El pinzamiento del cordón umbilical es una acción más delicada y significativa de lo que culturalmente hayamos podido entender. El momento exacto de llevarlo a cabo no cuenta con ninguna directriz estricta, ni tan siquiera por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), si bien suele realizarse entre los 30 y los 180 segundos posteriores al nacimiento. Investigaciones recientes se han volcado en el impacto que esta intervención tiene en la salud de los prematuros.
En un bebé nacido a término, entre la semana 37 y 42 de embarazo, se recomienda pinzar el cordón umbilical tras uno o dos minutos de espera. Si el bebé es prematuro, esperar como mínimo esos dos minutos e incluso más puede tener un impacto realmente positivo en su salud, hasta el punto de reducir en dos tercios su riesgo de mortalidad. Así lo confirman las conclusiones de un metaanálisis publicado en The Lancet tras haber analizado una base de datos de más de 10.000 recién nacidos.
Aunque no postula un tiempo exacto para el pinzamiento, la OMS no se muestra contraria al pinzamiento tardío, sino todo lo contrario, recomienda que se respete la fisiología del bebé. Tras abandonar la placenta, la sangre sigue fluyendo naturalmente hacia su cuerpo y en principio se desecha realizarlo inmediatamente porque se ha comprobado que se reduce el riesgo de anemia posterior, entre otras complicaciones posibles.
La opinión médica sobre el pinzamiento precoz
La falta de evidencia científica sobre el momento más óptimo del pinzamiento del cordón ha llevado a una división de opiniones en la comunidad médica. El pinzamiento precoz es defendido en aras de disminuir el riesgo de policitemia e hiperbilirrubinemia, y para facilitar el manejo del bebé.
Entre los argumentos que se esgrimen para defender el pinzamiento tardío se encuentra el menor riesgo de anemia y la facilitación tanto para la vida extrauterina del bebé como para el vínculo materno.
Ambas percepciones se realizan habitualmente sobre bebés nacidos a término, dado que la circunstancia de la prematuridad no había estado históricamente en el foco científico en este aspecto. Cabe resaltar que en el caso de los prematuros extremos, nacidos antes de las 28 semanas, sus delicadas condiciones de salud no permiten esa espera de dos minutos para el pinzamiento porque en muchas ocasiones deben ser inmediatamente derivados a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales.
Uno de cada diez nacimientos mundiales
Los últimos datos de la OMS (2020) hablan de 13,4 millones de nacimientos prematuros en todo el mundo, lo que equivaldría a uno de cada diez nacimientos. Según la Sociedad Española de Neonatología (SEN), la tasa nacional se sitúa alrededor del siete por ciento del total de nacimientos.
La tasa mundial oscila entre el cuatro y el dieciséis por ciento, y es obviamente mayor en función de las condiciones sociosanitarias, con desigualdades palmarias si hablamos del número de defunciones, mayores en entornos de bajos ingresos y peores condiciones tecnológicas de los centros sanitarios.
Referencias
El Parto es Nuestro (s.f.). El cordón umbilical. https://www.elpartoesnuestro.es/informacion/6-el-cordon-umbilical
OMS (2023, 11 de mayo). Nacimientos prematuros. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/preterm-birth
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