“El verano es la oportunidad perfecta para que los niños aprendan cosas diferentes de las que se enseñan en la escuela”

Un grupo de niñas dando un paseo.
Un grupo de niñas dando un paseo.
Pixabay.
Un grupo de niñas dando un paseo.

Las vacaciones escolares son sinónimo de diversión para los más pequeños de la casa pero, ¿puede perjudicarles este largo parón de casi dos meses y medio o, por el contrario, es recomendable que desconecten por completo hasta el inicio del próximo curso?

Por un lado, España está en el grupo de los países europeos con las vacaciones estivales con más días seguidos, por encima de Francia, Grecia o Alemania. Por otro, un estudio realizado por la Universidad de Colorado concluyó que los estudiantes, en promedio, pierden entre el 25 y el 30% del aprendizaje de su año escolar durante el verano.

En este contexto son muchos los expertos y padres que se preguntan, ¿deben seguir los niños realizando tareas durante el verano o es mejor que lo aprovechen para recargar pilas? Louisa Rosenheck, directora de Pedagogía de la plataforma de aprendizaje y participación Kahoot!, considera que “el aprendizaje nunca se detiene, y el verano es la oportunidad perfecta para aprender cosas diferentes de las que se enseñan en la escuela y consolidar los contenidos adquiridos durante el año”.

La experta en pedagogía aporta una serie de recomendaciones para que los más pequeños aprovechen su tiempo libre al mismo tiempo que se evaden de sus rutinas habituales y disfrutan de las vacaciones.

Comunicación para entender sus intereses

La especialista recomienda prestar atención a las palabras de los niños para entender lo que necesitan en cada momento. “Si ellos pueden elegir lo que les interesa, el aprendizaje se convierte en algo divertido y significativo. En este sentido, las vacaciones de verano es un momento ideal para que los niños y niñas puedan dedicar más tiempo a aficiones (astronomía, deportes, naturaleza, lectura…) que no se tratan en profundidad durante el periodo lectivo”, explica.

De hecho, según una encuesta realizada por Kahoot! más del 60% de los padres aseguran querer aprender más sobre los intereses de sus hijos y muchos dicen que sus hijos se emocionan cuando se interesan o muestran conocimiento sobre algo que les gusta. Casi 3 de cada 4 consideran esto como un hito en el crecimiento de sus hijos.

“Fijar unos objetivos en común y establecer un calendario consensuado para ponerse de acuerdo con las expectativas consiguiendo así fomentar la motivación en el periodo estival. Del mismo modo, hay que reconocer el valor del aprendizaje práctico y lúdico, ya sea construir una cabaña o practicar deporte”, añade.

Establecer espacios de aprendizaje diferentes

Rosenheck incide en que los menores necesitan romper con el periodo lectivo, tomarse un descanso de la estructura y las exigencias de las tareas escolares. “El verano es una oportunidad para aprender habilidades distintas fuera de las aulas: desde habilidades sociales a creatividad o actividades al aire libre, como acudir a campamentos de verano, ir a la piscina o pasear por el campo”.

La experta agrega que “es posible experimentar otro tipo de competencias educativas dejando a un lado el sistema tradicional. Cualquier actividad que los niños elijan por sí mismos fomentará su motivación y eliminará la presión de la escuela y las notas”.

Por ejemplo, si le gusta la música, esta época es perfecta para ir a campamentos musicales, si le gusta el arte, es momento de hacer planes en museos o si le gusta la escritura, se le puede incentivar a tener su propio diario.

La tecnología, un recurso más

Para esta pedagoga los cuadernillos de verano son elementos útiles para el aprendizaje pero insiste en que lo que más motiva a los niños son las actividades sociales y los juegos digitales, por lo que debe haber un equilibrio entre todas. “Los padres pueden elegir aplicaciones que abarquen los mismos conceptos y participar con sus hijos en familia para consolidar y ampliar el aprendizaje como si de un juego se tratara”.

En el mercado existen numerosas aplicaciones que pueden convertirse en un recurso ideal para repasar los conocimientos adquiridos durante el curso potenciando las actividades lectoras o planteando juegos matemáticos.

Más tiempo de calidad

En cuanto a la planificación, la experta pedagoga insiste en que “no se debe forzar a los menores a dedicar el mismo tiempo al aprendizaje de los cuadernillos de verano y a la exploración del aire libre, cuando ambos proporcionan valiosas oportunidades de aprendizaje”.

Para la experta no existe una respuesta única, ya que depende de las necesidades de cada niño, de su capacidad de atención y de sus intereses individuales. “En lugar de buscar una cantidad de tiempo definitiva, aconsejo establecer un espacio de diálogo sobre el tiempo a dedicar a cada momento. En definitiva, reflexionar sobre lo que se ha aprendido es mucho más importante que contar el tiempo que se ha dedicado”.

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