La voz materna disminuye el dolor en bebés prematuros y aumenta el nivel de oxitocina, la hormona del apego

Un bebé prematuro en una incubadora, en una imagen de archivo.
Un bebé prematuro en una incubadora, en una imagen de archivo.
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Un bebé prematuro en una incubadora, en una imagen de archivo.

Cada año nacen cerca de 15 millones de bebés prematuros, esto es, más de uno de cada 10 nacimientos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2018. Las tasas de prematuridad están aumentando y es la primera causa de mortalidad en niños y niñas menores de cinco años de edad. 

Se considera que un bebé es prematuro cuando nace antes de que se cumplan las 37 semanas de gestación, aunque existen diferencias según la edad gestacional. En este sentido, una de las causas más frecuentes del parto prematuro es tener un embarazo múltiple, mientras que otras habituales son las infecciones o las enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión. No obstante, en muchos casos no es posible identificar una causa concreta.

Los beneficios del contacto con su madre

La atención sanitaria y el tratamiento farmacológico es fundamental durante el parto y el periodo posnatal para evitar posibles complicaciones en bebés prematuros. Además de esto, se ha demostrado que el contacto directo con la piel de su madre, mediante la técnica conocida como 'madre canguro', ayuda a su estabilidad y recuperación.

El contacto piel con piel con la madre ayuda a mantener la temperatura corporal del bebé.

"Cuando los bebés están en el seno materno tienen una temperatura y humedad ideales para su desarrollo. Sin embargo, al nacer antes de tiempo, tienen poca grasa y una piel fina que no les permite protegerse del ambiente frío", explican en la Asociación Española de Pediatría. Las incubadoras proporcionan estas condiciones necesarias para regular la temperatura corporal y si el bebé está piel con piel con su madre podrá mantener una temperatura idónea. 

Un nuevo estudio, publicado en la revista Scientific Reports, ha demostrado que la voz materna disminuye los signos de dolor en bebés prematuros antes de someterse a una intervención médica. Un equipo de la Universidad de Ginebra ha observado que cuando la madre hablaba al bebé, la expresión de dolor se reducía y aumentaba el nivel de oxitocina, la conocida hormona del apego. 

Su presencia reduce el estrés significativamente

Estos resultados parecen demostrar que la presencia de los progenitores durante el cuidado de bebés prematuros en hospitales tiene un profundo impacto en su bienestar al reducir considerablemente su estrés. La separación de sus padres durante los procedimientos en cuidados intensivos tiene efectos profundos en los bebés prematuros que repercuten en los niveles de estrés, así como en su sistema inmunológico, explican en el citado estudio.

Estas intervenciones pueden alterar "la estructura y función del cerebro de los bebés".

"Dado que estos procedimientos ocurren en un momento de mayor sensibilidad y rápido desarrollo neurológico, podrían alterar, además de la posterior sensibilidad al dolor, la estructura y función del cerebro de los bebés", añaden.

Las modulaciones de la voz tienen un "efecto calmante"

Diversos estudios ya habían comprobado el impacto de la presencia de la madre o el padre en el manejo del dolor por el "efecto calmante" de la voz en los más pequeños. Para esta investigación, el equipo evaluó el seguimiento de 20 bebés prematuros en el Hospital Parini en Italia y solicitaron a su madre que estuviera presente durante la analítica diaria. 

El estudio se realizó en tres fases durante tres días, lo que permitió la comparación: una primera inyección se administró sin la presencia de la madre, una segunda con la madre hablando con el bebé y una tercera con la madre cantándole al bebé. "Para el estudio, la madre empezó a hablar o cantar cinco minutos antes de la inyección, durante la inyección y después del procedimiento", detalla la doctora Manuela Filippa, investigadora en Grupo de Didier Grandjean y autora del estudio.

A través del Pretérmino Infant Pain Profile (PIPP), que establece una cuadrícula de codificación entre 0 y 21 para las expresiones faciales y parámetros fisiológicos, pudieron comprobar las sensaciones dolorosas de los bebés. "Para codificar el comportamiento de los bebés prematuros, filmamos cada análisis de sangre y juzgamos los vídeos 'ciegos' por personal capacitado, sin sonido, para no saber si la madre estaba presente o no", añade la experta. 

Refuerza los lazos de apego básicos 

Los resultados fueron sorprendentes: el PIPP es de 4,5 cuando la madre está ausente y se reduce a 3 cuando habla al bebé y a 3,8 si canta. ¿Qué quiere decir esto? La voz de la madre hace que se incrementen los niveles de oxitocina. Utilizando una muestra de saliva indolora antes de que la madre hablara o cantara y después del pinchazo de la analítica, el equipo descubrió que los niveles de oxitocina aumentaron de 0.8 picogramos por mililitro a 1.4 cuando la madre habló.

Se demuestra "la importancia de acercar a padres e hijos, especialmente en el delicado contexto de cuidados intensivos".

"Demostramos aquí la importancia de acercar a padres e hijos, especialmente en el delicado contexto de cuidados intensivos", asegura la doctora Manuela Filippa. Asimismo, "los padres juegan aquí un papel protector y pueden actuar y sentirse implicados para ayudar a su hijo a estar lo mejor posible, lo que refuerza los lazos de apego esenciales que se dan por sentados en un parto a término". 

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