Esta es la razón por la que las infecciones se multiplican en los mayores de 65 años

Los adultos mayores de 65 años son más susceptibles de padecer procesos infecciosos con más frecuencia y de mayor gravedad, por lo que se hace necesario un plan de prevención específico.

A partir de los 65 años, las infecciones multiplican su frecuencia y su gravedad
A partir de los 65 años, las infecciones multiplican su frecuencia y su gravedad
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A partir de los 65 años, las infecciones multiplican su frecuencia y su gravedad

A medida que vamos cumpliendo años, el sistema inmunitario se deteriora, entrando en una etapa denominada inmunosenescencia. ¿Qué significa este término médico? Que los adultos mayores son más susceptibles de padecer procesos infecciosos como la COVID-19, gripe, neumonía o herpes zoster, que suceden con mayor frecuencia y que, en muchos casos, cursan con una mayor gravedad. 

Debido a esta circunstancia que deja, en cierta medida, más desprotegidos a nuestros mayores, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, Ángel Gil, insiste en "la necesidad que existe en España de proteger a los mayores de 65 años a través de un correcto sistema de vacunación, porque es una de las intervenciones vitales a la hora de proteger a la población de determinadas enfermedades". El experto explica a 20minutos las razones por las que se multiplican las infecciones y cómo combatirlas.

¿Por qué se multiplican las infecciones en mayores de 65 años?

Tal vez la palabra más exacta para definir lo que sucede en esta etapa de la vida, a partir de los 65 años, no sea que el sistema inmunológico se deteriora, sino que el resto de nuestro organismo envejece. Es decir, a partir de los 65 años entramos en un periodo vital que, aunque no nos guste, es la senectud o senescencia. 

Esta circunstancia afecta también el sistema inmunológico, que desemboca en el fenómeno de inmunosenescencia. Al tener un sistema inmunológico que ya no funciona al 100%, la probabilidad de tener enfermedades infecciosas con complicaciones y una evolución más grave aumenta considerablemente.

¿Cuáles son esas infecciones a las que nos exponemos a partir de los 65?

Gil nos explica que "todas", pero como es lógico algunas enfermedades infecciosas tienen otros factores asociados como conductas de riesgo, por ejemplo, y además no todos tienen la misma incidencia. "Las que más nos preocupan son las que tienen mayor incidencia y más probabilidad de contagio".

"Y esas más contagiosas son las infecciones respiratorias, tanto las producidas por virus como gripe, COVID-19 y virus respiratorio sincitial (VRS), como por bacterias que con frecuencia aparecen como una sobreinfección bacteriana de las infecciones víricas antes mencionadas. De estas, la más frecuente es la neumonía neumocócica".

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En la población mayor hay que vigilar especialmente las enfermedades respiratorias contagiosas.
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Pero el profesor no sólo nos habla de las contagiosas. También es frecuente el herpes zoster, si bien esta enfermedad se va a producir ligada a la inmunosenescencia y en aquellas personas que pasaron la varicela en la infancia. La infección por el virus 'varicela zoster' se produce en los primeros años de vida en personas no vacunadas. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el virus no se elimina del todo, sino que se queda silente y acantonado (guardado) en los ganglios dorsales de nuestra columna vertebral.

Cuando nos encontramos en una situación de inmunosupresión, puede reactivarse y producir una lesión que llamamos herpes zoster. Pues bien, "esto es muy frecuente en las personas inmunodeprimidas, pero también en mayores de 65 años de edad", cuenta el catedrático.

La gravedad de la infección también aumenta

¿Por qué sucede esto? Porque, a partir de los 65 y al tener unas defensas que no funcionan al 100% de su capacidad, el organismo responde peor y con mayor dificultad a las enfermedades infecciosas. La consecuencia es que éstas duran más tiempo, puesto que suelen llevar asociadas una serie de complicaciones al no estar nuestro sistema inmunológico en condiciones óptimas de defendernos.

¿Qué podemos hacer para reforzar nuestro sistema inmunológico a esta edad?

"Afortunadamente, en el momento actual tenemos vacunas para la mayoría de las infecciones más frecuentes en las personas mayores, por lo que vacunarnos frente a gripe y COVID anualmente, vacunarnos frente a la neumonía neumocócica a partir de los 60-65 años de edad y en adultos menores de esas edades que tengan alguna enfermedad crónica asociada. En este caso basta con una sola dosis y no hay necesidad de revacunaciones anuales.

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En un futuro cercano tendremos vacunas para el VRS (virus respiratorio sincitial) indicadas en adultos. Y también tenemos vacuna para el herpes zoster, esta última indicada en grupos de alto riesgo de inmunosupresión, pero también en la mayoría de las Comunidades Autónomas también con indicación de edad.

Y por supuesto incorporar en nuestra forma de vivir todos los estilos de vida saludable, como una buena alimentación, no fumar, beber de forma moderada o no beber, hacer ejercicio físico, etc.

Las vacunas, apuesta preventiva por excelencia

Las vacunas van a ayudar al sistema inmunológico a crear o a mantener una buena inmunidad de memoria, de manera que cuando nos infectemos con alguno de los microorganismos que hemos mencionado nuestro organismo los reconozca y pueda activar a través del sistema inmunológico nuestra inmunidad de memoria. Si no estamos vacunados, esta inmunidad de memoria no podría actuar, por eso necesitamos en algunos casos esos recuerdos anuales.

La vacunación garantiza en las personas vacunadas una disminución clara de las formas graves de la enfermedad y reduce de forma clara y evidente las hospitalizaciones y las muertes de estas enfermedades. Eso mismo sucede en los niños menores de 2 años de edad: su sistema inmunológico no alcanza la madurez hasta esa edad. Por eso, durante el primer año de vida se administran varias vacunas, algunas de ellas son dosis de recuerdo que garantizan una protección duradera en el tiempo, aunque no duren para toda la vida.

Un médico y una paciente en consulta en una foto de archivo.
La inmunidad 'de memoria' en la edad adulta es fundamental para evitar infecciones.
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"Es importante a partir de los 65 años de edad (a veces un poco antes, a los 60), que volvamos a vacunarnos para ayudar a nuestro sistema inmunológico a acercarse al "máximo", lo más cerca posible del 100%. Si conseguimos acercarnos a esa cifra, nos ayudará a mantener esa inmunidad de memoria tan necesaria para defendernos frente a los agentes infecciosos más frecuentes en la edad adulta.

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