El cáncer de pulmón es en España el tercero más frecuente tanto en hombres como mujeres. Cada año, se diagnostican en nuestro país 30.000 nuevos casos. Es también el que más muertes causa, con 22.000 anuales.
Como sucede con la mayoría de tumores, el diagnóstico precoz puede mejorar con mucho el pronóstico, por lo que es fundamental aprender a identificar las primeras señales.
¿Cuáles son los primeros signos?
Por desgracia, en la mayoría de los pacientes las fases iniciales del cáncer de pulmón no producen ningún síntoma, lo que puede ser un obstáculo en la detección temprana.
Cuando aparece la sintomatología, los primeros signos suelen incluir:
- Cansancio.
- Pérdida de apetito.
- Pérdida de peso.
- Tos seca o sin flema.
- Tos con sangre en el esputo.
- Dificultad para respirar.
- Dolor que afecta a estructuras óseas.
Igualmente, algunas señales iniciales pueden incluir la tos persistente, la disfonía (los cambios en la voz) o la disfagia, que consiste en experimentar problemas a la hora de tragar alimentos, líquidos o saliva.
También, en algunos casos el cáncer de pulmón puede originar un dolor localizado en la espalda y, en fases más avanzadas, debilidad, dolor de huesos y articulaciones, confusión/estado mental alterado, mareos y cansancio generalizado.
¿Por qué se produce?
El cáncer se produce cuando un daño genético compromete ciertas funciones celulares (como la muerte celular) y, como consecuencia, esa célula comienza a dividirse y reproducirse sin control. La masa que se forma como resultado es el tumor, y acapara los recursos necesarios para el sustento de otros tejidos.
En el caso del cáncer de pulmón, el principal agente que puede causar dicho daño genético es el humo del tabaco. De hecho, en más del 80% de los tumores de pulmón diagnosticados en España el tabaquismo es la principal causa.
Además de ello, se consideran factores de riesgo en el cáncer de pulmón el hecho de ser fumador pasivo, la exposición al amianto o a hidrocarburos como níquel o arsénico, el padecer otras patologías pulmonares como fibrosis o EPOC, ser de edad avanzada, tener antecedentes familiares de la enfermedad o la exposición a la contaminación del aire.
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