La increíble historia del hincha al que Mourinho recogió en la nieve y contrató como utillero

  • Abel Rodríguez había sido recogepelotas en la concentración de pretemporada del equipo blanco en Los Ángeles, el pasado verano.
  • Viajó sin hotel y sin entradas a Madrid sólo para ver a sus ídolos en el clásico contra el FC Barcelona del 2 de marzo.
  • El portugués lo alojó en el hotel de concentración, le dio una entrada VIP y después, lo contrató de utillero por un día.
Abel Rodríguez, el utillero mexicano que rescató José Mourinho.
Abel Rodríguez, el utillero mexicano que rescató José Mourinho.
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Abel Rodríguez, el utillero mexicano que rescató José Mourinho.

José Mourinho crea polémica allá por donde va. Amado y odiado a partes iguales, es un tipo singular no sólo por sus ruedas de prensa, sino también por historias como la que ha revelado la revista estadounidense Sports Illustrated.

El protagonista de la misma es Abel Rodríguez, un mexicano de 41 años que trabaja encerando los suelos en el Metro de Los Ángeles. Fan incondicional del fútbol desde su niñez, el pasado verano ocupó sus dos semanas de vacaciones trabajando, de manera voluntaria, como recogepelotas en el stage de pretemporada del Real Madrid en la ciudad californiana. Durante ese tiempo, Rodríguez se levantaba a las cinco de la mañana para acudir al campus de la UCLA y echar una mano en la atención al Madrid. Llegaba a su casa pasadas las once de la noche, pero el esfuerzo le merecía la pena.

Los ahorros para las vacaciones

Rodríguez, que llegó a Estados Unidos desde su México natal con 8 años de edad, tenía un sueño más ambicioso: viajar a Europa por primera vez en su vida y ver a sus ídolos en directo. El mexicano tenía un dinero ahorrado para irse de vacaciones con su mujer y sus tres hijas, de 17, 13 y 10 años de edad. Pero le vino la idea de usar ese dinero para viajar a Madrid y ver, el 2 de marzo pasado, el Clásico ante el Barcelona. Animado por su propia esposa, Rodríguez cogió un vuelo en Los Ángeles y se presentó en Madrid la mañana del 28 de febrero. No tenía entradas ni reserva de hotel.

Desde el aeropuerto se fue directamente a Valdebebas, a la Ciudad Deportiva del equipo blanco. Allí, la seguridad del club le impidió la entrada. A Abel Rodríguez no le quedó otra que esperar sentado en el bordillo de una acera. La noche anterior había nevado en Madrid. "Gracias a Dios, llevaba el abrigo que mi mujer me dijo que llevara", explica Rodríguez a Sports Illustrated. "Tenía los dedos de los pies congelados", añadió.

Después de cinco interminables horas sentado en el frío de Valdebebas, ocurrió el milagro. Y así es como lo califica José Mourinho en declaraciones a la revista estadounidense: "Fue un milagro que lo viera. Estaba saliendo en el coche de mi segundo, Rui Faría, y siempre hay mucha gente fuera. Pero le dije a Rui «¡Para! Ése de ahí es el tío de Los Ángeles»".

Mourinho se acercó y le preguntó: "¡Amigo! ¿Qué estás haciendo aquí?". El mexicano le contestó con sinceridad: "He venido a visitarios" y le explicó al técnico de Setúbal que quería ver el Clásico. Mourinho le reveló que no quedaban entradas y, cuando le preguntó por su alojamiento, Abel Rodríguez le respondió que no tenía nada reservado: "Si hoy no os veía, iría al estadio e intentaría conseguir una entrada. Si eso no funcionaba, me volvería a Los Ángeles".

Sin pensárselo, Mourinho llamó a un empleado del club y le consiguieron a Abel una habitación en el mismo hotel de concentración del equipo blanco. Esa misma noche, Abel cenó con Mourinho y el resto del equipo técnico. Además, contaba con una entrada VIP. En el palco pudo conocer y fotografiarse con Maradona, entre otras celebrities.

El sueño se alarga

Pero el sueño de Abel Rodríguez estaba aún lejos de acabar. A los pocos días del Clásico, el Madrid jugaba en Manchester la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, ante el United.

El mexicano estaba preparando su regreso a Los Ángeles cuando Mourinho le dijo: "Ni hablar. Te vienes a Manchester con nosotros para trabajar de utillero. Nos ayudarás y vivirás un sueño más grande, un partido de Champions desde dentro". Abel Rodríguez le contestó que no podía pagarse el viaje a Inglaterra. Mourinho negó con la cabeza, le sonrió y le dijo: "Mientras estés conmigo en Europa, tú no pagas una mierda".

La reacción de Abel Rodríguez fue estallar en lágrimas de alegría.

Abel viajó a Inglaterra con la expedición, vestido con el chándal oficial del Madrid. En Old Trafford, las sorpresas no dejaron de llegar. El delantero mexicano del Manchester United, Javier 'Chicharito' Hernández, le prometió a Abel una camiseta dedicada. Había sido el propio Mourinho el que le pidió a Chicharito el favor.

Al acabar el partido, y pese a que el entrenador del United, Alex Ferguson, estaba muy molesto con el arbitraje, no perdió las buenas costumbres e invitó a Mourinho a tomar una copa de vino con él. Fue a Abel Rodríguez a quien el escocés dio el recado de avisar a su homólogo.

Una broma a Marcelo

Otra de las experiencias de Abel la vivió con el defensa Marcelo. El brasileño le pidió si podía acercarse con su camiseta al vestuario de los ingleses para pedirle a Robin van Persie un intercambio. El mexicano logró su cometido pero decidió gastarle una broma a Marcelo: "Van Persie me ha dicho que se cambia la camiseta con cualquiera, excepto contigo". Marcelo se quedó sorprendido hasta que el nuevo utillero le dio entre risas la camiseta del delantero holandés.

Abel, que confesó a Sports Illustrated que los jugadores madridistas le acariciaban la barriga para que les diera suerte, se convirtió en una especie de talismán. Mourinho declaró que "la gente le decía que se quedara".

Rodríguez regresó después a Los Ángeles, con la camiseta de Chicharito, la de Özil, la de Kaká, la de Essien y un balón del partido. Pero sobre todo, con la más increíble experiencia de su vida.

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