Gregorio Manzano, técnico del Beijing Guoan: "Nunca se sabe dónde te va a llevar el destino"

  • "No llevamos aquí físicamente ni siete días, el único de descanso que tuvimos fue ir a la Muralla China", valora Gregorio Manzano.
  • "Ya me he familiarizado con algunos términos futbolísticos junto con el traductor, unos cien vocablos", comenta el técnico jienense.
  • El Guangzhou Evergrande que dirige Marcello Lippi, quien ha renovado por tres temporadas más, es el campeón de las últimas tres ligas.
Gregorio Manzano.
Gregorio Manzano.
EFE
Gregorio Manzano.

"Cuando uno elige esta profesión no sabe dónde le va a llevar al destino", reflexiona el entrenador español Gregorio Manzano, quien después de 30 años en banquillos de toda España, desde Regional a Primera, ha dado un inesperado y asiático giro a su carrera y dirige desde ahora al Beijing Guoan chino. A un día de su debut en liga, el jiennense, extécnico del Mallorca, el Sevilla o el Atlético, es la gran esperanza del conjunto pequinés, un club grande en el país y con una fiel afición, pero que no acaba de arrancar desde que el fútbol chino se profesionalizara en los 90 (sólo ha ganado un torneo, el de 2009).

Dos semanas lleva Manzano en tierras chinas, tiempo aún insuficiente para tener una idea completa de la exótica aventura que le espera, pero se muestra contento de haber dado el salto al otro extremo de Eurasia, "muy bien tratado por el club" y dispuesto a aprender el mandarín que haga falta. "Ya me he familiarizado con algunos términos futbolísticos junto con el traductor, unos cien vocablos", comenta desde Puerta Veinte, un restaurante de comida española situado en el mismo Estadio de los Trabajadores donde juega el Guoan, y que se ha convertido en cuartel general de él y su equipo técnico español cada mediodía.

Manzano llegó al Beijing Guoan por medio de uno de los miembros de ese equipo, José González, quien a mediados de los 90 fue uno de los primeros españoles en probar suerte como jugador en la liga china y mantuvo desde entonces cordial relación con la directiva del conjunto pequinés. "Recibí una llamada suya preguntándome si me interesaba venir a trabajar aquí, y le dije que dependía de la oferta y las condiciones", recuerda el andaluz, que no era la única opción que consideraba el Guoan para sustituir al serbio Aleksandar Stanojevic, y también sondeó otros técnicos de España, Alemania o Italia.

Al final Manzano, a quien ya en otras épocas le habían ofrecido puestos técnicos en otros países que nunca había aceptado, decidió tomar las riendas del Guoan, un contrato por un año prorrogable a otro si los resultados son buenos. Poco tiempo ha tenido el entrenador de aclimatarse a Pekín, ya que a los escasos días de llegar a la ciudad el equipo se fue a entrenar a Shanghái y la semana pasada viajó a Hiroshima (Japón) para jugar el primer encuentro de Liga de Campeones asiática (empate a uno en el estreno de Manzano en el banquillo).

"El fútbol es universal"

"No llevamos aquí físicamente ni siete días, el único de descanso que tuvimos fue ir a la Muralla China", explica Manzano, quien ya sabe, como un pequinés más, lo que es la contaminación de la ciudad, pues su llegada coincidió con una de las peores semanas de 'smog' que ha tenido la capital china en años. "Es una ciudad superpoblada, tiene ese factor negativo, y tendremos que adaptarnos a ello como cualquier ciudadano de aquí. Habrá que sobrellevarlo y adaptarse, no queda otra", comenta el míster con un dossier en la mano del argentino Pablo Batalla, nuevo fichaje del Guoan y una de sus primeras aportaciones al club.

Sobre la plantilla que ahora está a su cargo, admite que aún no ha tenido todo el tiempo necesario para conocerla a la perfección, pero subraya que "está equilibrada y con garantías para competir en todo". De ella no sólo destaca a jugadores conocidos internacionalmente como el ecuatoriano Guerrón o el nigeriano Utaka, sino también al surcoreano Ha Dae-sung, quien capitaneó al FC Seoul subcampeón de Asia en 2013, o al portero Yang Zhi, titular de la selección china y que como algunos otros jugadores locales del club "podría jugar perfectamente en un equipo español de tipo medio".

