Qué es una cardiopatía congénita, cómo identificarlas y cuándo pasan desapercibidas

Se trata de un tipo de alteración en el corazón que surge durante el desarrollo embrionario, ya sea por causas genéticas, ambientales o multifactoriales. Aunque son fácilmente detectables, hay algunas que pueden pasar desapercibidas al presentar más o menos síntomas que la hagan más o menos evidente.

La cardiopatía congenita es una enfermedad que tiene origen en el embarazo.
La cardiopatía congenita es una enfermedad que tiene origen en el embarazo.
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La cardiopatía congenita es una enfermedad que tiene origen en el embarazo.

El día 14 de febrero, además del Día de San Valentín, es la fecha elegida para concienciar sobre las cardiopatías congénitas, un tipo de alteración en el corazón que surge durante el desarrollo embrionario, ya sea por causas genéticas, ambientales o multifactoriales. Con alguna de estas cardiopatías viven en España, según la Fundación Española del Corazón, unas 120 mil personas -tres de cada 1.000-, pero, dado que muchas pasan desapercibidas hasta la edad adulta, podrían ser más.

El espectro de las cardiopatías congénitas es muy amplio y abarca desde complicaciones de gravedad -algo que sucede en el 17,5% de los casos, según el Registro Español de Cardiopatías Congénitas (RECC)-, patologías de complejidad moderada (el 53,5%) hasta pequeños defectos asintomáticos y compatibles con una vida normal. Incluso aunque se trate de una cardiopatía, a priori, sin implicaciones graves, lo mejor es detectarlas cuanto antes para hacer el seguimiento adecuado, aunque en muchos casos es complicado, pues pasan bastante desapercibidas.

Los síntomas más comunes de las cardiopatías

En ocasiones, las cardiopatías congénitas, si son muy evidentes, pueden detectarse durante el embarazo de la madre, lo que supone una gran ventaja, pues, aunque se trate de cardiopatías no graves, detectarlas a tiempo supone que al niño se le realice un seguimiento regular durante toda su vida por si surgen complicaciones.

Hay otros casos en los que no se localiza con una ecografía prenatal —o no se han llevado a cabo— y, si no tiene síntomas nada más nacer, pueden pasar desapercibidas durante años. Aunque varían de una cardiopatía congénita a otra, hay síntomas que suelen ser muy evidentes y que pueden hacer sospechar de la presencia de ‘defecto’ en el corazón.

  • Cianosis. Coloración azulada, especialmente en los labios. Si un recién nacido presenta este síntoma, especialmente en los primeros días, se debe descartar que sea por una cardiopatía.
  • Taquipnea o dificultades para respirar. Tener una respiración demasiado acelerada y superficial es otro signo evidente de cardiopatía, aunque también puede deberse a otras causas.
  • Rechazo a la comida. Hay algunas cardiopatías que puede provocar problemas en el esófago y dificultar la alimentación.
  • Taquicardia y sudoración. Si, al mínimo esfuerzo, el corazón late demasiado deprisa y, además, se acompaña de sudoración, una cardiopatía también puede ser la causa.
Una mujer madura lleva sus manos al pecho en señal de dolor.
Una mujer madura lleva sus manos al pecho en señal de dolor.
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¿Cuándo pueden pasar desapercibidas?

En general, las cardiopatías congénitas son fácilmente detectables a través de ecocardiogramas, radiografías, electrocardiogramas o Doppler, pero si no se presentan síntomas o estos son muy leves o poco específicos, muchas personas no acudirán al médico, por lo que pueden pasar desapercibidas. Que una cardiopatía presente más o menos síntomas que la hagan más o menos evidente depende tanto del tipo de cardiopatía como del grado de esta, por eso las más banales pueden pasar desapercibidas hasta la edad adulta. Estas son algunas de ellas:

