Con las cumbres de la Sierra de Gredos como telón de fondo, el pueblo de El Barco de Ávila se extiende junto al río Tormes con una belleza arquitectónica y paisajística única. Esta villa abulense es un destino perfecto para una escapada rural que combine naturaleza, cultura y patrimonio, marcado por edificios históricos como el castillo de Valdecorneja o la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Una visita a esta localidad declarada Conjunto Histórico también incluye un paseo por sus calles de esencia medieval y alguna que otra parada gastronómica para saborear algunas delicias como los conocidos como judiones del barco.
El Barco de Ávila y el Castillo de Valdecorneja
Los orígenes de El Barco de Ávila se asocian a los vetones, quienes construyeron un castro en la colina donde se asienta la villa. Sin embargo, fueron los romanos quienes levantaron el puente original que cruzaba el río Tormes y conectaba este punto estratégico con la calzada que se dirigía al norte de la península. Con el paso de los siglos, el castro se convirtió en el Castillo de Valdecorneja, que potenció el desarrollo de la población a su alrededor.
Esta fortaleza medieval del siglo XII (reconstruida en el siglo XIV) nos da la bienvenida con el bonito arco gótico con grandes dovelas de la puerta principal. A la derecha se ubica la torre del homenaje, que daba acceso a las almenas y torreones. Hay que tener en cuenta que el castillo fue víctima de numerosas batallas, incendio y bombardeos, de modo que tan solo se conservan sus muros y torres. A día de hoy, es el escenario de los actos culturales que se celebran en el pueblo.
Las paradas imprescindibles en el pueblo
La visita a El Barco de Ávila puede continuar por la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora (siglo XII). En el exterior destaca su gran torre, mientras que en interior nos llamará la atención el órgano barroco, el coro alto con decoraciones mudéjares, el altar mayor y el entramado de su verja, el retablo barroco y las capillas con obras de arte como la talla de La Virgen de la Silla o del Crucificado.
Otro punto de interés en el pueblo es la Ermita del Santisimo Cristo del Caño, a la que llegaremos cruzando el puente románico sobre el río. Este templo fue levantado originalmente en el siglo XII y reconstruido en el XVII tras haberse quedado en ruinas. Además, si queremos visitar alguna exposición museística, las encontraremos en la antigua cárcel y en la llamada Casa del Reloj.
Podremos finalizar la visita pasando por otras paradas interesantes como la Casa de los Balcones, en la Calle Mayor; la Casa de Recaudación y sus bonitos ventanales; la Ermita de San Pedro, que data del año 1663, y la Puerta del Ahorcado, la única puerta de la muralla que permanece en pie a día de hoy. Y por supuesto, la jornada turística no estaría completa sin probar algunos productos de la gastronomía local como las judías y judiones de Denominación de Origen protegida, los asados y guisos de carne y caza, las patatas revolconas, los quesos de oveja y de cabra artesanales, los chuletones de ternera de raza avileña...
Cómo llegar a El Barco de Ávila
El trayecto en coche desde la ciudad de Ávila y El Barco de Ávila es de 1 hora por la N-110. Desde Madrid es de 2 horas y 20 minutos por la misma carretera.
Apúntate a la newsletter y recibe en tu correo las mejores propuestas para viajar por el mundo.
Comentarios