La austríaca Marlies Schild, conocida como la reina del eslalon, anunció este martes que pone fin a su carrera tras batir el pasado diciembre el récord de victorias de la especialidad en la Copa del Mundo.

La esquiadora, de 33 años, ha frecuentado desde muy joven tanto los podios como los quirófanos, y pese a sus lesiones ha conquistado cuatro medallas olímpicas (tres platas y un bronce), dos campeonatos del mundo -por equipos, en Are'07 (Suecia), y de eslalon, en Garmisch'11 (Alemania)- y cinco Copas del Mundo.

El hito que coronó ese palmarés fue batir el pasado diciembre el récord en victorias de eslalon -ha logrado un total de 35- cuando la anterior marca, 34, estuvo en poder de la suiza Vreni Schneider durante 18 años. "Soy una luchadora y de una u otra forma siempre he conseguido plantar batalla. Pero ahora, ya no puedo esquiar un eslalon perfecto. Es un buen eslalon, pero no tan bueno como en mis mejores años", argumentó Schild su decisión en una rueda de prensa.

En los últimos años, Schild había disminuido su rendimiento por una rotura de los ligamentos en una rodilla. En 2012 la lesión le impidió defender su título de campeona del mundo de eslalon en favor de la estadounidense Mikaela Shiffrin.

La laureada deportista ha explicado que su retirada también responde a su intención de centrarse en formar una familia. "Me he tomado mi tiempo para pensar detenidamente sobre el futuro y el pasado, lo que he hecho hasta ahora. Fue hermoso, un tiempo intenso", reconoció.

"Tengo planes y aspiraciones. La principal es comenzar una familia", concluyó Schild. La austríaca es pareja de otro reconocido esquiador, su compatriota Benjamin Raich -doble campeón olímpico y triple mundial-, y su hermana Bernadette (a la que amenazaron con secuestrar en los Juegos de Sochi) también es una figura del esquí.