Por qué perdemos audición con el paso de los años y cómo podría prevenirse

El deterioro auditivo es una consecuencia natural de la edad madura que, sin embargo, puede ralentizarse tomando una serie de precauciones que protegen nuestros oídos y los mantienen 'alerta' por más tiempo.

Con la edad se pierde calidad de audición, sobre todo, de los sonidos más agudos.
Con la edad se pierde calidad de audición, sobre todo, de los sonidos más agudos.
Getty Images
Con la edad se pierde calidad de audición, sobre todo, de los sonidos más agudos.

Sólo 4 de cada 1o ciudadanos en España conoce las consecuencias de una salud auditiva deficiente, y según datos de la OMS, más del 25% de los mayores de 60 años padece una pérdida auditiva discapacitante. A pesar de que la pérdida de agudeza de este órgano es normal con el paso de los años, eso no significa que no podamos proteger a nuestro oídos para que tengan una calidad auditiva buena a pesar de la edad.

El cuidado del oído es una de las asignaturas pendientes en nuestro país, según datos que revela un estudio llevado a cabo por GAES. La clave del problema radica en que el 42% de los afectados no acude al médico puesto que considera que se trata de una dolencia sin mayor importancia, hasta que la evolución de la pérdida auditiva es irreversible.

Para profundizar en los motivos que nos abocan a la pérdida de audición (sobre todo la edad), y de qué manera podemos minimizar ese proceso degenerativo 'natural', este diario ha entrevistado a dos expertos: Sergio Álvarez, jefe de formación de Oticon, y Francesc Carreño, responsable de Audiología de GAES.

¿Qué sucede con nuestra audición cuando envejecemos?

A medida que vamos cumpliendo años, "podemos perder la capacidad de oír sonidos más suaves y/o agudos, debido a una serie de cambios degenerativos en las estructuras del oído y en las células responsables de la audición, que llamamos ciliadas. Éstas afectan a la capacidad del oído interno y a los centros superiores para procesar y discriminar los sonidos, lo que implica una dificultad para oír bien y entender el habla", comienza explicando Sergio Álvarez.

Ayuda a dormir mejor
Nuestros oídos trabajan las 24 horas del día, incluso mientras dormimos.
PIXABAY / CLAUDIO_SCOTT

Francesc Carreño, por su parte, añade que "en nuestro proceso de envejecimiento, todo nuestro organismo y células sufren un deterioro por el desgaste en mayor o menor medida de uso. El oído es un órgano que está activo las 24 horas del día. Aunque estemos dormidos, seguimos recibiendo estímulos que filtra nuestro oído, y nuestro cerebro codifica y selecciona qué hacer con ellos en cada momento".

¿Hasta qué punto la degeneración de nuestra agudeza auditiva es 'normal'?

El paso de los años provoca una pérdida de la agudeza auditiva en un proceso que denominamos 'presbiacusia', que afecta de diferente forma a las distintas personas en función de varios factores.

Amusia.
La exposición permanente al ruido acelera la pérdida auditiva.
archivo

Afectan a esta deficiencia auditiva "desde factores genéticos que determinan la velocidad de progresión, al alcance de la degeneración neuronal; además de problemas auditivos preexistentes, enfermedades crónicas, y la exposición permanente al ruido (que es cada vez más peligrosa para la audición y está adelantando la edad de aparición de este tipo de pérdida auditiva). A ello se suma el uso de determinados medicamentos y/o nuestro estilo de vida", dice el experto de Oticon. 

Una persona con pérdida auditiva tiene dificultad para oír sonidos de menor intensidad al umbral medio considerado normal: 20 dB. A partir de ahí, podrá ser una pérdida auditiva leve, moderada, severa o profunda en función del umbral que pueda percibir.

El problema del que hablamos dejará de ser normal cuando se den unas circunstancias que nos obliguen a acudir al profesional. Carreño considera que debemos alertarnos "cuando necesitamos que nos hablen más alto, o que nos vemos obligados a subir el volumen de la TV, o nos cuesta seguir una conversación porque no entendemos todas las palabras".

Así podemos prevenir la degeneración auditiva

Hay una serie de intervenciones que pueden ayudarnos a prevenir la pérdida auditiva, a retrasarla o a frenar su avance. Se trata de seguir una serie de cuidados en las distintas etapas de la vida, pero, en general, todas incluyen estas medidas, según enumera Álvarez.

Ruido, contaminación acústica, ciudad, obras
Si no tenemos más remedio que trabajar cerca del ruido, es imprescindible que nos protejamos los oídos
PIXABAY/ STUX

1. Evitar la exposición prolongada a ruidos fuertes e intensos

Tan importante es controlar el volumen como el tiempo de exposición, pues en determinados lugares de trabajo o en sitios de entretenimiento es clave. En este sentido, se pueden hacer descansos breves alejándose de las fuentes de sonido, ya que ayuda a las células ciliadas a recuperarse de la fatiga causada por la exposición. En caso de ser inevitable será necesario el uso de protectores.

