Los analgésicos y los antipiréticos son los medicamentos más consumidos en España, según el Observatorio del Medicamento de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE). Dos tipos de fármacos que de normal tenemos en nuestros hogares y que son reconocibles a menudo por su forma alargada y ancha. Un diseño que se convierte en un auténtico terror para personas con algún tipo de dificultad en su deglución. El miedo a atragantarse o simplemente a rasgarse la garganta hace que muchas personas tengan verdaderos problemas en la ingesta de medicamentos.
No obstante, son muchos los que hacen frente a esta dificultad con un simple gesto. Abren las cápsulas y las diluyen, otros parten las pastillas a la mitad o incluso trituran comprimidos. Pues bien, los farmacéuticos advierten de que esa sencilla práctica podría tener algunos riesgos en el tratamiento y, por tanto, ser perjudiciales para la salud. Por lo que es importante saber cuándo se debe o no manipular un fármaco.
¿Qué medicamento no se puede partir, abrir o triturar?
Hay fármacos que no se pueden manipular bajo ningún concepto, como son las formas farmacéuticas de liberación modificada. Puede ser que en algún momento un profesional sanitario te indique lo contrario, pero hay que tener en cuenta que son aquellos medicamentos que marcan en su caja nombres como retard, oros ®, liberación prolongada (modificada) o gastrorresistente.
Estas fórmulas de liberación modificada o prolongada están desarrolladas para que el principio activo se libere inicialmente en una cantidad suficiente que haga efecto y así después hacerlo más lentamente. Por lo tanto, el medicamento se prolongará más eficazmente en el tiempo.
Los riesgos que conlleva manipular un medicamento
A menudo podemos encontrar que en nuestra pastilla viene una ranura para dividir en dos el medicamento. Pero, ojo, eso no significa que te obligue a partirla. Desde el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla apuntan que un comprimido se puede partir siempre que las dos mitades vayan a ser ingeridas, de lo contrario podría darse el caso de que el principio activo del medicamento no esté repartido en dosis igualitarias. Estos casos podrían acarrear una toma equivocada de la dosis del tratamiento, por lo que siempre hay que consultar a un especialista.
Además, hay píldoras pensadas para que su función se haga en un sitio concreto de nuestro cuerpo. Cuando un comprimido o pastilla pasa por nuestro estómago, este tiende a disolverse, pero en ocasiones, los profesionales sanitarios quieren que el tratamiento haga efecto en el intestino, por lo que partir, abrir o triturar esa pastilla afectaría a la acción farmacológica del medicamento.
En el caso de niños y personas mayores está muy extendida la práctica de diluir fármacos en las comidas triturando las pastillas. Para ello, lo primero es atender los consejos del personal médico y encontrar otras alternativas. La dilución de medicamentos en alimentos conlleva el riesgo de que la dosis no sea del todo ingerida o incluso que la mezcla con determinados productos sea perjudicial. Cabe recordar que hay medicamentos que se recomiendan tomar totalmente con el estómago vacío.
Aun así, en casos de problemas en la deglución, por supuesto que existen otras alternativas que te pueden hacer más fácil la toma de un tratamiento. Avisar a tu doctor o doctora es el primer paso, ya que el personal sanitario puede ofrecerte otro tipo de fórmulas en jarabe o sobres que te hagan llevar mejor el procedimiento y sin ningún tipo de riesgo. Incluso, los farmacéuticos pueden encontrar medicamentos genéricos dentro del mismo grupo terapéutico que también te sirvan de ayuda.
Referencias
Adela-Emilia, G. A. (2007, 1 abril). Manipulación de especialidades farmacéuticas. Farmacia Profesional. https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-manipulacion-especialidades-farmaceuticas-13102032
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