Patricia Bartolomé: "La infertilidad es algo cada vez más normal"

Esta experta defiende que, además de los tratamientos de fertilidad que en muchos casos son necesarios, las parejas que no logran tener hijos deberían acudir a especialistas que velen por su salud mental.
La infertilidad es un problema cada vez más común en España
La infertilidad es un problema cada vez más común en España
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La infertilidad es un problema cada vez más común en España

Casi una quinta parte de todas las parejas en España tiene en la actualidad problemas para concebir hijos. Se trata de una realidad con un duro impacto en la salud mental de quienes la sufren, que a menudo se ven abocados a un largo tránsito por diversos especialistas y procesos que no siempre proporcionan la respuesta.

"Cuando van pasando los meses y ves que el resultado siempre es negativo, el sufrimiento de una persona que busca un hijo que no llega va en aumento", detalla a 20minutos Patricia Bartolomé, especialista en fertilidad y fundadora de la escuela Creando Nuevas Vidas de fertilidad integrativa. "Este sufrimiento viene acompañado de sentimientos como la frustración, la obsesión o la desesperación, y comienza a rondar por la cabeza preguntas como '¿Por qué las demás sí pueden y yo no?'".

"Siempre es adecuado buscar ayuda"

"A todo esto", continúa, "que ya de por sí es un gran impacto emocional, se unen normalmente los tratamientos y pruebas por las que tienen que pasar, las bajas o permisos laborales que deben pedir para acudir a esas citas médicas, la falta de deseo sexual, a veces, en la pareja o la mala comunicación entre ambos que no expresan lo que sienten respecto al proceso que están viviendo".

Estos problemas pueden tener un peso especial para algunas personas especialmente vulnerables: "Siempre hay personas que tienen una tendencia mayor a los pensamientos negativos, a prever un futuro catastrófico o a ponerse en lo peor con una tendencia pesimista; se denota en personas que muy probablemente ya están pasando por un proceso emocional duro como la muerte de un ser querido, un contratiempo laboral o algún conflicto familiar".

En sí misma, esta dimensión psicológica y emocional de la infertilidad puede requerir de atención específica. Este tipo de soluciones pueden dirigirse a uno o a ambos miembros de la pareja: "Lo ideal en estos casos", defiende Bartolomé, "es hacer una valoración individual de la situación porque aunque tendamos a pensar que es la mujer la que tiene una necesidad mayor, otras muchas veces es la pareja la que necesita apoyo ante la sensación de impotencia que experimenta por no saber cómo ayudarla a gestionar lo que le está sucediendo".

"Por ejemplo", prosigue, "en el caso de un aborto. El proceso físicamente lo vive la mujer, pero nos hemos encontrado con muchas parejas que no saben qué hacer para mostrarle su apoyo ni quieren expresar sus sentimientos 'para no hacer sentir aún peor'. La comunicación entre ambos debería ser fluida en todo momento porque, al final, el proyecto de tener un hijo normalmente es de dos".

"Lo ideal es encontrar un profesional que esté formado de manera específica para tratar la fertilidad de una manera integral"

Eso sí, aclara, "siempre es adecuado buscar ayuda. Para ello es recomendable acudir a cualquier profesional que sepamos que está preparado para ayudarnos y acompañarnos durante todo el proceso con esa parte mental, emocional energética y a todos los niveles de los que está formado el ser humano. El tratamiento de infertilidad debe ir acompañarlo con el resto de partes y por eso, desde mi experiencia, lo ideal es encontrar un profesional que esté formado de manera específica para tratar la fertilidad de una manera integral".

"Sigue habiendo estigma para mujeres y para hombres"

Para esta experta, un enfoque que ha mostrado ser eficaz es el de "las terapias que trabajan de forma integral la psicosomática. Es decir, terapias en las que comprobamos cómo lo que ocurre en nuestro cuerpo, tiene un impacto en nuestra mente y nuestras emociones, y cómo lo que ocurre en nuestra mente y nuestras emociones tienen un impacto en nuestra biología. Por supuesto, también incluiríamos las técnicas de reproducción asistida, necesarias en algunos casos y que ayudan en un 20-25% a conseguir un embarazo que a veces, de otra manera, no es posible".

"Aún así", añade, "lo recomendable es que vayan acompañadas de un trabajo emocional y mental, porque es muchísima la información que se mueve y la repercusión que tiene en el cuerpo este trabajo".

Hay que tener en cuenta que el problema de la infertilidad conlleva una importante carga también a nivel social. "Sigue existiendo un estigma", opina, "tanto para las mujeres como para los hombres, que llegados a una cierta edad tenemos la 'obligación' de ser padres e incluso se relaciona con el éxito a nivel personal. Es como si hubiéramos cumplido con un objetivo vital".

"En el caso de la mujer, si no tiene hijos a una determinada edad parece que es porque 'no quiere' o 'porque es una egoísta que prioriza otros asuntos incapaz de sacrificarse por los hijos' como hicieron nuestras generaciones pasadas. También, lejos de empatizar con la problemática, muchas mujeres que no logran ser madres a una determinada edad se exponen a comentarios del tipo 'eso es porque ha esperado demasiado'".

"En el caso de los hombres sucede algo parecido", apostilla. "Seguimos apelando al ideal de 'macho que no deja embarazada a su mujer', como si estuviéramos en el mundo animal. Algo que a muchos hombres les genera una gran frustración y estrés cuando se encuentran con dicha situación".

"Es algo cada vez más normal"

Bartolomé afirma que a nivel social es necesario poner sobre la mesa el problema de la infertilidad. "Hay que comenzar a tomar conciencia y normalizar esta problemática", dice. "En la sociedad actual retrasamos la edad de embarazo no por egoísmo, sino porque hemos priorizado otros asuntos. Este hecho, en ocasiones, hace más difícil la concepción de un hijo. Todos tenemos algún caso cerca, lo que debería hacernos mucho más conscientes del proceso que está viviendo la persona y comenzar a entender que es algo cada vez más normal".

"Esta toma de conciencia", dice, "ayudaría a los que están alrededor de la mujer o pareja infértil a entender lo que están viviendo y tener una mayor inteligencia emocional a la hora de de ayudar y comprender la casuística de la persona que está viviendo la situación".

"No basta con decirle a tu hija, a tu prima o a tu amiga 'va, olvídate, se vive fenomenal sin hijos', o 'Relájate, lo que hacer es irte unos días de vacaciones y desconectar', porque estos comentarios, aún cuando se hagan con la mejor intención, no les ayudan, al contrario, inciden en el problema. Lo que realmente necesitan estas personas es comprensión y herramientas específicas que les ayuden con su problemática", concluye.

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