Es la Villa Rachela, aquella donde sus mujeres, tan guapas como Rachel, la esposa de Jacob, fueron protagonistas de leyendas, pero también artífices de prosperidad y protagonistas de historias de amor. Es también Covarrubias origen de Castilla.
La época romana dejó sobre el río Arlanza uno de los puentes romanos mejor conservados de España
Habitada desde el Paleolítico, la villa de Covarrubias ha sido testigo de curiosidades históricas, hazañas, cuentos y leyendas que la convirtieron en el epicentro de Castilla. Tras la época romana, que nos dejó sobre el río Arlanza uno de los puentes romanos mejor conservados de España, llegaron los visigodos y Chindasvinto en el año 653 es considerado el primer fundador de Covarrubias. Levantó una iglesia donde hoy está la de San Cosme y San Damián y amuralló la ciudad.
El primer Torreón defensivo
En el 737 los musulmanes destruyeron todo y no será hasta el año 970 cuando comience a recuperar su esplendor y más aún quede considerada como cuna de Castilla. Fue el conde Fernán González quien mandó construir el que sería el primer Torreón defensivo de Castilla y refunda la ciudad. La Reconquista estaba en marcha y en Covarrubias se fijaría la primera frontera con los musulmanes. Aquí nació Castilla.
El conde Fernán González refundó la ciudad y mandó construir el que sería el primer Torreón defensivo de Castilla
El Torreón, de estilo mozárabe, es uno de los monumentos más representativos de la Villa y, como buen emblema, no está exento de leyendas. Dicen que el espíritu de Urraca, hija del conde fundador, se lamenta entre sus muros pues aquí fue encarcelada, para otros emparedada, por no aceptar el matrimonio con un rey de León al estar loca de amor por un pastor de la comarca. Su tía, también Urraca, y abadesa de la Colegiata de San Cosme y San Damián, fue la primera en ostentar el infantazgo de Covarrubias y administró con tesón y sabiduría tanto la abadía como su legado terrenal, pero fue asesinada en el año 1039 y fue enterrada en la Colegiata.
Referente económico y religioso
Leyendas y crímenes aparte, había comenzado el esplendor de la ciudad; la abadía era referente económico y religioso, todo un centro de poder para nobles y religiosos. La Colegiata fue remodelada en estilo gótico, pero en pie continúan los capiteles románicos. Custodia una importante muestra de escultura y pintura como las tablas de Berruguete, el tríptico de la Epifanía de un discípulo de Gil de Siloé o pinturas de Van Eyck. Su órgano, aún en funcionamiento, del XVII, es el más antiguo de Castilla, y sus espectaculares altares barrocos tampoco pasan desapercibidos.
El órgano de la Colegiata de Covarrubias, del siglo XVII, es el más antiguo de Castilla y aún funciona
Además de la abadesa Urraca, la familia de los Fernán González reposan entre sus muros convertidos en panteón condal, pero el sepulcro gótico que se lleva todas las miradas es el de la princesa que llegó del frío y murió de calor. Corría el año 1257 cuando, tras casi un año cruzando Europa, y tras pasar la Noche Buena en el monasterio de Santa María La Real de las Huelgas de Burgos, llega a Valladolid la princesa Kristina de Noruega. Su padre, el rey Hakon, y Alfonso X El Sabio habían acordado su matrimonio con alguno de los hermanos del rey para fortalecer vínculos entre reinos.
El elegido
De todos los príncipes de Castilla finalmente fue el arzobispo de Sevilla, Felipe, el elegido. Al parecer no estaba muy conforme con su destino religioso, era de buen ver, culto y refinado, lo contrario a sus hermanos dedicados a las tareas de la guerra. Alfonso X El Sabio no vio inconveniente en relegar a su hermano de su misión apostólica en aras de las buenas relaciones con el país nórdico.
La princesa Kristina nunca vivió en Covarrubias, pero está enterrada en la Colegiata de Covarrubias por deseo de su esposo, el príncipe Felipe
Kristina nunca vivió en Covarrubias. Quizá de haberlo hecho no hubiera muerto de calor cuatro años después, en Sevilla, donde el matrimonio fijó su residencia. El príncipe Felipe quiso que su alta y bella esposa descansara en la Colegiata de Covarrubias, donde él mismo había sido abad. Quizá pensó que aquellas tierras más frescas serían del agrado de su hermosa Kristina para soportar mejor la eternidad.
Homenaje a la princesa
No fue hasta el año 1958 cuando, durante una remodelación de la Colegiata, se encontró su tumba. Para recordarla y homenajearla se creó la Fundación Kristina de Noruega y muy cerca de Covarrubias se cumplió la promesa incumplida por Felipe de levantar una ermita en honor a San Olav y el Festival Notas de Noruega la recuerda cada mes de octubre con música, artesanía y representaciones teatrales. Su tumba es también visitada por solteras que buscan obtener de Kristina la suerte que ella no tuvo.
Cada mes de octubre el Festival Notas de Noruega recuerda a la princesa Kristina con música, artesanía y representaciones teatrales
Ya en el siglo XVI Felipe II ordenó la construcción del Archivo del Adelantamiento de Castilla en el arco de la puerta principal de la muralla, donde su escudo luce regio. Allí estuvo hasta que fue trasladado al Archivo de Simancas. Hoy podemos ver el Museo del Libro. La muralla se destruyó para mejorar la ventilación; fue una orden del médico del rey Felipe II, Francisco Vallés, tras una grave epidemia.
Rutas y vinos
Es Covarrubias también uno de los mejores exponentes de la arquitectura popular castellana, con casas como la de Doña Urraca, en adobe revocado y con entramados de madera. El río Arlanza y el hermoso paraje natural que la rodea, los monasterios de Silos y San Pedro de Arlanza, la cercana localidad de Lerma y una exquisita gastronomía acompañada por los vinos de la DO Arlanza hacen que esta ruta por el corazón de Castilla sea una de las más completas y genuinas del centro peninsular.
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