El calor y las altas temperaturas, junto con la escasez de lluvias, ha hecho que la alerta por sequía se dispare en España. Con solo el 35,9% de su capacidad (su valor más bajo desde 1995), los embalses están en números rojos y esto ha hecho que salgan a la luz numerosos yacimientos y pueblos que se encontraban bajo el agua.
En consecuencia, se ha popularizado lo que se conoce como 'turismo de sequía', un término nada alentador y que no es motivo de celebración, ya que la situación preocupa a los expertos. Sin embargo, cabe afirmar que estos yacimientos o pueblos tienen su atracción, puesto que son restos de otros tiempos en los que residen cultura e historia.
Ruinas del embalse de Lindoso, Orense
La construcción del embalse de Lindoso (Portugal) en los 90, borró del mapa las casas que se levantaban en los pueblos de Aceredo, A Reloeira, Buscalque, O Bao y Lantemil en 1992, convirtiéndose en el fin para estas cinco aldeas. El llenado acabó con un sistema de vida, marcado por la tranquilidad.
Sin embargo, el pasado febrero las ruinas del pueblo de Aceredo emergieron como consecuencia de la sequía. Así, son muchos los que todavía se acercan para observar estos pueblos que un día estuvieron inundados y que ahora se han convertido en una atracción turística.
El dolmen de Guadalperal, Cáceres
Conocido también como el "Stonehenge español", este yacimiento formado por piedras megalíticas verticales del año 5000 a.C. ha emergido del embalse de Valdecañas, en la provincia de Cáceres. Las piedras, de hasta 1,80 metros de altura, fueron descubiertas en 1926 por el arqueólogo alemán Hugo Obermaier.
Sin embargo, el yacimiento arqueológico fue inundado en 1963 por la construcción del embalse de Valdecañas, una obra de ingeniería civil dirigida por Franco. La sequía ha hecho que este impresionante monumento haya emergido de nuevo de las aguas y atraiga numerosos turistas.
El campamento romano 'Aquis Querquennis'
El embalse de As Conchas se encuentra en Porto Quintela, Ourense, y alberga uno de los complejos arqueológicos más importantes de Galicia. Se trata de Aquis Querquennis, uno de los mayores campamentos militares romanos de la península ibérica, cuyos restos permanecen hundidos durante el año, a excepción de algunas partes. Sin embargo, la sequía y la continuada bajada del caudal han provocado que el yacimiento quedase a la vista por completo en agosto.
Las excavaciones realizadas en los últimos años han permitido identificar en este yacimiento, además del campamento militar, la mansión Viaria, que era una posada para los viajeros que pasaban por la Vía Nova, que unía Braga y Astorga. Además, cerca de él se encuentra el Centro de Interpretación Aquae Querquennae-Vía Nova, el cual realiza visitas guiadas a este yacimiento.
Restos arqueológicos del embalse de Iznájar
Estos restos emergieron el pasado 23 de agosto en el pantano de Iznájar, y destaca por su buena conservación el llamado Cortijo de El Pamplinar. En él se pueden distinguir tramos de escalera, muros que dibujan habitaciones, una alberca e incluso una fuente ornamental. Así, es posible reconstruir cómo eran los tiempos antes de que el agua lo devorara todo tras construcción del embalse en los años 50.
En esta zona también han surgido de la sequía castilletes de la luz, puentes, chimeneas, cooperativas, cortijos, yacimientos arqueológicos y casas de labor, muchas de ellas difíciles de identificar.
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