Destruida casi por completo durante la Segunda Guerra Mundial, hoy Fráncfort es una ciudad de arquitectura moderna y vanguardista, donde los rascacielos impresionan y compiten en altura. Pero también cuenta con un colorido casco histórico que ha sido parcialmente reconstruido y que sorprende por su encanto.
Cómo llegar
La ciudad cuenta con dos aeropuertos: el Internacional Fráncfort del Meno (a unos 12 kilómetros del centro) y otro es más pequeño, el Fráncfort-Hahn. A este último, que está a unas 2 horas en autobús desde Frankfurt, es al que suelen llegar las compañías lowcost, como Ryanair. Para trasladarte del aeropuerto principal al centro de Fráncfort, la forma más económica es coger el tren de cercanías. Salen cada 15 minutos y el billete tiene un coste de unos 5€. Puedes bajarte en cualquiera de las muchas paradas que hay por el centro de la ciudad, aunque la estación más céntrica es Hauptwache.
Dónde alojarte
Encontrar alojamiento en la quinta ciudad más grande de Alemania puede resultar bastante caro. Además del centro histórico, existen numerosos distritos cada uno con su propio ambiente. Uno de ellos es Sachsenhausen, un distrito turístico, tranquilo y familiar que está situado en la orilla sur del Meno. Es una zona tranquila, de calles empedradas, con espacios verdes y no lejos del casco antiguo. Si buscas algo más animado, te aconsejamos Bornheim, donde encontrarás numerosas tiendas y lugares de marcha para exprimir la ciudad al máximo.
El Römerberg
Representa el corazón histórico de Fráncfort y es donde se encuentra el ayuntamiento (Römer), que data del año 1405 y es el edificio histórico más importante de la ciudad. Flanqueada por casas de entramado de madera, en esta histórica plaza se celebraban las primeras ferias comerciales de Fráncfort en el siglo XIII. En el centro se encuentra la fuente de la Justicia, de 1543.
Museo Histórico
Si quieres conocer la historia de esta interesantes ciudad, te aconsejamos una visita a este museo, que se encuentra en el lado sur de la plaza Römemberg, y en el que podrás descubrir las vicisitudes por las que ha pasado Fráncfort desde el medievo hasta el siglo XX, incluyendo la destrucción ocasionada por la Segunda Guerra Mundial. Además, podrás ver mediante maquetas cómo era la ciudad durante la Edad Media.
El Eiserner Steg
Cruzar a pie el Puente de Hierro o Eiserner Steg es una de las cosas principales que debes hacer en este viaje, sobre todo por las vistas que ofrece de la ciudad, del río Meno y de los edificios que se encuentran en las orillas. Pero además, este bonito puente de estilo neogótico une el casco histórico con uno de los barrios más interesantes, el de Sachsenhausen.
Las sidrerías de Sachsenhausen
Un viaje a Fráncfort tiene que pasar sí o sí por probar las típicas salchichas alemanas acompañadas de chucrut, así como por un contundente codillo. Para tomar estos platos tan típicos, lo mejor es que te acerques hasta uno de los barrios más pintorescos, el de Sachsenhausen, donde encontrarás rústicas tabernas tradicionales que, además, producen sidra de manera artesanal. La mayoría son negocios familiares que llevan abiertos nada menos que tres siglos. Este barrio medieval de callejones y calles empedrada es una de las zonas con más ambiente y con más encanto de la ciudad.
La casa de Goethe
En esta ciudad nació el escritor más importante de Alemania. Y aunque su casa fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, posteriormente fue reconstruida, incluyendo el mobiliario. Incluso muchos de los objetos que se ven en la sala son los originales, como porcelanas, almohadones bordados, un retrato del joven Goethe e imágenes familiares. Junto a la casa está el Museo Goethe, que cuenta con una biblioteca y donde podrás ver pinturas y documentos curiosos relacionados con el escritor.
Paulskirche o Iglesia de San Pablo
Construida entre 1789 y 1833, si por algo destaca esta iglesia es porque en ella se realizaban reuniones políticas, y terminó siendo la sede del primer parlamento alemán elegido libremente, en 1848. Hoy está desacralizada y acoge sobre todo exposiciones y eventos especiales.
Catedral de San Bartolomé
Pero si quieres visitar el edificio religioso más importante y más grande de la ciudad, tienes que acercarte hasta su catedral que fue construida entre los siglos XIII y XV. Fue testigo de la coronación de emperadores y reyes del sacro imperio romano germánico, de ahí que se ganara el nombre de catedral. Tras ser casi destruida por un incendio, y después por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, ha sido remodelada en un par de ocasiones y el interior totalmente reconstruido.
La Orilla de los museos
En la orilla sur del Meno, conocida como la Museumsufer, se muestra la cara más cultural de Fráncfort. Es la zona en la que se concentran los museos más importantes de la ciudad. Además del Deutsches Filminstitut, están el Museo Städel, que cuenta con una de las colecciones más importantes del mundo, con obras que van del siglo XV a la actualidad, y el Museo Liebieghaus, donde disfrutarás de magníficas esculturas de Egipto, Grecia y Roma. Y es un lugar de lo más animado, sobre todo si vas los sábados por la mañana coincidiendo con un mercado que se celebra en los alrededores.
Crucero por el Meno
Fráncfort se puede recorrer a pie, pero también por agua. Además de dar un relajante paseo por las orillas del río, otro de los planes que deberías incluir en tu paso por esta ciudad es un pequeño crucero por el Meno. Existen numerosos barcos que recorren de arriba a abajo el río, desde el puerto de Eisernen Steg. El trayecto dura aproximadamente una hora y podrás observar desde una perspectiva distinta tanto los barrios históricos como la zona financiera.
Un paseo por Mainhattan
Conocido como Mainhattan, en un juego de palabras que une el nombre del río Main y la zona de negocios de la ciudad de Nueva York, este distrito financiero es el lugar más icónico de Fráncfort. Pasear entre edificios de enorme altura es uno de los planes que deberías incluir en tu lista. Entre todos ellos destaca la Main Tower, el único rascacielos que tiene un observatorio. Coge el ascensor hasta la plataforma ubicada a casi 200 metros y lo que te encontrarás es una vista impresionante de todo el paisaje urbano de Fráncfort. Y si quieres darte un capricho, sube hasta la planta 53 al atardecer y disfruta de la cara más bella de la ciudad en el restaurante giratorio que cuenta con paredes de cristal.
La Bolsa de Fráncfort
Otro de los lugares imprescindibles que no debes pasar por alto durante el recorrido por la zona financiera es la Bolsa. Te encantará su fachada neoclásica, pero también será toda una experiencia poder entrar en el que es uno los mercados de dinero más importantes del mundo.
Museo y cementerio judío
También encontrarás recuerdos impactantes del Holocausto. Uno de los lugares más emotivos de la ciudad es el antiguo cementerio judío. Se puede acceder comprando la entrada del Museo Judío, tan solo hay que pedir la llave. Situado en una zona céntrica de la ciudad, en su muro hay placas que recuerdan el nombre de los miles de fallecidos en los campos de concentración. En el interior del cementerio se encuentran lápidas antiguas, incluso algunas de hace varios siglos, que sobrevivieron a los bombardeos.
Kleinmarkthalle
Te sugerimo hacer un recorrido por este mercado cubierto que se encuentra en el centro. Seguro que te sorprenderá porque su aspecto es muy distinto a cualquier otro que hayas visitado. Cuenta con unos 60 puestos, con todo tipo de productos frescos de la zona. Te encantará el buen buen ambiente que hay, ya que muchos jóvenes suelen frecuentarlo para tomar un aperitivo y una copa. Además, podéis aprovechar la visita para probar las auténticas salchichas de Fráncfort en los bares que hay encima del mercado.
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