Situada justo en el punto donde los ríos Iller y Blau confluyen con el Danubio, la ciudad de Ulm, en el estado de Baden-Wurtemberg, al suroeste del país, a unos cien kilómetros de Sttugart, tiene muchos motivos para ser calificada como histórica. El primero es puramente anecdótico, ya que apenas vivió aquí unos meses, pero ¡ay! lo bien que queda aparecer en los libros como el lugar de nacimiento de Albert Einstein.
De estilo gótico, la torre de esta iglesia se eleva hasta los 161,53 metros. En principio fue católica y pasó a ser protestante tras la Reforma de Lutero
El padre de la Teoría de la Relatividad vio la luz por primera vez en la que, en sus tiempos, allá por el siglo XVI, fue un activo foco de creación, residencia habitual de pintores y escultores. Ya por entonces era una de las ciudades imperiales libres más extensas del Sacro Imperio Romano Germánico, que eran aquellas que gozaban de autonomía propia en temas políticos y jurídicos. Para ahondar un poco más en su pasado, otro dato: Napoleón también pasó por aquí. Es más, ganó una importante batalla ante el ejército austriaco. Un acontecimiento que definitivamente coloca a nuestro destino en el mapa de sitios imprescindibles que ver en Alemania.
Vistas al Danubio
Pero si hasta aquí hemos llegado seguramente será porque queremos disfrutar de las vistas que se obtienen desde su principal monumento: la catedral. No es un templo cualquiera, porque tiene récord. Este es el motivo: su torre principal se eleva hasta los 161,53 metros, lo que la convierte en la iglesia más alta del mundo. De estilo gótico y de adscripción luterana, fue construida en el siglo XIV, aunque hasta quinientos años después no se dio por finalizada. Su primera piedra fue colocada en el año 1377 gracias a la insistencia de los habitantes de la ciudad, que no se sentían seguros a la hora de visitar la entonces iglesia principal, situada fuera de las murallas.
La catedral se inició en 1377 por deseo de los habitantes, que no se sentían seguros al visitar la antigua iglesia principal situada fuera de las murallas
Mirador a 70 metros
En las obras de la catedral trabajaron los maestros arquitectos más importantes del país, que fueron cambiando los planos del edificio según avanzaban los tiempos. Dentro del templo encontramos grandes joyas, como el coro del siglo XV del taller de Jörg Syrlin El Viejo o el púlpito con cubierta sonora de Jörg Syrlin El Joven. Aunque, sin duda, su elemento más impactante es su torre, a cuya parte más alta se accede tras subir 768 escalones. Si el día está despejado hasta se ven los Alpes… Habrá que esperar un poco para comprobarlo, ya que está siendo rehabilitada. De momento solo podremos subir hasta su primer mirador, situado a unos 70 metros de altura, que brinda una sensacional panorámica con el Danubio bajo nuestros pies.
Más cosas que ver
La ciudad alemana esconde otras muchas sorpresas. En el Museo de Ulm habrá que frotarse bien los ojos para ver el conocido como Löwenmenschen, una figura del Paleolítico Superior realizada en marfil de mamut que es la escultura de un ser humano con cabeza de león más antigua del mundo. El blanco Ayuntamiento, el edificio de cristal de la biblioteca central y el Schiefes Haus (¡un hotel inclinado al estilo torre de Pisa!) son otros lugares que hay que conocer antes de darse una vuelta por el encantador barrio de los pescadores. Y eso que aquí no hay mar. Más información en germany.travel
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