Raquel Moyá, psicóloga: “El calor es un estresor que puede producirnos irritabilidad, dificultades para mantener la concentración, insomnio o ansiedad”

Las temperaturas muy elevadas, y más cuando tiene lugar en forma de ola de calor y duran varios días, puede llegar a afectar directamente a nuestro estado de ánimo y hacernos sentir más irritados y ansiosos. Esto afecta especialmente a las personas meteorosensibles, aquellas que sienten con más intensidad los cambios en el tiempo. Raquel Moyá, psicóloga y la fundadora y directora del portal de psicólogos online Y Psi Hablamos?, nos habla de cómo afecta el calor a nuestro estado de ánimo y qué podemos hacer para paliarlo.

El calor nos hace sentir cansados, apáticos, agobiados… ¿Cómo afecta esto a nuestro estado anímico, humor…?

Convivir con el calor y con una temperatura a la que no estamos acostumbrados se considera un estresor. Eso quiere decir que lo que impacta directamente en nuestro estado de ánimo realmente es el estrés, que se desencadena por las altas temperaturas. Éste tiene un impacto directo sobre nuestro estado de ánimo, estando a consecuencia más irritables, más impacientes, y con menos energía. Al fin y el cabo, nuestro cuerpo está trabajando en mantener su temperatura.

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¿Cuáles son los ‘síntomas anímicos’ más frecuentes?

Los síntomas más frecuentes son: irritabilidad, dificultades para mantener la atención y la concentración, insomnio o hipersomnia, y ansiedad. Sobre la ansiedad en concreto, para las personas que tienen mayor predisposición a padecerla, sí existen efectivamente estudios que defienden que el calor y las temperaturas elevadas pueden incrementar los niveles. Esto se debe a que en primer lugar lo que aumenta es el nerviosismo, y eso lleva a los problemas para conciliar el sueño y, por tanto, y de forma derivada, a la subida del nivel de ansiedad.

¿Es así en todas las personas o hay personas más sensibles que otras a los cambios de humor debido al calor?

Hay personas más sensibles que otras, sí. En general existe una relación entre la mayor parte de trastornos mentales o del estado de ánimo, los estresores ambientales y la predisposición individual hacia padecerlos, podemos incluir el calor en el grupo de estresores que, por tanto, pueden influir directamente en los cambios de humor.

"Existen  estudios que defienden que el calor y las temperaturas elevadas pueden incrementar los niveles de ansiedad, sobre todo en personas que tienen predisposición a padecerla"

¿Qué papel tiene la falta de descanso, sueño en estos cabos de humor, irritabilidad…?

El sueño incide directamente en el procesamiento de la información, la atención y en la mayor parte de procesos de cognitivos y emocionales. No se sabe exactamente de qué manera, pero sí sabemos que la privación del sueño puede perjudicar la mayor parte de procesos psicológicos, emocionales y mentales básicos.

En circunstancias como las actuales, en las que muchas personas tienen elevados sus niveles de ansiedad debido a la ya larga crisis del coronavirus, ¿puede afectarnos aún más el calor?

Realmente no es que afecte más porque hayamos pasado por el covid, afecta de la misma manera. La cuestión es que, si ya tenías problemas previos de ansiedad, estamos sumando un disparador más, una causa más para padecerla o mantenerla. Por tanto, es como ir añadiendo ingredientes a un guiso. si ya tenías problemas económicos y ansiedad derivada de ellos, con calor es peor, si tenías problemas en el trabajo, con calor es peor, y así un largo etcétera. Pero no es que nos afecte más, es que suma otro ingrediente más al ‘caldo’ de la ansiedad.

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¿En qué consiste ser una persona ‘meteorosensible’ y cómo les afectan olas de calor como la que estamos viviendo?

El concepto de persona meterosensible realmente viene de la física. Se refiere a la capacidad de sentir con mayor lucidez, frecuencia e intensidad los cambios en el tiempo, además de verse estas personas afectadas a nivel físico y mental. Comúnmente suelen notar "la humedad en los huesos", padecen jaquecas con los cambios de presiones y viento y suelen adivinar cuando va a llover.

Es conocido que los cambios meteorológicos afectan más a unas personas que otras y hay quienes incluso padecen (TAE), Trastorno Afectivo Estacional. Este trastorno que repercute directamente en el estado de ánimo está asociado a las horas de luz. Y es que la luz incide directamente sobre nuestros neurotransmisores químicos y por tanto sobre nuestros niveles de felicidad y bienestar.

¿Ocurre algo parecido con el frío? ¿Hay personas a las que el frío les pone de mal humor?

El frío también afecta al estado de ánimo. Aunque suele estar más asociado a la depresión que a la ansiedad. La disminución de las horas de luz afecta a neurotransmisores como la serotonina y la dopamina cuya actividad está regulada por la vitamina D, la cual se obtiene tras la exposición a la energía solar. Por eso, muchas de las terapias se basan en adelantar la hora de levantarse para aumentar la exposición a las horas de sol. En general, quienes son meterosensibles lo son al calor y al frío.

¿Qué recomendaría a las personas meterosensibles o a las que el calor afecta anímicamente para afrontar las olas de calor?

Teniendo en cuenta que la temperatura está subiendo para todos, y que el calor en general nos afecta casi por igual, podemos dejar algunos consejos generales que servirán para los más sensibles, pero en realidad para todos los que estamos sufriendo la subida del termómetro:

- Intenta dormir tus horas. No hagas siestas para paliar los días en que duermas peor. Para ello, mantén la habitación ventilada, usa ropa ligera y si el sueño lo tienes muy trastornado, puedes tomar tratamientos que ayuden a mejorar la calidad del sueño como la melatonina.

- Intenta realizar deporte y actividades físicas, aunque sea en las últimas o primeras horas del día, cuando haga menos calor. hay que tratar de vencer la pereza y no dejar que el calor determine nuestras vidas.

- Hidrátate suficientemente.

- Lleva a cabo más a menudo aquellas cosas que te relajen. La idea general es disminuir el estrés.

- Cambia tu alimentación hacia una más ligera y equilibrada. Añade más frutas y verduras y reduce los alimentos que te conducen a digestiones pesadas.

- Consulta con un psicólogo. Los profesionales de la salud estamos precisamente para poder ayudar en los momentos en que el estrés, la ansiedad o la tristeza nos ganan el pulso. Te llevarás herramientas que te servirán toda la vida.

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