Ectogénesis: ¿se podría hacer realidad la gestación usando un útero artificial?

La propuesta del divulgador científico era crear cápsulas de gestación transparentes imitando con tecnología todo el proceso del embarazo.
La propuesta del divulgador científico era crear cápsulas de gestación transparentes imitando con tecnología todo el proceso del embarazo.
Hashem Al-GhailI
La propuesta del divulgador científico era crear cápsulas de gestación transparentes imitando con tecnología todo el proceso del embarazo.

La gestación subrogada está siendo objeto de debate en redes sociales, en medios de comunicación y en la calle desde hace más de un mes, cuando la revista ¡HOLA! publicó la exclusiva de que Ana Obregón había alquilado un vientre para dar a luz a su hija-nieta. Cada año, a España llegan unos mil bebés que han sido fruto de esta práctica y los que la rechazan recuerdan que existen otras opciones como adoptar, en caso de que no se puedan o no se quiera tener hijos biológicos. Sin embargo, en un futuro podría existir otra opción que está investigándose y que podría dar lugar a un nuevo debate ético: la ectogénesis.

¿Qué es el concepto ectogénesis?

Hashem Al-Ghaili, biotecnólogo y divulgador científico de Yemen, compartió un vídeo a finales del año pasado en el que imaginaba un posible futuro en el que los bebés se formasen en incubadoras que actuasen como úteros artificiales, de principio a fin de la gestación. El proyecto 'Ectolife' no era una realidad, sino una hipótesis del experto, pero este opinaba en una entrevista para New Atlas que podía ser posible dentro de unos años y convertirse en la norma de los 'embarazos' a largo plazo. 

El profesional defendía la importancia de crear una alternativa al embarazo tradicional por los problemas que este suponía. Una persona gestante debe pasar por dolores, vómitos, fatiga, privarse de muchos alimentos que pueden resultar nocivos, puede haber complicaciones, etc. En cambio, con Ectolife, se podría evitar todos inconvenientes con úteros artificiales, sin recurrir a los vientres de alquiler de otras personas.

Según mencionaba Al-Ghaili, la tecnología podría replicar las condiciones ideales de la gestación de un útero con la temperatura ideal y sin infecciones. En su propuesta audiovisual, se mostraban miles de "cápsulas de crecimiento" transparentes con cordones umbilicales artificiales que proporcionaban oxígeno y nutrían a los fetos de dentro.

El interior de los úteros tendría un líquido aminiótico artificial que Al-Ghaili explicaba que estaría continuamente refrescándose con hormonas, anticuerpos y otros elementos claves para el crecimiento de los fetos. Por otro lado, el biotecnólogo apuntaba que el desecho generado podría eliminarse a través de un biorreactor y volver a convertirse enzimáticamente en "un suministro constante y sostenible de nutrientes frescos".

Los futuros padres podrían generar un vínculo desde la gestación, mandando mensajes de voz o música clásica mediante una aplicación. La plataforma también les permitiría poder controlar los signos vitales, para estar alerta en caso de que hubiese alguna complicación.

Ectolife tendría una app para que los futuros padres pudiesen ver como se está gestando su bebé.
Ectolife tendría una app para que los futuros padres pudiesen ver como se está gestando su bebé.
Hashem Al-GhailI

Además, Al-Ghaili proponía periodos de gestación más largos que los embarazos naturales. Con ello, el experto señalaba que los futuros bebés podían salir al mundo más desarrollado, es decir, con la capacidad de andar, por ejemplo.

Siendo consciente de que muchos usuarios criticarían lo impersonal del ectolife, Al-Ghaili proponía crear trajes para sentir la sensación de las patadas de los bebés o utilizar gafas de realidad virtual para no perderse el 'parto', incluso desde el punto de vista del recién nacido.

El motivo por el que Ectolife no es una alternativa 

La idea de Al-Ghaili no es completamente nueva: el escritor Aldous Huxley ya habló de centros de producción de bebés en 'Un mundo feliz', de 1932, y la película 'Matrix' de 1999 también planteaba la creación de humanos para almacenar energía en máquinas. Aunque el biotecnólogo lo presenta como algo mejor que un embarazo natural, en esas tramas vendían una imagen mucho más triste.

Las leyes actuales imposibilitan la experimentación humana y, además, no existe gran conocimiento científico como para desarrollar un útero artificial funcional. Por lo tanto, el concepto de ectogénesis solo puede quedar como una teoría porque el embarazo es un proceso más complejo, con cambios de la placenta en las distintas fases de la gestación y otros factores difíciles de replicar.

Hung-Ching Liu, profesora de la Universidad de Cornell y doctora experta en el ámbito, intentó a principios de los 2000 llevar a cabo embarazos completos con embriones de ratón en úteros externos. Solo un caso consiguió una gestación entera, pero el ratón nació con serias deformaciones.

En un segundo intento, la doctora probó a implantar úteros artificiales en la cavidad abdominal de una ratona (fuera del útero real). De este modo, consiguió crías más pequeñas de lo normal, pero no deformes. Sin embargo, detuvo su investigación ahí por todas las implicaciones sociales y éticas que tenía con las que "no quería lidiar".

Por otro lado, el año pasado, un grupo de científicos del Instituto de Ingeniería y Tecnología Biomédica de Suzhou (China) creían haber sido capaces de desarrollar un útero artificial con la capacidad de gestar un embrión humano. Su sistema usaba inteligencia artificial para vigilar el crecimiento del feto, pero el estudio acababa de iniciar y las conclusiones no demuestran que el futuro de esta práctica esté asegurado.

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