El aislamiento social y la soledad tienen graves consecuencias para la salud

Según la experta no necesariamente las personas introvertidas se encierran más en sí mismas.
La soledad se relaciona con un mayor riesgo de muerte por cualquier causa
PIXABAY.
Según la experta no necesariamente las personas introvertidas se encierran más en sí mismas.

Los humanos somos seres sociales, que necesitamos del contacto con otros para nuestra supervivencia. En un primer nivel, más superficial, esta necesidad se hace obvia, por ejemplo, para procurarnos alimentos, medicamentos, techo... Pero, de manera más profunda, también necesitamos sentirnos conectados con otros a nivel emocional.

Mayor riesgo de desarrollar alzhéimer

Y es que la soledad y el aislamiento, entendidos como la falta de esa conexión a nivel emocional (y no tanto como la soledad o el aislamiento a nivel puramente físicos) no sólo nos generan sentimientos y emociones desagradables, sino que existe amplia evidencia científica de que aumentan nuestro riesgo de padecer un buen número de dolencias. 

Por ejemplo, como recogen los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, las personas que se sienten solas tienen mayor probabilidad de desarrollar alzhéimer que la población general. En adultos mayores, los sentimientos autorreportados de soledad aumentan el riesgo de mortalidad por cualquier causa.

También se han relacionado los sentimientos de aislamiento social con problemas como alteraciones inmunes que promueven la inflamación crónica, que aumenta el riesgo de padecer varias enfermedades crónicas. De hecho, la inflamación crónica de bajo grado podría ser uno de los principales mecanismos detrás de enfermedades como las enfermedades gastrointestinales inflamatorias o incluso de trastornos psiquiátricos como la depresión.

La soledad se asocia con menor cuidado de la salud

Una de las principales vías por las que la soledad parece aumentar la morbilidad es a través de los cambios comportamentales que puede producir en quien la sufre. Así, varios estudios han sugerido que las personas que se sienten solas podrían poner menos atención al mantenimiento de una dieta adecuada, a la higiene y al aseo personal y a la práctica regular de ejercicio físico.

Igualmente, la exclusión social y los sentimientos de aislamiento son un factor de riesgo reconocido en las adicciones a sustancias (algunos estudios por ejemplo han demostrado que la soledad dificulta la superación del tabaquismo).

Teniendo en cuenta que, como hemos mencionado, los sentimientos de soledad no necesariamente son consecuencia de una soledad física, aquellas personas que los experimenten de manera demasiado recurrente e invasiva deben ponerse en contacto con un proveedor de atención sanitaria, que pueda valorar conectarlo con recursos como psicoterapia, diversos recursos comunitarios o incluso, si esos sentimientos se relacionan con un trastorno psiquiátrico, prescribir una medicación adecuada.

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