Empate gris y sin valor para Getafe y Villarreal

El Getafe y el Villarreal se olvidaron del 'juego bonito' con el que están acostumbrados a deleitar al público y firmaron un empate que de poco sirve a los madrileños en su pugna por llegar a los puestos europeos, y que apea casi definitivamente a los visitantes del tren de la UEFA.
Pelligrini, pensativo en el banquillo. (Efe)
Pelligrini, pensativo en el banquillo. (Efe)
Efe
Pelligrini, pensativo en el banquillo. (Efe)
1 - Getafe: Luis García; Contra, Pulido, Tena, Pernía; Diego Rivas, Vivar Dorado (Craioveanu, m.75); Redondo (Cubillo, m.65), Riki, Gavilán; Güiza (Paunovic, m.46).

1 - Villarreal: Barbosa; Javi Venta, Quique Alvarez, Peña, Arruabarrena; Guayre, Héctor Font (Calleja, m.81), Senna, Arzo; Guille Franco, Forlán.

Goles: 1-0, m.1: Gavilán. 1-1, m.2: Guille Franco.

Árbitro: Undiano Mallenco (C.Navarro). Amonestó al local Contra (m.87) y a los visitantes Arruabarrena (m.48) y Peña (m.73).

Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo quinta jornada de Liga en Primera División, disputado en el Coliseum Alfonso Pérez de la localidad madrileña de Getafe ante unos 9.000 espectadores.

En los primeros compases, los minutos se contaban por tantos, tras las acciones individuales de Jaime Gavilán, que marcó primero para el Getafe en el primer minuto con dos bonitos regates dentro del área, y de Guille Franco, que igualó con una jugada individual no menos meritoria.

Los dos arietes estuvieron muy activos durante todo el encuentro, sobre todo el azulón, que no paró de desbordar a los amarillos por su banda, la izquierda, maravillando a Luis Aragonés, hoy en el palco del Coliseum.

Contra pronóstico, el frenético comienzo dio paso a un bajón considerable en el ritmo de juego de ambos equipos, sólo alterado por jugadas individuales y, sobre todo, por internadas por las bandas, protagonistas hoy en la soleada tarde madrileña.

Los futbolistas se fueron al túnel de vestuarios con la firme promesa de crear ese fútbol alegre que se les supone y de marcar el gol de la victoria, ya que un empate no les servía a ninguno de los dos en sus aspiraciones europeas.

Pero en el terreno de juego ocurrió todo lo contrario, y la grada no despertó de su letargo hasta que Schuster mandó calentar a Gica Craioveanu. El alemán cumplió lo prometido y dio a Gica la oportunidad de despedirse de su público ante su ex equipo.

Tras una semana convulsa en el Getafe, el respetable ejerció de juez y se decantó por el rumano en la lucha dialéctica mantenida esta semana con su presidente, Ángel Torres.

Se esperaba mucho más del Villarreal, pero el cansancio y las ilusiones perdidas en la Liga de Campeones les pasó factura, y dejó a los madrileños que mandaran en el campo, aunque tampoco supieron aprovecharlo.

Con una polémica caída en el último minuto de Riki en el área de Balbuena acabó un partido que comenzó prometiendo y que terminó aburriendo.

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