Hoy en día, el conjunto de enfermedades englobadas bajo el nombre de tumores y cáncer suponen una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Entre ellas las originadas en el sistema nervioso central y, concretamente en el encéfalo, representan algunas de las más temidas por la dificultad de su tratamiento y la importante limitación física que pueden ocasionar.
Dr. Guillermo Montes
- Neurocirujano. Instituto Clavel, Barcelona
Sintomatología variada
La sintomatología que pueden causar es variada y muchas veces poco específica, por lo que la preocupación del paciente por poder tener uno de estos temidos tumores representa un número no desdeñable de consultas médicas y de procesos de ansiedad que empeoran la calidad de vida de personas con afectaciones en su mayoría banales.
Dolor de cabeza
El síntoma más frecuente que se produce durante el desarrollo de un tumor cerebral es la cefalea o dolor de cabeza, presente en el 60% de los casos, debido a la hipertensión intracraneal que se desarrolla por el efecto de presión directa producida por el tumor o bien por la aparición de hidrocefalia. Suele tratarse de un dolor que afecta a toda la cabeza y en ambos lados, no es común que solo afecte a uno de los lados de la cabeza. También es común que sea peor al estar tumbados que incorporados, y en hasta un 40% de los casos puede ir acompañado de vómitos.
Es importante remarcar que, aunque más de la mitad de los casos de tumor cerebral presenten cefalea, menos de un 5% de los dolores de cabeza son debidos a la existencia de tumores cerebrales, por lo que ante la aparición de dolores de cabeza leves o moderados difícilmente vendrán relacionados con este tipo de patología, y en especial si presentan alivio significativo con fármacos convencionales como el paracetamol o el ibuprofeno.
Crisis epilépticas
La aparición de crisis epilépticas se da en buena parte de los casos, pero una vez más no es ni mucho menos la causa más frecuente que puede provocarlos. Dichas crisis epilépticas pueden presentarse en forma de las conocidas convulsiones, o de forma más sutil como movimientos repetitivos e incontrolados, o incluso solamente como unos segundos o minutos en que el paciente se halla como ausente y suele asociarse a movimiento de chupeteo de los labios.
Fatiga, somnolencia y trastornos de memoria
También se dan con relativa frecuencia la fatiga, la somnolencia excesiva y los trastornos de memoria. Se cumple de nuevo la estadística que indica que solo un pequeño porcentaje de personas que presenten estos síntomas tendrán patología tumoral como causa de los mismos.
Trastornos de la personalidad y la conducta
Los problemas funcionales que pueden ocasionar los tumores, como en cualquier tipo de enfermedad neurológica como los ictus o los hematomas, van a depender mucho del área del cerebro donde se estén produciendo. Por ejemplo, si se da crecimiento tumoral en la región prefrontal del cerebro son más probables los trastornos de la personalidad y de la conducta; si se dan en la parte posterior del lóbulo frontal hay mayor probabilidad de pérdida de la fuerza en alguna extremidad; en la región parietal se pueden originar problemas sensitivos o de tipo de alteración de capacidades de cálculo o escribir. En el lóbulo temporal se pueden dar alteraciones auditivas, y tanto en el temporal como en el occipital puede haber alteraciones visuales. Una afectación del cerebelo puede ocasionar alteraciones de la coordinación y del equilibrio.
Afasias o trastornos del lenguaje
Si el desarrollo del tumor se da en el hemisferio cerebral dominante, puede determinar la posibilidad de aparición de trastornos del lenguaje (afasias). Estos pueden ser de expresión, en las que el paciente sabe lo que quiere decir, pero es incapaz de encontrar las palabras correctas, solo puede emitir sonidos o sílabas repetitivas e incoherentes, o de comprensión, en el que se afecta la capacidad de comprensión del lenguaje oral, pero no la comprensión de señales, signos o lenguaje escrito.
Aunque alguno de estos síntomas puede aparecer de forma brusca, es más común su debut y progresión en el término de unas pocas semanas hasta unos pocos días hasta el diagnóstico, lo que llamamos una presentación subaguda.
En resumen, aunque las formas de presentación que puede adoptar un tumor cerebral son extremadamente variables, por fortuna la frecuencia de presentación en la población de este tipo de tumores es mucho más baja que la gran mayoría de síntomas de los que hemos hablado y que se asocian a causas mucho menos graves.
En cualquier caso, ante la aparición de síntomas de evolución lenta que nos hagan surgir la duda sobre si se trata de un proceso no banal se recomienda consultar para evaluación del problema con el médico de cabecera, quien identificará si existen motivos para ampliar el estudio para descartar la existencia de una patología tumoral.
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