  • Anillos vasculares. Estas malformaciones del arco aórtico pueden no presentar síntomas hasta bien entrada la infancia, e incluso cursar sin síntomas. Los que se presentan suelen ser debidos a la presión que el anillo ejerce contra la tráquea, el esófago o ambos, como tos, infecciones respiratorias, problema al tragar o vómitos.
  • Anomalía de Ebstein. Las formas leves de esta cardiopatía pueden no provocar síntomas hasta la edad adulta. Una vez que aparecen son la falta de aire, fatiga, arritmias o cianosis.
  • Anomalías congénitas de la válvula mitral. Este tipo de cardiopatías, que incluyen una amplia gama de anormalidades de las valvas y del aparato subvalvular, suelen presentar síntomas a lo largo de la infancia, pero también pueden darse casos de diagnóstico en adultos si se trata de casos no muy graves. Generalmente, suelen diagnosticarse tras la presencia de un soplo u otros síntomas como dolor en los miembros inferiores.
  • Coartación de la aorta. Esta anomalía suele estar localizada cerca de un vaso sanguíneo llamado conducto arterial, y los síntomas pueden oscilar entre leves y graves. En caso de que sean leves, puede no detectarse hasta la edad adulta, según el grado de estrechamiento de la aorta. Los síntomas suelen ser muy variados y difusos, desde tener la piel pálida, la presión alta o dolor de cabeza hasta calambres, sangrados nasales o dificultad para respirar, de ahí la dificultad de un diagnóstico temprano.
  • Comunicación interauricular. Muchos bebés que nacen con comunicaciones interauriculares no padecen síntomas, por lo que a menudo se detecta en la edad adulta ante la presencia de palpitaciones, hinchazón en las piernas o fatiga.
  • Comunicación interventricular. A no ser que sean graves, cuando presentan síntomas en los primeros días de vida, este tipo de anomalías pueden no presentar síntomas e incluso repararse por sí solas. Si hay síntomas, suelen ser respiración acelerada y cansancio.
  • Conducto arterial persistente. Esta cardiopatía se produce cuando existe una abertura persistente entre los dos vasos sanguíneos principales que salen del corazón. Si es muy pequeña, es probable que no presente síntomas nunca o que no lo haga hasta la edad adulta. Estos son fatiga, taquicardia o respiración acelerada.
  • Estenosis de la válvula pulmonar. Esta anomalía consiste en el estrechamiento de la válvula que se encuentra entre la cavidad inferior derecha del corazón (ventrículo derecho) y las arterias pulmonares. En función de la gravedad, puede ser leve o grave, y en caso de que sea leve, es común que no presenten síntomas hasta la edad adulta. Estos pueden ir desde la fatiga, hasta la falta de aire, dolor en el pecho e incluso la pérdida del conocimiento.
  • Persistencia del agujero oval. Este defecto cardiaco consiste en un orifico en el corazón que no se cerró cuando debía, algo que le ocurre a una de cada cuatro personas sin que se presenten síntomas en ningún momento de su vida. De hecho, cuando se detecta, suele ser por casualidad. Sin embargo, es recomendable detectarlo y vigilarlo, pues la persistencia del agujero oval nos hace más propensos a padecer accidentes cerebrovasculares.
  • Retorno venoso pulmonar parcialmente anómalo. Si el retorno venoso pulmonar anómalo parcial se produce con otros defectos cardíacos, es probable que se diagnostique al poco tiempo de nacer, pero si es aislado y leve, quizá no se diagnostique hasta la edad adulta. El síntoma más evidente suele ser el soplo cardiaco.
  • Síndrome de QT largo. El síndrome de QT largo (SQTL) es una afección que puede hacer que el corazón lata rápido y de manera caótica, lo que puede provocar desmayos, convulsiones o, en casos graves, la muerte súbita. Estos episodios no suelen manifestarse hasta alrededor de los 40 años, por lo que puede pasar desapercibido hasta entonces a no ser que nos hagamos un electrocardiograma.
  • Síndrome de Wolff-Parkinson-White. Se trata de una afección bastante rara que consiste en tener una vía eléctrica adicional entre las cámaras superiores e inferiores del corazón, lo que causa un latido rápido. No suele causar complicaciones más allá de provocar estos episodios, pero es aconsejable tenerlo controlado, porque también puede dar lugar a problemas cardíacos graves.
  • Válvula aórtica bicúspide. Esta anomalía no suele presentar síntomas hasta la edad adulta, y a menudo se detecta de manera causal tras detectar un soplo. Una vez diagnosticada, el paciente deberá hacerse revisiones por si surgieran complicaciones.

Para detectar estas anomalías a tiempo, es recomendable someterse a un electrocardiograma, aunque no se tengan síntomas, sobre todo si tenemos antecedentes familiares. Además, deberemos acudir al médico ante síntomas como fatiga, cansancio, taquicardias, aleteos o desmayos. 

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