El tenebroso lugar que inspiró a J. K. Rowling para escribir "Harry Potter": un cementerio repleto de vegetación y mucho misterio

El lugar se sitúa en Edimburgo y cuenta con sorprendentes construcciones que te harán creer que estás dentro de una de las películas de la conocida saga. 
Cementerio de Greyfriars
Cementerio de Greyfriars
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Cementerio de Greyfriars

¿Alguna vez te has parado a pensar en cómo se inspiran los escritores a la hora de escribir un libro? Aunque cada uno tenga su método, hay quien busca inspiración en una simple conversación, en la música o en un paseo. Otra forma es visitando algún lugar y ese es el caso de la escritora J. K. Rowling y su famosa saga "Harry Potter"

Se trata del Cementerio de Greyfriars, situado en pleno centro de Edimburgo, al sur de Escocia. Además de ser el cementerio más céntrico de la ciudad, es también el más visitado dada la belleza de su interior. Aunque todo lo que tiene de bonito lo tiene de tenebroso por la cantidad de leyendas macabras que esconde. 

Un recorrido por el cementerio de Greyfriars

Greyfriars, además de ser conocido por ser el lugar en el que se inspiró J. K. Rowling, es muy popular por las sorprendentes edificaciones que alberga en su interior. Un ejemplo es la iglesia, con una impresionante capilla. Se conoce como Greyfriars Kirk, y es considerado uno de los monumentos más antiguos de Edimburgo. Al lado de esta se pueden apreciar restos de una antigua prisión, aunque solamente se puede acceder a ella con visitas autorizadas.  

Estatua de Bobby
Estatua de Bobby
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En el cementerio se puede visitar la tumba de Bobby, el perro más querido por los escoceses, y es que según cuenta la historia, Bobby era la mascota de un vigilante nocturno del cementerio. Durante sus rondas el animal le acompañaba siempre y no se separaba de su lado. Lamentablemente, el vigilante falleció por una enfermedad. Fue enterrado en Greyfriars y Bobby no se separó de su tumba hasta que, catorce años después, falleció. Los ciudadanos decidieron construirle una tumba, incluso, una estatua en su honor

Lugares que sirvieron de inspiración a JK Rowling

El Cementerio de Greyfriars cuenta con llamativas lápidas que sirvieron a J. K. Rowling para recrear a los personajes de la conocida saga. Como por ejemplo, la tumba de Thomas Riddell Esquire, dio nombre a Tom Marvolo Riddle, el nombre real de Lord Voldemort. La tumba del poeta William McGonagall, dio nombre a la profesora Minerva McGonagall. Lo mismo sucede con el colegio de George Heriot, situado cerca del cementerio, que sirvió para nombrar Hogwarts, la escuela de magia donde estudiaba Harry Potter.

Colegio de George Heriot
Colegio de George Heriot
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Leyendas tenebrosas

Cualquier cementerio tiene historias y leyendas macabras, y el Cementerio de Greyfriars no iba a ser menos. Se trata de la leyenda de George MacKenzie, un abogado que a finales del siglo XVII metió en prisión a cientos de Covenanters, un grupo de personas que seguían un movimiento religioso presbiteriano. Todos ellos murieron torturados, lo que dio lugar a que el abogado recibiera el nombre de Bloody MacKenzie (el sanguinario). 

Cuando este falleció fue enterrado en el cementerio de Greyfriars. Sin embargo, un vagabundo se coló en el recinto y aseguró haber vivido una experiencia paranormal. Según cuenta la leyenda, MacKenzie salió de la tumba para asustar a todo aquel que lo visitara. 

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