¿Me estoy quedando sordo? Estos son los síntomas de la hipoacusia

A medida que pasa el tiempo, y especialmente si los exponemos a ciertas condiciones dañinas, es normal que algunos de nuestros sentidos se vayan deteriorando. Normalmente, no obstante, el cambio es tan gradual que puede ser difícil darse cuenta antes de que sea tarde para tomar precauciones.

El oído es, en este sentido, especialmente vulnerable; la pérdida de audición, común con la edad, se denomina hipoacusia. Afortunadamente, existen formas de proteger nuestra audición para evitar daños graves.

¿Cómo se puede identificar la hipoacusia?

El principal síntoma de la hipoacusia es, obviamente, la pérdida de audición. Pero, como decíamos, si el proceso se da de una manera gradual puede ser muy difícil darse cuenta de que esto está ocurriendo.

Sin embargo, debido a que la audición no se pierde de igual manera entre los dos oídos ni a lo largo del espectro de frecuencias, se producen cambios en nuestra manera de oír que sí pueden ser más evidentes y permitirnos identificar un posible problema de audición.

Por ejemplo, puede pasar que, paradójicamente, algunos sonidos nos parezcan muy fuertes en un oído. Esto implica que podemos estar perdiendo audición en el contrario, y nuestro cerebro ajusta la percepción de acuerdo a esa asimetría.

También, podemos encontrar dificultades para seguir conversaciones, especialmente, en ambientes ruidosos o si participan más de dos personas; ya que nuestro oído tiene mayores dificultades para identificar las diferentes fuentes de los sonidos.

Por otra parte, y debido a que la pérdida de audición tiende a ser más pronunciada en las frecuencias más agudas, pueden aparecer dificultades para reconocer ciertos tipos de sonidos, como las 's' y 'th'; menor capacidad para discernir las voces femeninas que las masculinas; y dificultad especial con voces entre dientes o mal articuladas.

Finalmente, cuando la causa de la sordera es otra diferente al deterioro normal del tiempo, pueden aparecer otros signos como una sensación de estar sin equilibrio, mareos, aumento de la presión en el oído o acúfenos.