Así es la innovadora terapia contra el cáncer que financia la Fundación Amancio Ortega

Amancio Ortega donará a la Sanidad Pública 10 máquinas de protonterapia.
Amancio Ortega donará a la Sanidad Pública 10 máquinas de protonterapia.
ROMINA CIALDELLA / WIKIMEDIA COMMONS
Amancio Ortega donará a la Sanidad Pública 10 máquinas de protonterapia.
Frente a los recelos y hasta críticas que suscitan en algunos sectores las donaciones de Amancio Ortega, de equipos para diagnosticar y tratar el cáncer, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha escatimado este miércoles para dar relevancia a la firma de un convenio de colaboración con su fundación por la que el dueño de Inditex donará 10 equipos de alta tecnología para el tratamiento del cáncer por medio de protonterapia por valor de 280 millones de euros. En estos momentos, solo hay dos en España, en hospitales privados, y la aportación de Ortega supondrá incorporar por primera vez una decena al Sistema Nacional de Salud, un hecho al que Sánchez ha querido dar la máxima importancia con una firma en La Moncloa y junto a representantes de las siete comunidades donde se instalarán los equipos.
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Este miércoles, Moncloa ha anunciado la firma de un convenio de colaboración con la Fundación Amancio Ortega por la que esta donará a la sanidad pública 10 equipos de alta tecnología para el tratamiento del cáncer por protonterapia, con un valor total que asciende a 280 millones de euros.

¿Qué es la protonterapia?

La protonterapia es una forma particular de radtioterapia externa (RTE) en la que se irradia el tejido tumoral empleando un haz de protones. Su gran ventaja es que es más precisa que otras formas de radioterapia, permitiendo concentrar mayores dosis de radiación en el tejido tumoral mientras que por el contrario se mantienen más bajas las dosis en las estructuras críticas cercanas.

Para ello, se usa un acelerador de partículas que puede ser de dos tipos concretos (ciclotrón o sincrotrón). Estos dispositivos aceleran un haz de protones que es dirigido, usando potentes campos magnéticos, hacia el tumor del paciente, donde interfiere con la división celular y puede provocar muerte celular. Es por esto que la precisión resulta tan importante: aunque las células tumorales son más vulnerables por su alto nivel de división y bajo nivel de reparación del ADN, la radiación puede también causar severos daños en las células sanas.

Este tipo de radioterapia suele emplearse en sitios patológicos que permiten la disipación de altas dosis de radiación, como sucede en el melanoma uveal, los tumores paraespinales, tumores cerebrales y otros sarcomas; en estos casos, proporciona una probabilidad de control local mayor que la radioterapia  convencional.

Otras aplicaciones son tratamientos de precisión con dosis similares a las empleadas en la radioterapia convencional en tumores como neoplasmas pediátricos o cánceres de próstata. Cuando se emplea de este modo, la probabilidad de control local no es mayor que con tratamientos convencionales, pero sí que se reducen en mayor o menor medida los efectos indeseados de la terapia.

¿Cómo es el tratamiento?

Si el paciente padece alguno de los tumores para los que se considera adecuado este abordaje (los que la Sociedad Española de Oncología Radioterápica cita son los tumores próximos o en la base del cráneo, los tumores del sistema nervioso central o primario o metastásicos en la médula espinal, los tumores oculares, los tumores pediátricos con necesidad de radioterapia, los pacientes con síndromes genéticos con riesgo de elevada toxicidad y, en casos seleccionados, la reirradiación), su especialista en Oncología Radioterápica podrá decidir si aplicarlo o no según las características concretas del caso.

Tal y como explica la Clínica Universitaria de Navarra, uno de los pocos centros sanitarios que ha venido administrando este tratamiento en España (hasta el momento, eran todos privados), las sesiones duran algo más de media hora, aunque la irradiación no suele exceder el minuto, y se requieren entre 20 y 30 sesiones en total.

Como todos los tratamientos oncológicos, la protonterapia lleva asociados ciertos efectos secundarios, que incluyen fatiga, problemas digestivos, cefaleas, pérdida localizada del cabello (sólo alrededor de la zona tratada), enrojecimiento de la piel cercana a la zona tratada e inflamación local.

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