Desde hace tiempo la evidencia científica es inequívoca respecto a los efectos negativos de cualquier cantidad de alcohol, al margen de creencias populares que llegan incluso a adscribir beneficios para la salud al consumo diario de ciertas bebidas.
De hecho, organismos como la OMS han certificado y recordado que el uso de alcohol incluso en cantidades bajas aumenta el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, entre ellos uno de los más letales en nuestro país: el cáncer colorrectal.
Tres millones de muertes al año
En general, el uso de alcohol incluso en cantidades moderadas se asocia a un mayor riesgo de ciertos problemas de salud, que incluyen enfermedad hepática, pancreatitis, problemas de salud mental y ciertos cánceres como el cáncer gástrico o el cáncer colorrectal. Cada año, se estima que en todo el mundo se producen hasta tres millones de muertes directamente relacionadas con el consumo de alcohol.
Ahora, un estudio llevado a cabo por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos ha descrito con mayor precisión el modo en el que el alcohol causa daños en el intestino que pueden eventualmente conducir a la aparición de cáncer.
Como explican en la revista especializada eGastroenterology, desde el momento en el que se ingiere el alcohol el organismo comienza a absorberlo y a metabolizarlo (esto es, a procesarlo: mediante unas sustancias producidas por el hígado llamadas enzimas descompone las moléculas de alcohol en otras más pequeñas que puede utilizar o desechar con más facilidad).
Productos tóxicos en el tracto digestivo
Por ejemplo, el etanol (principal alcohol presente en las bebidas alcohólicas) se descompone en acetaldehído, que se sabe que posee efectos carcinogénicos. Eventualmente, este producto se descompone a su vez en acetato y posteriormente en agua y dióxido de carbono, pero hasta que eso sucede ya puede comenzar a dañar los tejidos del intestino.
De hecho, los autores de este trabajo, que consistía en una revisión de varios estudios previos, concluyeron que tanto el etanol como sus metabolitos el acetaldehído y el acetato pueden dañar los tejidos del tracto digestivo, provocando problemas como cambios en la microbiota intestinal y disfunciones inmunes del epitelio intestinal.
Estos casos constituyen un primer estadio conocido como enfermedad digestiva asociada al alcohol, que consiste en un espectro de variadas disfunciones digestivas que aparece en relación al consumo de alcohol. Sin embargo, cuando se sostienen en el tiempo los daños provocados por estas moléculas tóxicas son los que pueden desencadenar la aparición de tumores en el tracto digestivo de las personas.
Referencias
Luca Maccioni, Yaojie Fu, Yves Horsmans, Isabelle Leclerqu, Peter Stärkel, George Kunos, Bin Gao. Alcohol-associated bowel disease: new insights into pathogenesis. eGastroenterology (2023). DOI: http://dx.doi.org/10.1136/egastro-2023-100013
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