Esta generación se emancipa a los 30 años... y en ciclismo gana etapas a los 30.

(Risas) Ya era hora. Hay mucho trabajo e ilusión detrás.

¿No se vive qué es el ciclismo si no se gana una carrera?

En mi caso, seguro. Algo me decía en mi interior que tenía que ganar.Ahora, a por el Tour...(Risas) Eso igual es mucho.

¿Quién relevará a Armstrong?

Creo que Basso está un puntito por encima de los demás.

¿El deporte es mejor verlo por la tele que practicarlo?

Hay que practicarlo. Incluso si quieres ser un buen crítico tienes que probar en qué consiste, aunque sea sólo una vez. Usted escribe en prensa... Eso es una casualidad, aunque no me disgusta nada. Y podría estar jugando con la élite del balonmano...

Estuve en Segunda División un año cuando tenía 19 años. Se dijo que sonaba para el Bidasoa, pero me centré en la bicicleta.

¿Se queda con Rolando Urios o con Alessandro Petacchi?

Los dos son unos fenómenos.La seguridad vial está bajo mínimos para la bici. Entreno mucho en Francia y se nota más respeto de los coches hacia los ciclistas.

¿No dicen que las fronteras sólo son líneas imaginarias?

Desgraciadamente, se está igualando la cosa para mal... Muchos ciclistas encuentran el amor gracias al ciclismo... Y yo también. Mi pareja era juez-árbitro en las carreras.

Así que sobornó al jurado... (Risas) Se podría decir que sí.

¿Pero ganó aquella carrera?

No. Sólo le eché el ojo. Después la volví a ver en la tienda de bicis donde trabajaba.

Todo el día reparando la bici y cambiando piezas, claro. (Risas) Casi, casi.

Los marineros, una novia en cada puerto. ¿Y los ciclistas?

Algún caso existe, pero ignoro cómo lo hacen con los masajes, la cena, la charla, leer un poco... Igual es vacile.

¿Recomienda algún un libro?

El médico, de Noah Gordon. Me pareció muy bueno.

¿Y qué tal El código Da Vinci?

Me he leído todo de Dan Brown. No están mal. Pero nos saca los cuartos con el mismo modelo de libro.

Balonmano, esquí, ciclismo... ¿Su vida es el deporte?

Sí, para mí es todo. El fútbol no me tira mucho, porque nos lo meten hasta por los ojos.

Menudas vacaciones que se pegan los ciclistas... Ves mucho mundo por este trabajo. Pero viajas poco por placer. ¡Y poco tiempo!

Si tuviera hijos, ¿qué querría que fuesen?

Si los tengo, tienen libertad para ser lo que quieran ser y luchar por ello. Antes de ser profesional, trabajó con discapacitados. Trabajé con paralíticos cerebrales y fue una experiencia de la que aprendí mucho.

Una vida, mil deportes

Francisco Javier Vila (Patxi Vila) nació en la localidad de Vera de Bidasoa (Navarra) el 11 de octubre de 1975. Emigró a Italia para proseguir con su carrera ciclista en el Lampre. Antes de la bici, despuntó en el balonmano y en el triatlón de invierno, donde fue subcampeón de España de la modalidad, cuarto en el Europeo y quinto en el Mundial.

Vila también practica la vela y es diplomando en Educación Física. También ha trabajado con paralíticos cerebrales.