El "profesor" Manzano no cree que estar en un país lejano le vaya a traer grandes dificultades para hacerse entender, pues "el fútbol es universal" y "hay conceptos comunes como el espíritu de superación, de grupo, de mentalidad ganadora", por lo que, resume, "no hay un gen diferenciador entre futbolistas de aquí o allá". "Hace años, cuando entrené en Valladolid, llevé al primer japonés que fue a España (Shoji Jo). Ya aquello fue una novedad, se discutió sobre si el fútbol japonés podría jugar allí, y después de él llegaron muchos otros al fútbol europeo", recuerda, concluyendo que "en el fútbol no hay que ser categóricos en nada".

Alojado por ahora en un hotel en el mismo recinto del estadio, por lo que su rutina pequinesa de momento se circunscribe a las varias decenas de metros que separan el campo de entrenamiento del restaurante y su habitación, Manzano confía en regresar en el futuro a España, aunque no descarta que tras China trabaje en otros países. "Hace un par de días surgió una llamada de una selección europea que va a ir al Mundial, para ver si tenía interés en entrenarla después", confiesa el andaluz, quien no obstante fija sus primeros objetivos en la liga china, donde su principal rival, en principio, será el Guangzhou Evergrande de Marcello Lippi.

Tiranía del Evergrande en la Superliga

Una nueva temporada en la Superliga china comienza este viernes con el gran aliciente de tener por primera vez en ella a un entrenador español (Gregorio Manzano, en el Beijing Guoan) y el interrogante de saber si algún equipo será capaz de desafiar al Guangzhou Evergrande tras tres temporadas de dominio incontestable.  El club cantonés, entrenado desde 2012 por el italiano Marcello Lippi y que hace cuatro años estaba en Segunda División, ha ganado las tres pasadas ligas (la última por 18 puntos de diferencia frente al subcampeón), acabó cuarto el mundialito y además en 2013 consiguió la Liga de Campeones asiática, algo que ningún club chino lograba desde 1990.

En 2014 el Evergrande, que ha perdido al argentino Darío Conca como gran referente pero se ha reforzado con todo un internacional italiano como Alessandro Diamanti, seguirá siendo el gran rival a batir por el resto de equipos, tanto en China como en Asia.  Pero la "dictadura" de Lippi amenaza con ser larga: la semana pasada el técnico que hizo campeona mundial a Italia en 2006 renovó por tres temporadas más con el Guangzhou, pese a que, según dicen los rumores, el técnico toscano quería marcharse de China a finales de este año y fichar por algún grande de Europa.

Entre los clubes que intentarán contestar el dominio cantonés y de Lippi deberá estar, salvo sorpresas, el Beijing Guoan, fijo en la parte alta de la tabla en los últimos años (tercero en 2013) y que en febrero fichó a Gregorio Manzano, extécnico de clubes como el Mallorca, el Atlético o el Sevilla.  El Beijing, que ganó su única liga profesional en 2009, espera que la gran experiencia del español en equipos de todo corte y su fama de "psicólogo" le ayuden a encontrar las fuerzas que harán falta para doblegar al Evergrande, que el año pasado hasta tuvo una decente participación en el Mundial de Clubes, donde fue cuarto.

Los pequineses han perdido a su estrella de los últimos años, otro viejo conocido del fútbol español como era Frédéric Kanouté, pero se han reforzado con el centrocampista argentino Pablo Batalla, procedente del Bursaspor turco, y conserva a internacionales como el ecuatoriano Guerrón o el brasileño Utaka. También entre los candidatos al título se espera que figure el Shandong Luneng, vencedor de las temporadas 2006, 2008 y 2010 y subcampeón el pasado año, aunque no ha conseguido retener al serbio Radomir Antic como entrenador y ha fichado en su lugar al brasileño Cuca, que en el fútbol carioca lo ha entrenado casi todo.

Otro célebre entrenador, Sven Goran Eriksson, prepara desde mediados de la pasada temporada al equipo "pequeño" de Cantón, el Guangzhou R&F, aunque esta nueva temporada destaca porque han sido muchos más los clubes que han decidido confiar en entrenadores locales por encima de los foráneos.  Es el caso del principal club de Shanghái, el Greenland (que ha cambiado su nombre después de veinte años llamándose Shanghái Shenhua) y que tras muchos problemas financieros que le tuvieron al borde de la suspensión de pagos parece que afrontará una temporada mucho más austera que las anteriores.

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