La estimulación cerebral profunda ofrece prometedores resultados en el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo

Imágen de Rayos X de un paciente con cables de estimulación cerebral profunda implantados (EFE)
Imágen de Rayos X de un paciente con electrodos de estimulación cerebral profunda implantados (EFE)
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Imágen de Rayos X de un paciente con cables de estimulación cerebral profunda implantados (EFE)

La estimulación cerebral profunda es una incipiente técnica que consiste en la estimulación selectiva de ciertas partes del interior del cerebro por medio de electrodos implantados a través de la cabeza del paciente. A pesar de su invasividad, se ha venido probando con gran éxito en pacientes con trastornos depresivos que no respondían a los tratamientos convencionales.

Síntomas depresivos en el TOC

Ahora, una revisión de ensayos clínicos para este procedimiento llevada a cabo por investigadores de Texas (Estados Unidos) y publicada en la revista académica BMJ ha encontrado que también parece ofrecer buenos resultados en el abordaje del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) resistente al tratamiento.  

El TOC es un trastorno psiquiátrico caracterizado por la aparición de pensamientos intrusivos persistentes y obsesivos, junto con el desarrollo de conductas disfuncionales y ritualizadas. Su prevalencia se estima en un 3% de toda la población, y a menudo se acompaña de síntomas depresivos o de ansiedad que pueden tener un severo impacto en la calidad de vida del paciente.

Tradicionalmente se ha tratado mediante terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, mediante medicación. Esta estrategia es exitosa en buena parte de los casos, pero en algunas instancias no se traduce, necesariamente, en mejoras suficientes.

Resultados positivos hasta en dos tercios de los pacientes

Precisamente debido a la incidencia de síntomas depresivos severos en pacientes con TOC, en las últimas décadas se han venido realizando ensayos clínicos para tratar los casos más resistentes mediante estimulación cerebral profunda. A menudo, no obstante, los estudios no han cuantificado el impacto de otros factores que podrían estar influyendo en los resultados.

Por ello, los autores de este trabajo recopilaron los resultados de 34 ensayos clínicos publicados entre los años 2005 y 2021 y los analizaron conjuntamente para evaluar la eficacia de la técnica en pacientes con TOC resistente a tratamiento. En total, estos estudios sumaban 352 pacientes adultos con una media de edad de 40 años y TOC severo a extremo, cuyos síntomas no habían disminuido a pesar de tratamientos previos. De media, los síntomas de estas personas habían persistido durante 24 años y entre aquellos que reconocían comorbilidades psiquiátricas destacaban el trastorno depresivo mayor (más de la mitad de los participantes), trastornos de ansiedad y trastornos de personalidad.

El análisis de los datos conjugados reveló que la estimulación cerebral profunda redujo de media los síntomas en un 47% y que hasta dos tercios de los participantes experimentaron mejoras significativas durante el periodo de seguimiento (de media, dos años).

Por otra parte, destaca una acusada reducción de los síntomas depresivos, logrando la resolución completa en casi la mitad de los participantes y con una respuesta parcial en un 16% de ellos.

Eficaz, pero con riesgos

Aún así, la estimulación cerebral profunda puede provocar importantes y graves efectos secundarios. Al menos 78 pacientes experimentaron efectos secundarios serios, que incluían complicaciones relacionadas con el hardware empleado en el tratamiento, infecciones, convulsiones, intentos de suicidio, ictus o el desarrollo de nuevas obsesiones relacionadas con la estimulación.

Teniendo todo lo anterior en cuenta, concluyen que existe una evidencia fuerte que apoya el uso de la estimulación cerebral profunda en el tratamiento de pacientes con TOC severo y persistente y con depresión asociada; pero también que es importante tener en cuenta las limitaciones (implantación crónica de hardware, con los riesgos que ello conlleva; y una baja pero relevante posibilidad del desarrollo de nuevas obsesiones en ciertos pacientes) que deben ser tenidas en cuenta a la ahora de la aplicación de la técnica.

Referencias

Ron Gadot, Ricardo najera, Samad Hirani, Adrish Anand, Eric Storch, Wayne K Goodman, Ben Shofty, Sameer A Sheth. Efficacy of deep brain stimulation for treatment-resistant obsessive-compulsive disorder: systematic review and meta-analysis. BMJ - Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry (2022). DOI: http://dx.doi.org/10.1136/jnnp-2021-328738

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