"Tuve un accidente de pequeña. A raíz de eso, la gente te pone una etiqueta: 'Eres minusválida'. Pero como soy un poco rebelde, dije 'pues yo voy a hacer todo lo que quiera'".

Así empieza la historia de Gema Hassen-Bey, atleta paralímpica. Esa filosofía de vida le llevó a levantarse de la cama tras su grave accidente cuando era una niña, a estudiar Ciencias de la Información, a cantar... y a coger una espada y practicar esgrima. "Ahí ya la liamos, cinco Juegos Olímpicos consecutivos", cuenta orgullosa la madrileña a 20minutos.

Ahora, un nuevo reto, este de más altura, seguro, toma forma en su cabeza: ser la primera mujer en silla de ruedas en culminar la cima del Kilimanjaro (montaña situada en Tanzania, África), a 5.895 metros de altura. "Es el reto más grande y más maravilloso que me he planteado en mi vida".

Una 'locura' que "se dibujó" en la cama de un hospital. "Después de los Juegos de Londres pasé un año muy difícil, estando continuamente con lesiones y operaciones". En una de esas, "entre la cama del hospital y la rehabilitación", la idea tomó forma: "Un amigo de la facultad me lo planteó. En principio, dije que no. Pero al final, más que en el hecho histórico que supondría, lo que más me motivó es que, si con el reto yo puedo mover cosas que ayuden a mejorar la vida de las personas, como son recursos, entrenamientos, motivación, investigación, me compensa más el camino que llegar a la propia cima". Porque lo que sí tiene claro Gema es que esto lo hace con el objetivo ayudar a personas que viven en una situación similar a la suya: "Lo hago por mi y por los demás. Parte de este reto es intentar desarrollar una silla que pueda ayudar después a mucha gente a hacer lo mismo, a vivir la montaña".

El reto, aún en fase de despegue, tiene previsto realizarse en 2015, aunque Gema advierte que para llevarse a cabo necesita el apoyo de muchos. "Estoy en la fase de ponerlo todo en marcha. Necesito recuperarme de mis recaídas y, por supuesto, hace falta un patrocinador. Espero conseguir de las empresas el patrocinio necesario, vamos a crear una red de crowdfunding...". El "reto de retos", como lo llama Gema, se va a contar en una plataforma digital, www.diverscity.es, donde cada uno de sus avances serán compartidos con los seguidores del portal. "Cuantos más seamos, mejor. ¡Necesito mucho apoyo!".

A pesar encontrarse todo en la fase inicial, ¿cómo se imagina la aventura? "Yo soy muy cosmopolita, soy una chica de ciudad a la fuerza, ya que la silla de ruedas no me permite disfrutar del campo, de la montaña... Por lo que el reto, para mi, es iniciático también. En el camino que haremos nos encontraremos selva, pendientes volcánicas y nieve, por lo que hay que entrenar muy fuerte. ¡Tengo que ser una máquina! ¡Me tengo que poner muy alta, muy grande y muy fuerte! Parto de cero. Menos que eso, ya que estoy llevando rehabilitación de mi brazo, que arrastro lesión debido a los cinco Juegos. En realidad, aún no sé cómo será el día a día, pero el camino va a ser largo e intenso y hasta que no esté lista no puedo subir. Tengo que estar muy fuerte física, mental y espiritualmente".

Lo que sí tiene claro es que al 'techo de África' se llevará su espada, esa que ha vivido todos los Juegos que ha disputado. "Es única. Y, como la clave a lo rey Arturo, de ahí no la va a quitar nadie", dice entre risas Hassen-Bey. De su arma se ayudará, ya que representa los valores que le han acompañado a lo largo de este tiempo y que también lo harán en la montaña: "Simboliza los valores del deporte —superación, juego limpio, esfuerzo...— y va a ser mi manera de homenajearla".

¿Valiente o inconsciente? Gema "no sabe" dónde está el límite. "Esto no es jugarme una final de unos Juegos, me estoy jugando la vida. El tema del esfuerzo, de la altura, del frío para mi es más costoso. Cuando subes a más de 3.000 metros, no sabes cómo puede reaccionar tu cuerpo y más en una persona con mis dificultades. Es un reto donde me va la vida, pero esos son los buenos retos, ¿no? Lo que sí tengo claro es que en la vida ganas y pierdes, no sé si llegaré a culminar esa montaña, pero sé que ya estoy ganando cada día con este reto y que la experiencia me va a merecer la pena. Por eso quiero compartirlo con todos".

Comparando la montaña con la vida, su vida, Gema señala que en ella también ha tenido "muchas cimas y muchos valles". "Te caes y te levantas para que vaya bien. Y, al final, siempre va bien". Además, es consciente de que sus circunstancias le han obligado a luchar y a superar cosas que a otras personas no les ha hecho falta, como cierta discriminación social. "Estamos viviendo un momento de crisis de valores. Además, para nosotros, para los colectivos, también es un momento de recortes por la crisis económica. Estamos en una sociedad que adolece de esos valores que yo, que he sido deportista toda mi vida, considero necesarios. Este reto es para todas las personas que sí tienen esos valores y que los llevan a la práctica día a día. Por eso quiero que se unan, porque no voy a subir con 15 personas, espero ir con 15 millones que compartan estos valores conmigo".

Gema, triunfadora como deportista, es mucho más que una silla de ruedas y un florete. Mujer multidisciplinar donde las haya, es licenciada en Ciencias de la Información, canta, baila, actúa, presenta... "¡Igual termino haciendo una coreografía en la cima del Kilimanjaro".

Se define como una persona llena de pasiones, objetivos y que intenta conseguir todo lo que se plantea. "Todos los sueños que he ido teniendo, los he ido realizando", asegura orgullosa. Un referente para muchas personas, la madrileña huye de modelos o espejos en los que mirarse. "Yo no soy eso para nadie, ni me gusta. Si con mi trabajo motivo a otras personas, me alegro, igual que otras me ayudan a mi. Lo que sí les digo es que tienen que luchar por sus sueños y no rendirse, por difícil que estén las cosas, se pueden conseguir. Y no son solo palabras. Ahí está todo lo que yo he logrado".

Eternamente positiva, Gema cree que el secreto está en el constante movimiento para lograr los objetivos: "No hay que quedarse parada, a pesar de los tiempos difíciles que vivimos. Este reto lo voy a llevar a cabo en un momento duro de crisis, pero no me quedo parada y quejándome. Hay que generar movimiento y, al final, este reto se hará grande por todas las personas que se unan. Si te mueves tú, el mundo se mueve contigo".