“Todas las mujeres que quieran posponer la maternidad deberían congelar sus óvulos entre los 30 y los 34 años”

la Dra. Crespo aboga porque la sanidad pública financie la congelación de óvulos.
La Dra.Crespo, experta en reproducción asistida, aboga porque la sanidad pública financie la congelación de óvulos.
ESTUDIONUMERICO
la Dra. Crespo aboga porque la sanidad pública financie la congelación de óvulos.

La natalidad en España está cayendo en picado, como demuestran los datos del INE. En la última década, el número de nacimientos se ha reducido de manera drástica, de 471 mil a 336 mil. Esta tendencia va pareja a otra, que es la de la maternidad tardía, especialmente en mujeres de 40 año o más, que se han duplicado en los últimos 10 años. En la actualidad, el 10,7 % de los nacimientos se producen en mujeres de más de esa edad.

Aparte de las implicaciones demográficas y sociales que esto puede tener a largo plazo, esto puede tener consecuencias para la salud reproductiva de la mujer y para los niños, como nos explica la doctora Juana Crespo, ginecóloga y obstetra y pionera en reproducción asistida con más de 30 años de experiencia.

¿Qué pasa con la fertilidad si posponemos tener hijos?

Es una realidad que la sociedad está cambiando y es casi inevitable posponer la maternidad. Los estudios, la inestabilidad laboral o la búsqueda de pareja provocan que las mujeres no se decidan a buscar su primer hijo hasta bien entradas en la treintena. De hecho, en la actualidad la edad media en la que una mujer es madre primeriza en España son los 33. Esto, como nos cuenta Juana Crespo, no es gratis, pues la fertilidad de la mujer no espera a que tengamos un trabajo estable, “retrasar la maternidad tiene varias consecuencias: tenemos menos hijos porque no nos da tiempo y tenemos más probabilidad de tener problemas de fertilidad. Y es que, no podemos olvidarnos de que la edad en la que la mujer es más fértil es entre los 20 y los 25 años y ahora los tenemos 10-15 años más tarde. En la vida fértil de la mujer, que dura plenamente unos 20 años, es muchísimo. Se pierde la mitad de la vida fértil en otros proyectos. Esto, demográficamente es insostenible. Vivimos más, pero tenemos menos recambio generacional”, advierte.

Los peligros de ser madre más allá de los 40

Otra consecuencia de retrasar tanto la maternidad es que, más allá de los problemas de fertilidad, si logramos un embarazo con más de 40 con nuestros propios óvulos, los riesgos para el feto se disparan, “los óvulos que quedan son de peor calidad y han envejecido. Por eso, además de un mayor riesgo de aborto, las probabilidades de que tengan anomalías cromosómicas, como Síndrome de Down, Edwards, Patau, Turner… crece exponencialmente. Además, las anomalías cromosómicas dan lugar a más fetos no viables, abortos. En resumen, es más complejo llegar a un hijo sano”, cuenta Crespo.

Estamos viviendo cada vez más la tragedia de querer tener un hijo genético y no poder. La ovodonación se esconde, la sociedad no lo vive, pero los que estamos cerca sí. 

Esto ocurre porque, como explica Juana, “los ovarios empiezan a desechar los mejores óvulos a partir de los 18 años, por lo que la proporción de óvulos de peor calidad aumenta mucho a partir de los 35. Además, los óvulos que nos quedan envejecen con nosotras, y eso significa que también han estado en contacto con polución, plásticos, mala alimentación… todo eso hace que envejezcan más. Nosotros notamos que estadísticamente la fertilidad da un bajón importante a partir de los 35, y todavía mucho mayor a partir de los 40”. Por eso, además de los riesgos de salud para el feto, quedarse embarazada con óvulos propios más allá de los 40 es tan difícil, lo que ha provocado que, paralelamente al aumento de madre de más de esta edad, haya aumentado el número de ovodonaciones, “aunque esté silenciado, estamos viviendo cada vez más la tragedia de querer tener un hijo genético y no poder. La ovodonación se esconde, la sociedad no lo vive, lo vivimos los que estamos cerca”, cuenta.

La solución: congelar óvulos antes de los 35

Juana Crespo lo tiene claro, ya que no podemos cambiar la sociedad de un día para otro, tenemos que cambiar la forma en la que actuamos, “nuestros políticos no entienden lo que está pasando con la natalidad en España, hay que tomar medidas drásticas”. La solución drástica que ella propone, tanto para aumentar la natalidad, como para reducir el número de ovodonaciones de problemas cromosómicos pasa porque las mujeres que lo deseen, puedan congelar sus óvulos antes de que su fertilidad decaiga, “lo que a mí me gustaría abanderar es que las mujeres prevean que van a ser madres tarde y que congelen sus óvulos a los 30, que a esa edad -y muy probablemente antes de los 35- vas a tener óvulos buenos. Si retrasamos la maternidad porque nos centramos en otros proyectos, tenemos que preservar nuestros óvulos para que, cuando decidamos ser madres o 35 o 40 podamos hacernos una ‘autodonación’ y no tengamos que depender de los óvulos de otras mujeres Tenemos que educar a la sociedad en ello. Entendemos que las mujeres tenemos que retrasar la maternidad por las condiciones sociológicas que se dan hoy. Sabiendo eso, mi consejo es que todas las mujeres congelen óvulos antes de los 35. Si es antes, como a los 32, mejor”, insiste.

Esto, además, propone que sea una opción más dentro de la sanidad pública, “en la Comunidad de Madrid hay una propuesta para aumentar la cobertura de los tratamientos de fertilidad en la sanidad pública hasta los 45, pero con 45 años ya no vas a tener éxito con tus propios óvulos. En lugar de eso sería mucho mejor dar la oportunidad a que todas las mujeres que quisieran pudieran congelar sus óvulos. Las que los necesiten, los tiene ahí para el futuro, las que no, porque ya hayan tenido hijos sin recurrir a ellos, les han sobrado óvulos o finalmente no quieran tener, los donan a otras mujeres también dentro del sistema nacional de salud que sí los necesiten”.

En algunos casos, Crespo aconseja que se haga incluso antes, “si en tu familia hay antecedentes de menopausia prematura o si tienen reglas muy dolorosas. Y es que, aunque es algo de lo que no se habla, los dolores de regla también contribuyen a que los óvulos envejezcan antes, que la regla duela no es normal. Además, no estamos programadas para tener tantas reglas, y cuantas más reglas tengamos antes de tener hijos, peor funcionará nuestro sistema reproductivo”, alerta.

En lugar de alargar los tratamientos de fertilidad hasta los 45 años, se debería dar la oportunidad a que todas las mujeres de congelar sus óvulos

Sin embargo, aunque los ovarios de las mujeres envejezcan antes, su cuerpo todavía está preparado para aguantar un embarazo sin riesgos, “más que en la edad, los médicos nos fijamos en el estado de salud. En general, los centros de reproducción asistida hacemos tratamientos hasta los 50 porque es la edad -teórica- en la que a la mujer se le va la regla. Aunque depende mucho de cada mujer, por encima de 50 años, un embarazo ya es más arriesgado para la madre porque tendrá más problemas de hipertensión, obesidad, circulación, diabetes, problemas de tiroides… estados de salud en los que quedarse embarazada puede ser un riesgo para la madre”. Así, entre los 40 y los 50, con unos óvulos sanos y sin anomalías -congelados a los 30- podríamos aumentar el número de nacimientos con pocos riesgos para la madre y el feto.

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