2. Mantener el volumen bajo de los dispositivos de escucha

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Mantener un volumen adecuado con nuestros dispositivos electrónicos es básico para proteger la salud auditiva.
Pavel Vladychenko, vía Freepik.

Debemos ajustar el volumen de los móviles, reproductores de música, auriculares, aplicaciones de videollamadas... Siempre se recomienda que no exceda de los 80 dB. Algunos dispositivos ya incluyen aplicaciones para gestionar de forma segura el volumen. Por último, es aconsejable ajustarse bien los auriculares e, incluso, que estos incorporen la cancelación de ruido. 

3. Correcta higiene de los oídos

Son productos no reciclables, por lo que cada vez que los arrojes al amarillo, te estarás equivocando. Su destino debe ser o un punto limpio o la basura común.
Está desaconsejado usar nada que empuje el cerumen hacia el interior del oído.
Pixabay/moritz320

Nunca debemos introducir en nuestros oídos ningún elemento que pueda empujar la cera hacia su interior, causando un taponamiento e incluso un daño en el oído interno. Bastará con el agua de la ducha para limpiarnos y si se necesita una limpieza en profundidad deberemos acudir a un profesional especializado.

4. Seguir una dieta saludable

Una dieta sana y equilibrada puede ayudar a reducir la degeneración neurosensorial que se asocia a la exposición al ruido y al envejecimiento. Además, se sabe que la falta o escasez de nutrientes en nuestro organismo constituye uno de los factores de riesgo modificables de la pérdida auditiva. De hecho, está muy relacionada con la carencia de nutrientes como la vitamina A, el zinc y el hierro.

Esto es lo que debemos evitar para no dañar nuestra salud auditiva

En general, es fundamental protegerse frente al ruido, pero también mantener un estilo de vida saludable. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, las personas que utilizan de forma habitual dispositivos de audio portátiles se exponen al mismo nivel de sonido en 15 minutos de música a 100 dB que el que recibiría un trabajador industrial en una jornada de 8 horas a 85 dB.

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El tabaquismo no ayuda a ralentizar la pérdida auditiva.
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"Hay que tener en cuenta que los límites de volumen se sitúan entre los 75 dB y 105 dB, por lo que es preocupante que se acostumbre al oído a escuchar música que supera esos límites durante un tiempo prolongado. Esto puede causar daño permanente en las células ciliadas del oído interno, lo que puede derivar en una pérdida auditiva irreversible", explica el jefe de formación de Oticon. 

Por otro lado, la falta de actividad física, la alimentación rica en grasas y ultraprocesados, el consumo de tabaco o alcohol o el abuso de sustancias psicoactivas son factores modificables que no ayudan a retrasar la pérdida auditiva.

La importancia de las revisiones auditivas

A partir de los 55 años, los efectos negativos en nuestra audición empiezan a ser perceptibles de alguna manera, de ahí la importancia de someternos a revisiones auditivas de manera preventiva y con periodicidad anual (en los centros auditivos son gratuitas normalmente).

Las pruebas de vista y audición comienzan a ser relevantes a partir de los 60-65 años, cuando se experimenta mayor deterioro de estos sentidos.
Los audiólogos recomiendan las revisiones auditivas a partir de los 55 años, aunque no tengamos ningún síntoma.
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En palabras de Carreño, de GAES, "cuanto más tiempo se tarda en consultar a un especialista de la audición, más riesgo hay de que la solución sea más complicada que al principio de los síntomas de pérdida auditiva".

En el último estudio realizado por la Asociación Nacional de Audioprotesistas, Eurotrak 2023, se destaca que la prevalencia de la pérdida auditiva en España es del 11% de la población, y que solamente el 39% ha corregido su audición con audífonos. Esto quiere decir que hay más de un 60% de personas con pérdida auditiva que todavía no le ha puesto remedio y, por consiguiente, están perdiendo calidad de vida.

Debemos tener en cuenta que la pérdida de audición no sólo afecta al oír mejor, también puede influir en la salud general de la persona, incrementando los riesgos de enfermedades coronarias, aumentando el estrés, y otros factores que empeoran nuestra vida.

Desde Oticon desvelan que sólo el 25% de la población revisa su audición una vez al año. "Hemos comprobado que los hombres están más concienciados con las revisiones que las mujeres: el 30% de ellos sí ha acudido a revisarse al menos una vez al año, frente al 19% de ellas. Por edades, a pesar de que son los que más lo necesitan, las personas mayores de 55 años se revisan menos la audición que las que tienen entre 35 y 49 años", concluye Sergio Álvarez. 

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