La denuncia de la BBC de un supuesto amaño de partidos durante la pasada década está paralizando, prácticamente, el Abierto de Australia.

Los documentos de la investigación, a los que la cadena británica y el portal BuzzFeed News tuvieron acceso, señalan a 16 jugadores -algunos de ellos ganadores de Grand Slam- que figuraban entre los cincuenta mejores del mundo cuando la llamada Unidad de Integridad del Tenis (TIU, por sus siglas en inglés) les marcó como sospechosos de entregar sus partidos. La cadena británica podría dar este martes los nombres de algunos implicados. Algo que pedía, por ejemplo, este lunes Federer.

"A mí se me acercaron indirectamente a través de las personas que trabajaban conmigo en ese momento", reconoció en rueda de prensa Djokovic, tras derrotar al surcoreano Hyeon Chung en primera ronda.

"Obviamente, dijimos inmediatamente que no. La persona que estaba tratando de ponerse en contacto conmigo ni siquiera vino a mí de forma directa", explicó el serbio.

También tenistas españoles confirmaron el juego sucio de las apuestas.

Nico Almagro contaba: "Me han llegado a decir que me partirían las piernas si no me dejaba perder, pero ni por un momento lo he pensado. Se trata de la limpieza del deporte y del pan de mis hijos. ¿Cuál es la solución? Muy simple: suprimir las apuestas".

Roberto Bautista hablaba en los mismos términos: "Algún día va a suceder una desgracia por culpa de las apuestas. Yo llevé un mensaje de Facebook a la comisaría: perdí un partido con Dimitrov por 7 a 6 en el tercer set cuando iba ganando por 6 a 3 en el 'tie break', y un tipo me escribió: "Cuidado cuando salgas de casa, que voy a estar esperándote y te voy a colgar de un árbol".