El templo mejor conservado en Roma ahora transformado en iglesia

El icónico Panteón de Agripa, el edificio mejor conservado de la antigua Roma. Esta maravillosa obra se levantó el año 126 d.C y a inicios del siglo VII fue donado al Papa Bonifacio IV, quien lo transformó en una iglesia.

El Panteón, Roma Italia
El Panteón, Roma Italia
Luciano Mortula
El Panteón, Roma Italia

Roma acoge muchas obras de arte sobresalientes, pero pocas impresionan tanto como los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, la Basílica de San Pedro (la iglesia más grande de Italia) y la majestuosidad de la plaza que le precede a la grandiosa fachada y el opulento interior. Y aquí llega otro de los principales puntos de interés. En el centro histórico de la Ciudad Eterna sobresale una cúpula, considerada el logro arquitectónico más importante de los romanos, que se alza vertiginosa sobre el viajero que le hará sentir minúsculo: el Panteón.

Un antiguo y enorme templo, de una construcción excepcional, en el que sentir la misma fascinación que los ancestros hace 2000 años. Una de las obras arquitectónicas más influyentes de Occidente hoy transformado en iglesia. Si bien es cierto que el exterior es grisáceo y agrietado, acuse del largo paso del tiempo, cruzar sus enormes puertas de bronce y alzar la vista para ver la mayor cúpula de hormigón en masa jamás construida es una experiencia excepcional. 

El Panteón de Agripa, Roma
El Panteón de Agripa, Roma
Getty Images/iStockphoto

Antes de continuar este recorrido por el la Cittá Bella, y como dato curioso, la expresión, aún hoy usada, "Lo que no hicieron los bárbaros, lo hizo Barberini", nació del saqueo del bronce del Panteón por orden del papa Urbano VIII, apellidado Barberini. La forma actual del Panteón data aproximadamente del año 125 d.C. Y es que el templo original, construido por Marco Agripa en el 27 a.C. quedó reducido a cenizas en el 80 d.C. Aunque lo reconstruyó Domiciano, un rayo lo destrozó por segunda vez en el 110 d.C. Lejos de su infortunio, el emperador Adriano mandó a reconstruirlo entre los años 118 y 125 d.C., y esa es la versión que hoy se puede contemplar. 

El Panteón de Roma, símbolo arquitectónico de la ciudad eterna

Originalmente, el Panteón se alzaba sobre un podio y la entrada daba a una plaza porticada rectangular. Hoy, el exterior es grisáceo y asoma a la Pizza della Rotonda. Tras las columnas, dos puertas de bronce de 20 toneladas brindan acceso a la rotonda central. Pese a su impotente exterior, solo por dentro se aprecia realmente su verdadero tamaño, cuyo interior cilíndrico revestido de mármol parece enorme. 

El Panteón de Agripa en Roma
El Panteón de Agripa en Roma
Jose Antonio Bernat Bacete

Al fondo de la iglesia se sitúa el altar principal y sobre este, la Madonna col Bambino, del siglo VII. A la izquierda se hayan las tumbas de Rafael (1520), del rey Humberto I y de Margarita de Saboya. Al otro lado de la rotonda se ve la tumba del rey Manuel II. En cuanto a la cúpula, fue la más grande del mundo hasta que la superó la florentina de Brunelleschi en el siglo XV. Su aspecto armonioso se debe a una simetría perfectamente calibrada, esto es, el diámetro es exactamente igual a la altura del interior del edificio. 

El Panteón de Agripa en Roma
El Panteón de Agripa en Roma
Getty Images

Su colosal diámetro es de 43,56 metros, lo que la convierte en la cúpula más grande jamás construida por el hombre en hormigón en masa de 4.535 toneladas de peso. El óculo, justo en el centro, conectaba simbólicamente el templo con los dioses, pues absorbe y redistribuye las enormes fuerzas de tensión de la cúpula. En 2009 un estudio realizado por un científico neozelandés y publicado en la revista británica New Scientist, arrojó luz sobre este asunto. Podría tratarse de un reloj solar. 

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