Ciencia

Todo lo que se sabe de Centaurus, la nueva variante de ómicron de "segunda generación" que ya ha sido detectada en ocho países

Ilustración inspirada en la subvariante BA.2.75 del coronavirus SARS-CoV-2.
Henar de Pedro

Vigilancia es una de las tres 'v' en las que los especialistas insisten desde hace tiempo en estos momentos de la pandemia, junto a ventilación y vacunación. Vigilancia significa no perder el rastro que va dejando el coronavirus, que muta todo lo que la actividad humana le permite. La última nueva variante es otro sublinaje de ómicron, BA.2.75, al que han apodado Centaurus. Los microbiólogos y virólogos han alertado de que esta "posible variante de segunda generación" se está extendiendo rápidamente en India, donde se detectó por primera vez a principios de junio, y ya se ha identificado en otros siete países. Por el momento hay que esperar para poder evaluar su impacto sobre la transmisibilidad, severidad y vacunas, pero los especialistas ya la tienen en el radar por si la nueva 'descendiente' de BA.2 lograra o no desplazar a las actualmente predominantes BA.4 y BA.5

La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su jefa científica en India, Soumya Swaminatahn, alertó este martes de que "ha habido una emergencia por -lo que podría ser- una nueva subvariante". El país asiático fue el primero en informar de su detección y allí es donde se concentran la mayoría de los casos detectados hasta el momento. Su ritmo de crecimiento ha llamado la atención a la comunidad científica. En India representa al menos el 23% de los contagios secuenciados y crece a un ritmo de un 17% diario más rápido que el resto de variantes del linaje BA.2, según los datos del gobierno indio.

Los otros países en los que se han detectado también algunos casos, aunque pocos y en menor cantidad que en India, son Alemania, Australia, Canadá, Japón, Nueva Zelanda, Reino Unido y EE UU. La OMS habla de "unos diez países" pero no especifica cuáles. 

Según el último informe de variantes que el Ministerio de Sanidad realiza semanalmente, publicado este lunes, ninguna de las pruebas secuenciadas dio como resultado la BA.2.75. En España las variantes predominantes actualmente son otras 'parientes' de esta, las BA.4 y BA.5, también sublinajes de ómicron, que están actualmente provocando una nueva oleada de contagios que ha llevado a las autoridades a recomendar el uso de la mascarilla en interiores y cuando vayamos a relacionarnos con personas vulnerables.

Según los primeros análisis, la nueva 'hija' de ómicron presenta 16 nuevas mutaciones genómicas, ocho de ellas en la proteína S (Spike o espícula). Las que están señaladas como clave son las mutaciones G446S y R493Q (pues la primera se ubica en una de las zonas del virus con mayor capacidad para evadir los anticuerpos generados por las vacunas o las infecciones previas). 

La OMS se preocupa porque Centaurus presenta "una constelación de mutaciones en la espícula cuya combinación no había visto hasta ahora"

El investigador del CSIC y experto en epidemiología genómica Iñaki Comas, explica a 20minutos que "la preocupación de la OMS no viene tanto porque tengamos datos sobre una mayor transmisibilidad o severidad -pues está creciendo en India, pero no está claro si es más o menos transmisible que otras variantes circulantes como puede ser BA.5, que es la que está empezando a dominar en muchos países europeos-, sino porque tiene una constelación de mutaciones en la espícula cuya combinación no había visto hasta ahora (las mutaciones sí pero todas juntas en una misma variante no)". 

En la misma línea se pronunciaba en Twitter el virólogo Tom Peacock, del departamento de Enfermedades Infecciosas del Imperial College de Londres (Reino Unido), que afirmaba que ninguna mutación, por sí sola, de las observadas es realmente preocupante, "pero que aparezcan todas juntas a la vez es otra cosa", al tiempo que apuntaba que "en su momento no se habló de las variantes de segunda generación, pero hay un consenso cada vez mayor de que podrían surgir de infecciones crónicas". Y es que hay hipótesis que apuntan a que las variantes que acumulan muchas mutaciones genéticas podrían surgir cuando el virus se hospeda en un mismo organismo durante un periodo de tiempo más prolongado, es decir, en una persona con factores de riesgo a la que le cuesta más luchar contra la enfermedad que causa la infección. De este modo, el virus tiene más tiempo para vivir y mutar.

"Como ha ocurrido otras veces, cuando se ven estas combinaciones se considera que son variantes que deben ser vigiladas de forma continuada. Muchas de ellas al final no llegan a reemplazar las existentes o es un fenómeno local, pero vale la pena detectarlas pronto como se ha hecho para poder vigilarlas. Ahora habrá que esperar para poder evaluar su impacto en transmisibilidad, severidad y vacunas", agrega Comas.

El virólogo Peacock mencionaba también que es "completamente posible" que esta nueva subvariante "solo esté creciendo en un contexto de BA.2 (.12.1) [otro sublinaje de ómicron previamente predominante en España] y que golpee la pared invasora de BA.5 y se detenga... ya lo veremos". 

Swaminatahn explicó que de momento hay "secuencias limitadas" de esta nueva subvariante, pero "parece que presenta algunas mutaciones en el dominio de unión al receptor de la proteína S, que es una parte clave del virus que atrapa a las células humanas, por lo que tenemos que vigilarla. Es demasiado pronto para saber si esta subvariante tiene capacidad adicional de evadir la respuesta inmune o provocar una enfermedad más grave. Eso no lo sabemos. Tenemos que esperar y seguir controlando". La especialista aseguró que si la OMS detectara que esta nueva subvariante presenta un número significativo de mutaciones como para ser clasificada como variante de preocupación, así se hará.

A nivel global, el número de contagios ha crecido casi un 30% en las últimas dos semanas, según los datos de la OMS. En rueda de prensa este miércoles, su director, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, mantuvo que las variantes BA.4 y BA.5 son las que las están detrás de las oleadas de transmisión en América y Europa, mientras que India y otros países se ha detectado también BA.2.75, una subvariante que está monitorizando.

¿Qué cabe esperar?

Mientras esperamos para saber si la virulencia de la nueva 'descendiente' de BA.2 llamada Centaurus es mayor o no, y si logra 'dar el relevo' o no a BA.4 y BA.5, "se debe ver si aparece en otros países y si, en competición con variantes dominantes es capaz de desplazarlas en diferentes localizaciones indicando una ventaja sobre ellas. Esa transmisibilidad viene dada sobre todo por el hecho de que las nuevas subvariantes como BA.5 tienen capacidad parcial de evadir en parte la respuesta inmune, lo cual lleva a reinfecciones incluso de personas que en Navidad se infectaron con BA.1 [ómicron original]", mantiene Comas, que también es el coordinador junto a Margarita Salas de la plataforma Salud Global del CSIC. 

Asimismo, este especialista también señala que "hay que esperar a que haya un número de casos mayor para poder descartar un impacto significativo en la protección contra enfermedad severa". Sin embargo, por la experiencia hasta el momento, "si bien puede llevar a un mayor número de infecciones, es poco probable que esto afecte a la severidad o a la protección de las vacunas, que hasta ahora han protegido de forma sólida contra enfermedad grave y la muerte, independientemente de la variante", concluye Comas.