El último año se estima que se han diagnosticado en España 29.000 casos de cáncer de próstata. Se trata del tumor más común en los hombres de nuestro país, y el tercero más letal (sólo por detrás del cáncer de pulmón y del de colon). A pesar de ello, se trata de uno particularmente curable: detectarlo a tiempo eleva el porcentaje de recuperación al 90% de los casos.
Estos datos, recogidos por la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (Fundación ECO) evidencian la posibilidad de mejora que queda en España en el abordaje de esta patología desde la salud pública. Así lo resalta a 20minutos Javier Puente, oncólogo médico del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y miembro asociado de la Fundación ECO: "Se trata de uno de los cánceres con mayor impacto sociosanitario en nuestro país. Incluso a nivel mundial, se sitúa en un lugar destacado. Sin embargo, no es tan agresivo como otros como los tumores de páncreas, en los que el número de fallecimientos es prácticamente igual al de diagnósticos".
"La edad es un factor de riesgo fundamental"
"Es un tumor en el que la edad es un factor de riesgo fundamental", prosigue, "y más del 80% de los diagnósticos se dan por encima de los 65 años, con una edad media de 72 años. Durante muchos años se han intentado llevar a cabo campañas de diagnóstico precoz, y tenemos herramientas para hacerlo, pero es verdad que se ha discutido mucho sobre si es adecuado implementarlas o no desde el punto de vista poblacional".
Según desarrolla, este debate se debe principalmente a que la eficacia de estas herramientas no está tan clara como a priori podría parecer: "Es difícil encontrar diferencias que ilustren que aplicarlas mejore la supervivencia de la población. Por eso, actualmente no existe un screening a nivel nacional como el que sí existe con la mamografía o el test de sangre oculta en heces en el cáncer de colon".
"Lo que sí que existe", apunta este experto, "es un screening oportunista: es decir, que a aquellos varones en buenas circunstancias, con buen estado general y sin comorbilidades importantes se les pueden ofrecer determinaciones de los niveles séricos de PSA para llevar a cabo un screening de las personas en riesgo. Pero esto depende siempre de una conversación previa con el urólogo correspondiente".
"Las pruebas pueden causar complicaciones"
Las visitas a los urólogos, como a otros especialistas, no suelen ser rutinarias. "Estas conversaciones", incide Puente, "suelen venir motivadas o bien porque estos pacientes han oído hablar de este problema sociosanitario (y de lo frecuentes que son los tumores de próstata en el varón), o bien porque ciertas empresas incluyen la oportunidad de llevar a cabo estas pruebas como parte de sus exámenes médicos, o bien porque existen antecedentes familiares de tumores de próstata en los que conocemos que existe una agregación familiar".
"Por supuesto, aquellos pacientes que tengan antecedentes familiares deberían hacerse las pruebas"
Cabe destacar aquí que la historia familiar debe servir como una advertencia importante a los varones para precisamente estar vigilantes: según el oncólogo, "las personas que tienen un familiar de primer grado que ha padecido un cáncer de próstata pueden tener hasta el doble de riesgo que la población general; aquellos que tienen más de uno pueden tener hasta cinco veces más riesgo".
Teniendo en cuenta todo lo anterior, este screening oportunista "se debería llevar a cabo en varones por encima de los 50 años con una discusión previa con el especialista en base a los pros y contras de llevarlo a cabo". Aquí, dice, "no hay que olvidar que determinar una concentración de PSA elevada no es sinónimo de cáncer, sino que hay otras enfermedades que pueden elevar este parámetro y eso va a conducir a procedimientos invasivos (como biopsia) que a veces pueden provocar algún síntoma o complicación".
"Y, por supuesto, aquellos pacientes que tengan antecedentes familiares y que tengan un riesgo elevado", apostilla.
"Sólo en las fases más avanzadas hay síntomas"
No hay que olvidar que, a menudo, el cáncer de próstata no avisa: "La mayoría de los casos", remarca Puente, "se detectan de manera asintomática, simplemente por esos niveles elevados de PSA sérico".
"Sólo en fases más avanzadas", explica, "Aparece algún tipo de sintomatología, principalmente de tipo obstructiva: dificultades en el inicio de la micción a la hora de ir al baño, o que el flujo se entrecorte".
"Y en cánceres aún más avanzados, de enfermedad diseminada (que normalmente afecta a los huesos) puede cursar con dolores óseos que no ceden a la medicación habitual, pérdidas de peso, etc.".
"Se pueden mejorar los resultados actuales"
De cara a mejorar el impacto que tiene este tipo de cáncer en nuestro país, Puente ofrece algunas claves: "Hay varias formas de intentar mejorar los resultados actuales. Yo creo que se pueden aumentar los esfuerzos para implementar mejores métodos de diagnóstico precoz, como la incorporación de la resonancia magnética o de las biopsias por fusión".
"También", opina, "la asistencia a las personas con cáncer de próstata es cada vez más compleja y requiere un abordaje multidisciplinar que involucra a distintos especialistas y profesionales sanitarios. Por tanto, es necesario el desarrollo de unidades complejas y funcionales que realmente mejoren los resultados en salud de esta población"
A este respecto, recalca que desde la Fundación han trabajado "en el desarrollo de herramientas que permitan también establecer criterios o indicadores de calidad para desarrollar comités de tumores genitourinarios en los hospitales. Esta es una herramienta que nos ha permitido de alguna manera explicar a los profesionales sanitarios de qué modo se pueden llevar estas alianzas para tomar decisiones clínicas reivindicando el papel activo del paciente".
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