El desafío psicológico de las relaciones abiertas: "Las parejas sienten celos, pero se trabajan y se decide cómo vivirlos"

Una relación abierta.
Una relación abierta.
Tumisu de pixabay.
Una relación abierta.

El actor Santi Millán sufrió hace unas semanas una filtración de un vídeo íntimo con una persona diferente a su pareja conocida, la directora de televisión Rosa Olucha, y, ante el revuelo provocado, esta última tuvo que intervenir públicamente en defensa de su marido. Muchas personas entendieron a raíz de su comunicado que la pareja tiene una relación abierta, lo que ha puesto esta realidad en el centro del debate público.

"La fidelidad es el respeto a un pacto"

"Lo que ha pasado", explica a 20minutos Cecilia Bizzotto, sexóloga, socióloga y portavoz oficial de la plataforma JOYclub (centrada en la sexualidad liberal) en España, "es que precipitadamente todo el mundo se ha puesto a juzgar y a decir que 'pobrecilla ella, que le han puesto los cuernos'. Es decir, dar por sentado que esta gente tenía un acuerdo monógamo". "No todo el mundo elige la monogamia. La monogamia está genial, es una opción perfectísimamente válida, pero no es la única", añade.

Bizzotto expone la premisa en la que se basan las relaciones abiertas. "La fidelidad, como tal, no tiene límites. Al fin y al cabo, se trata de un acuerdo entre las partes que sean, y la fidelidad es el hecho de respetar ese acuerdo. Establecemos los límites que necesitamos en base a nuestros miedos, nuestras inseguridades, del momento, los cambios vitales...".

"La fidelidad es entonces el respeto a ese pacto: no tiene que ser la exclusividad afectiva o sexual como nos han enseñado, sino que para las personas poliamorosas o las parejas abiertas puede ser cualquier tipo de acuerdo", apostilla.

"Hay quien renuncia a la monogamia por ideología"

Las razones que llevan a las personas a adoptar estos modelos de relación son variadas y complejas. "Depende de las personas y del tipo de pareja", dice la sexóloga. 

"Por ejemplo, si hablamos de una pareja que pasa de ser monógama a swinger (esto es, que tienen relaciones sexuales con otras personas, pero siempre juntos) puede ser porque quieren innovar en su sexualidad o porque quieren conectar más el uno con el otro. En este tipo de encuentros, alcanzas mayor intimidad con tu pareja".

"Pero no solo es por razones sexuales; hay quienes tienen relaciones no monógamas por ideología. Consideran que la monogamia es un sistema que no funciona o que es antinatural, y eligen orientaciones relacionales que están más allá de ella", prosigue.

"El principal reto son las inseguridades"

Embarcarse en estos proyectos, tan alejados de la norma social, conlleva una serie de desafíos que, no obstante, podrían no resultar tan extraños al modelo dominante. Según detalla la experta, "el principal problema son las inseguridades, los celos y los miedos. Cosas que, en realidad, se experimentan en la monogamia: en las relaciones exclusivas también hay deseos y anhelos que generan celos e inseguridad".

"Son cosas", defiende, "que están dentro de nosotros, porque nos han enseñado para sentirlas y pensar que el amor es también esa posesión, esa necesidad del otro, esa dependencia emocional... Lo que pasa es que, evidentemente, si ves a tu pareja acostándose o deseando o queriendo a otra persona te va a remover algo, quizás más que en una relación monógama".

"A veces se cree que las parejas abiertas no sienten celos, pero no es así. Sí se sienten, pero se gestionan, se trabajan, o se decide cómo experimentarlos, cómo vivirlos, o incluso se transforman en una emoción positiva, como una erotización", desarrolla.

"Puede incrementar la intimidad de las parejas"

Los beneficios, por otro lado, pueden ser numerosos. "Por una parte", comenta Bizzotto, está el beneficio individual que uno se lleva como persona, más allá de la pareja. Se hacen realidad fantasías y hay un crecimiento personal (porque te enfrentas a cosas a las que, a priori, en una relación monógama no te enfrentarías)".

"También hay puntos positivos para la pareja", prosigue. "La intimidad se puede incrementar cuando compartes una experiencia sexual no monógama con tu pareja, al verla deseada y verla desear. Son cosas que unen a muchas personas... aunque también pueden romper, dependiendo de cada cual y de la experiencia concreta que haya tenido".

"Y, por otra parte, otra de las cosas que se dice es que las personas que tienen relaciones no monógamas tienen menos tendencia a la infidelidad: si dentro de tu pareja tienes un acuerdo que te permite acostarte con otras personas y así hacer realidad tus fantasías y tus anhelos, al hacerlo no hay una ruptura de la fidelidad", finaliza.

"Hay que desear no sentir celos y trabajar en ello"

Es interesante detenerse en una cuestión clave como es la gestión de esas inseguridades y esos celos, que se hace vital en el mantenimiento de una relación abierta. Al respecto, la sexóloga concreta que "hay muchísimas cosas que se pueden hacer para gestionar los celos, pero la primera es reconocerlos y desear activamente no sentirlos y experimentarlos de esa manera".

"Cuando dices 'reconozco esta emoción y quiero cambiarla, quiero deconstruirla y quiero trabajarla para sentirla de otra manera' ya estás haciendo una parte del camino", dice. 

"También hay una parte de asertividad y comunicación que tienes que tener hacia tu compañera o compañero, porque la emoción de los celos no es solo algo que gestionar uno mismo. Hay que buscar encontrar límites y acuerdos que nos permitan experimentar la sexualidad de la forma más saludable", cuenta.

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