Noviembre es para la Fórmula 1 como agosto para el fútbol: tiempo de especulaciones, ofertas y negociaciones. Y el asunto que más rumores o comentarios provoca es el futuro de Fernando Alonso: todo el paddock espera su decisión mientras los huecos en la parrilla de 2008 se van llenando poco a poco.

Las declaraciones de Flavio Briatore, afirmando que el bicampeón español está más cerca de Renault que de cualquier otro equipo y que el acuerdo podría cerrarse en las próximas horas, incluso hoy mismo, han puesto en alerta a todos los medios de comunicación.

Los más tranquilos son Alonso y su entorno. "Tranquilos que sin coche no nos vamos a quedar", dicen sus asesores. "Estamos en el plazo previsto y en 15 días debería quedar todo resuelto".

Un plazo que parece más razonable dado que son muchos los frentes que hay que cubrir. No se trata sólo de firmar un contrato para conducir un coche: también entran en juego los patrocinadores. Las empresas españolas prefieren que el asturiano fiche por Renault, pero éste sigue sin desvelar su futuro y sin atender a las presiones de Briatore, que quiere resolver esta cuestión cuanto antes.

Tres años o nada

Desde el propio entorno de Alonso lanzan mensajes crípticos que no ayudan a aclarar el panorama: "Hasta el 16 de marzo (fecha en la que comienza el Mundial) cualquier piloto puede ser relevado". Una advertencia de que nada está decidido: el último rumor es que la multimillonaria oferta de Toyota sigue en pie a pesar de haber fichado a Timo Glock y que éste pasaría a ser piloto probador si el piloto español acepta la oferta de la marca japonesa. Ni siquiera Red Bull ha renunciado oficialmente a contratar al asturiano.

Aún puede pasar de todo. Un rumor insistente en el paddock es que Alonso tiene un acuerdo a medio plazo para correr en Ferrari. Por eso, las negociaciones con el resto de equipos son largas y enrevesadas: Alonso podría estar interesado en firmar sólo por un año para dar el salto a un equipo grande en 2009. En Renault quieren un contrato largo, de tres años, y ahí surgen las dificultades.

La última información señala que Renault quiere tensar la cuerda y que ha dado un ultimátum al español: o acepta tres años de contrato o nada.