La ESA vuelve a poner fecha al vuelo de su cohete Vega C tras el fracaso de su último lanzamiento

La empresa Arianespace ha detallado que se ha creado una comisión de expertos independientes.
El lanzamiento fallido fue el tercero de los ocho últimos vuelos de cohetes Vega.
ESA
La empresa Arianespace ha detallado que se ha creado una comisión de expertos independientes.

Un cohete Vega volverá a realizar una misión "antes del final del verano" después del fracaso, el pasado 20 de diciembre, de la nueva versión de esta lanzadera europea, Vega C, que se perdió junto con los dos satélites que iba a poner en órbita.

Además, está previsto lanzar antes de final de año un Vega C una vez que se implementen nuevas medidas de seguridad, anunció este viernes el director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), Josef Achsbacher, en una conferencia de prensa.

La ESA y el consorcio Arianespace, responsable de las lanzaderas europeas, anunciaron este programa para relanzar Vega, coincidiendo con la publicación de las conclusiones de la comisión de investigación independiente que se constituyó tras ese fiasco.

La ESA y Arianespace subrayaron que la comisión de investigación en sus conclusiones no pone en duda el funcionamiento de los motores Zefiro 23 y Zefiro 9 que equipan las lanzaderas Vega y por eso se ha decidido "adaptar" el calendario de lanzamientos.

La primera misión, para la que los dos organismos no quisieron dar una fecha concreta y tampoco detalles precisos sobre su contenido, se llevará a cabo con uno de los dos cohetes Vega que quedan y, por tanto, no con la nueva versión.

Aschbacher reconoció que el fracaso de la misión fue algo "muy serio", ya que es el tercero en los últimos ocho vuelos de cohetes Vega, lo que abre una reflexión más amplia sobre "cómo recuperar el acceso independiente de Europa al espacio".

Los expertos independientes encargados de las pesquisas han confirmado que el problema del incidente de diciembre fue "un deterioro gradual de la tobera del (motor) Zefiro 40".

En concreto, hubo una "sobreerosión termomecánica inesperada del compuesto de carbono/carbono que constituía el inserto de la garganta de la tobera", que el fabricante italiano de la lanzadera, Avio, había comprado en Ucrania.

Para los investigadores, esa pieza falló probablemente por "un defecto de homogeneidad del material" que causó un problema de porosidad que terminó por deteriorar el conjunto del componente.

Eso generó el problema de caída súbita de presión, seguido de pérdida de la trayectoria, que condujo a los responsables de la misión a proceder a la autodestrucción del cohete.

El consejero delegado de Avio, Giulio Ranzo, aseguró en la rueda de prensa que la guerra de Ucrania no ha generado problemas de suministro de componentes, durante el conflicto "los envíos han continuado como estaba previsto", pero sí avanzó que "se reforzarán los controles y los test" sobre las piezas de todos sus proveedores.

La comisión de investigación también ha establecido que los criterios para certificar la garganta de la tobera no fueron suficientes para garantizar su idoneidad, por eso se ha decidido prohibir ese material.

Como no se ha descubierto ningún punto débil en el diseño del Zefiro 40, el motor diseñado para Vega C, Avio ya ha ofrecido una solución alternativa para los próximos cuellos de tobera con un material diferente que fabricará ArianeGroup (filial de Airbus y Safran), y que ya se utiliza para las toberas del Zefiro 23 y del Zefiro 9, los motores que Vega ha utilizado hasta ahora.

Más allá de este fallo, que se considera plenamente identificado, la comisión de investigación ha formulado una serie de recomendaciones para restablecer la confianza en las lanzaderas Vega y Vega C con un plan de programación de los próximos vuelos que garantice la fiabilidad y "una explotación comercial robusta".

Entre esas recomendaciones están realizar más test y análisis para garantizar la certificación de la alternativa que se va a utilizar para el Zefiro 40, prever una fase de calificación adicional para ese motor con el nuevo material para la garganta de la tobera y un plan de acciones para una producción fiable del cohete a lo largo del tiempo.

El fiasco de Vega C llegó en un muy mal momento para el sector espacial europeo, ya que se vino a añadir a los sucesivos retrasos que ha sufrido la fijación del primer vuelo del nuevo cohete Ariane 6 (ahora está programado para el último trimestre de 2023), que vendrá a sustituir al Ariane 5.

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