembre de 2004, su mujer volvía a casa de sacar dinero en un cajero cuando dos ladrones la asaltaron. Luis Fernando, que estaba dentro del domicilio, salió a la puerta para socorrerla. Al ver que los delincuentes iban armados, en un acto reflejo, tapó a su hijo, que ahora tiene cuatro años, y metió una de sus manos en el bolsillo para darles dinero a los atracadores. Pero estos, al creer que pudiera ir armado, le dispararon en dos ocasiones en el cuello, seccionándole la médula espinal y dejándole tetrapléjico para el resto de su vida.

Desde ese instante, Luis Fernando Montoya sabía que su sueño, todo aquello que tanto esfuerzo le había costado conseguir, había terminado. Del cielo al infierno en décimas de segundo.

Casi un año y medio después, postrado en una cama y sin apenas fuerzas para hablar, el ex técnico del Once Caldas continúa teniendo ganas de vivir y de regresar a los terrenos de juego.

La pasada madrugada, en el programa 'El larguero' de la Cadena Ser, Montoya, de 48 años, concedía su primera entrevista a nivel internacional tras el trágico suceso.

La vida hay lucharla hasta el final
En ella, dio una lección de entereza y coraje, asegurando que "la vida hay lucharla hasta el final", por lo que él todavía sueña con que la ciencia avance y le permita retomar su vida en las canchas.

"Sueño con volver a entrenar, estaba en mi mejor momento. Tenía proyectos de futuro. Iba a viajar a España para empaparme del fútbol europeo", declaró.

Pero lo más impactante de la entrevista al entrenador colombiano, fue cuando éste afirmó haber perdonado a los delincuentes que dispararon contra él, "porque no se puede vivir con eso, recordándolo cada día".

Además, Montoya tuvo tiempo incluso de reconocer cuales son sus debilidades futbolísticas en este momento: "Messi y Ronaldinho".

Su historia es un mensaje para aquellos que a veces no encuentran las ganas por seguir viviendo, una esperanza para continuar soñando. Montoya sufre a diario porque no puede mover ningún músculo de su cuerpo, pero tiene tres pasiones por las que seguir luchando: su mujer, su hijo y el fútbol.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento