Al contrario de lo que ocurre en muchos destinos vacacionales típicos del verano, la ciudad portuguesa de Albufeira no se pone en “modo pausa” cuando llega el invierno. Ciudad costera situada en el centro del Algarve, aquí simplemente comienza una nueva etapa, más tranquila, lejos del turismo de masas, igualmente volcada en sus playas y sus preciosos paisajes, pero paciente para disfrutarla a otro ritmo. Lejos de colgar el cartel de cerrado, es ahora cuando Albufeira se acerca todavía más a la imagen más idílica del paraíso.
Y aquí van siete razones para que dejes de pensar en el sur de Portugal solo en verano y prepares la maleta para ir... ¡ya!
Fuera de temporada
Lo que significa que hay menos gente, precios más bajos, playas solo para ti y calles por las que pasear tranquilo. Y es que su agradable temperatura en estas fechas es la ideal para largos paseos junto al mar. Olvida el plumas y busca las gafas de sol.
Cuevas y delfines
El mar siempre está allí y se puede seguir disfrutando de él. Hay que ser valiente para bañarse, pero no para adentrarse agua adentro en busca de delfines. Ver a estos preciosos animales saltar a tu lado es una experiencia que gusta a pequeños y mayores. Desde la zona de la Marina parten varias embarcaciones de diferentes compañías que completan el viaje con un recorrido por la costa. Las paradisiacas playas se alternan con altos acantilados, con misteriosas cuevas y alguna fascinante gruta. Cómodamente podrás llegar hasta el interior de la famosísima cueva de Benagil, la misma que sale en prácticamente todas las postales del Algarve. A su lado otras maravillas de la naturaleza como pequeñas grutas, arcos perfectamente definidos o curiosas figuras con las que la imaginación vuela.
Playas y calas solo para ti
Después de verlas desde el mar, toca decidir cuál será tu playa favorita. En estas fechas es fácil encontrar alguna cala en la que disfrutar en soledad del sonido del mar, algo impensable hace unos meses. Su arena dorada y el agua turquesa son ahora la postal perfecta. La playa de la Marina, con sus altas rocas cerca de la orilla, o la de Dos Paradinha, reconocible por su arco, son dos buenos ejemplos.
Además de playas únicas como la de Dos Paradinha, en esta zona de Portugal hay bellas rutas de senderismo por su naturaleza interior
Naturaleza interior
No todo es playa en el Algarve y Albufeira es un buen ejemplo gracias a sus bonitos paisajes de interior. Existen varias rutas de senderismo. Algunas te llevan entre los mejores miradores junto al mar y otras se pierden entre naranjos. Si necesitas soltar algo de adrenalina, reserva un quad en algarveriders.com y adéntrate en el Algarve más salvaje.
Exquisita gastronomía
El sur de Portugal es un destino imprescindible para los amantes del buen comer. Equivocarse es complicado, pero aquí van tres opciones para que te lleves la mejor impresión de la gastronomía de Albufeira. Si te gusta el pescado y más aún degustarlo viendo el mar, reserva ya en O Farol, en plena playa de los Pescadores. Para comida tradicional, sin pretensiones, pero llena de sabor, tu mesa está entre las tranquilas calles de Guia, en el restaurante Ramires. ¿El plato estrella? Su pollo especial, que puedes elegir entre la versión tradicional o la picante. Y para una ocasión más especial puedes echar un ojo a Veneza. Después de cotillear las miles de botellas de vino y licores que decoran sus paredes (algunas de miles de euros), ya podrás degustar sus especialidades.
Callejear con calma
El casco viejo de Albufeira sigue recordando al pueblo de pescadores que fue en el pasado. Perderse entre sus calles de casas blancas y detalles de color es ahora una delicia, sobre todo a última de hora de la tarde para empaparte de esa luz tan bonita que nos regala el Algarve en cualquier época del año.
Revivir la tradición
En el Centro de Artes y Oficios Carlos Silva e Sousa, ubicado en pleno centro histórico de Albufeira, no solo puedes aprender sobre las tradiciones de la zona, también ponerte manos a la obra y llevarte el mejor souvenir hecho con tus propias manos. Durante todo el año imparten talleres para darle rienda suelta a tu creatividad en técnicas tan arraigadas en la zona como la cerámica, la hoja de palma, pintar azulejos, el macramé o simplemente degustar algunos dulces típicos.
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