La margarita de Aragonés

Por la mañana presentó su dimisión; por la tarde anunció que se quedaba.
Ángel María Villar y Luis Aragonés, ayer, en la Federación.(EFE)
Ángel María Villar y Luis Aragonés, ayer, en la Federación.(EFE)
Ángel María Villar y Luis Aragonés, ayer, en la Federación.(EFE)
¿Qué pasó ayer por la cabeza de Luis Aragonés? El Sabio protagonizó un lunes esperpéntico. Por la mañana presentó su dimisión; después reculó, dándose un plazo de 48 horas para decidir, y por la tarde le dijo a Ángel María Villar que se quedaba. Además, Aragonés consiguió que se cree un nuevo cargo, el de presidente de delegación, persona encargada de castigar los actos de indisciplina de los jugadores.

El seleccionador español de fútbol había madrugado para presentar su dimisión y parecía tenerlo claro. La sonrojante derrota ante Irlanda aceleró los acontecimientos. ¿La culpa de su decisión? La razón más fácil, el mensajero: «Dimito porque es lo que queríais», dijo aludiendo a los periodistas irritado.

Poco a poco, el de Hortaleza fue reconsiderando su postura y la Federación, tras rechazar su dimisión, logró al menos aplazarla 48 horas. «Luis va a tomar ese tiempo para decidir», dijo Jorge Carretero, portavoz federativo. Los nombres de Lotina y Del Bosque ya sonaban como recambios y los jugadores seleccionables se volcaban en apoyo de su seleccionador.

Razones económicas

Entre bastidores, razones económicas explicaban por qué Luis no se había ido. Hablando en plata, el seleccionador quería cobrar los dos años que le quedan de contrato (600.000 euros por campaña) y la Federación no estaba por la labor de pagárselos.

El desenlace de la obra tuvo lugar a media tarde, y fue aún más inesperado: Luis Aragonés deshacía el camino andado y anunciaba su continuidad en el cargo.

Fracaso = dimisión

El Mundial de Alemania se convirtió en una trituradora de entrenadores. Prácticamente todos los técnicos que fracasaron en sus banquillos dejaron el cargo: Eriksson (Inglaterra), Parreira (Brasil), Aníbal Ruiz (Paraguay), Dujkovic (Ghana), Pekerman (Argentina) son sólo algunos ejemplos. Apenas dos seleccionadores aguantaron en el cargo pese a sus sonoros tropiezos. Uno fue Marco Van Basten, que sigue llevando las riendas de Holanda. Adivinen quién fue el otro...

Donde dije digo...

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¿Habrías aceptado la dimisión de Aragonés?

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