Pinchos de concurso y de los otros: de tapas por las mejores calles de Valladolid

El cocinero noruego Oyvind Boe Dalelv prepara la tapa Statholdergaarden (bacalao en crujiente de alcachofa de Jerusalén con algas), con la que ha ganado el I Concurso Mundial de Tapas que se celebra en Valladolid.
El Concurso de Valladolid se ha asentado como el más importante del país.
A.GALLEGO / EFE
El cocinero noruego Oyvind Boe Dalelv prepara la tapa Statholdergaarden (bacalao en crujiente de alcachofa de Jerusalén con algas), con la que ha ganado el I Concurso Mundial de Tapas que se celebra en Valladolid.

Valladolid se ha ganado buen nombre en esto de las tapas y los pinchos gracias, básicamente, al concurso nacional que se celebra desde hace ya 16 años. En otoño llegará la XVII edición: se premian las mejores y luego se pueden catar en algunos de los bares de la ciudad.

Son éstas, las del concurso, tapas modernas; pinchos nacidos de la imaginación de los mejores cocineros; tapas creadas con las últimas técnicas culinarias; pinchos que sorprenden; tapas que se disfrutan. Pero en Pucela hay más.

"Corchifrito", de Emilio Martín, del restaurante Suite 22 (Valladolid).
El "Corchifrito", último ganador del Concurso de Valladolid.
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En Valladolid había vida "tapera" antes de que naciera el concurso (como en casi todo el país, claro). Y ahí sigue. No son los bares más pintureros ni están necesariamente en pleno centro, pero siguen preparando deliciosas tapas y raciones de las de toda la vida (o casi).

Vamos a recorrer Valladolid de la mano de los unos y los otros; los bares con las tapas más impactantes y aquellos otros que no se andan con rodeos ni retóricas gastronómicas. Eso sí, ojo, en la recia capital castellana la tapa se paga (casi) siempre.

Plaza de Coca

El Coca era un cine que durante años presidió la Plaza de Martín Monsó. Hoy ya no está pero la plaza se ha quedado con su nombre. Aquí, y en las calles aledañas, muy cerca ya de la Plaza Mayor, se juntan algunos de los mejores bares de Valladolid si de tapas se trata.

Los Zagales, Calle Pasión 13

De su cocina han salido varias de las tapas ganadoras del concurso de los últimos años. Y las siguen sirviendo. Ese pincho que parece una copa y un puro de las sobremesas de nuestros abuelos; ese Obama en la Casa Blanca que es un "capitolio" de cerámica que dentro lleva un hojaldre con patata, tinta de calamar y huevo trufado; o el Tigretostón (un 'tigretón' de pan negro con cochinillo frito, cebolla confitada, queso y morcilla). Como también es restaurante, uno puede optar por las sobrias delicias de la cocina castellana.

Algunas de las tapas de concurso de Valladolid que sirven en Los Zagales.
Algunas de las tapas de concurso de Valladolid que sirven en Los Zagales.
WIKIMEDIA/Peio5

Villa Paramesa, Plaza Martí y Monsó 4

Es un referente en materia de cocina en miniatura. Acaban de cambiarse de local y ahora tienen mucho espacio para servir sus creaciones gastronómicas. Desde su Camarón mexicano (pan de ajo, tartar de carabineros, guacamole, lima y camarones) a la Miniburguer de añojo, manzana y mayonesa de kinchi, pasando por Los tres cerditos (cochinillo con ajo blanco, ponzu y pibil). ¿Quién da más? Por algo acaba de recibir un Sol de la Guía Repsol.

El Corcho, Calle Correos 2

Siempre está hasta arriba; porque no es muy grande y porque lo que hacen está muy rico. Tapas clásicas. Deliciosas croquetas de jamón, buñuelos, bacalao rebozado, torreznos y montaditos, como el de morcilla de Cigales.

Jero, Calle Correos 11

Tiene algunos de los mejores pinchos de Valladolid. Y sus tostas. Ejemplos de que aquí se inventa: el rajao (queso de cabra a las finas hierbas, praliné de pistacho y morcilla) o el zapatero (salmón ahumado con gamba, ventresca, gelatina de manzana, foie y tierra de boletus). En la barra, más de 30 variedades.

La Sepia, Calle Jesús 1 y Plaza de la Rinconada 9

Sorprende que sea en Valladolid donde haya un bar dedicado a servir, casi en exclusiva y desde 1974, raciones de sepia a la plancha (en la foto). Y gusta: siempre lleno. El secreto, dicen, está en la salsa.

En el Bar La Sepia de Valladolid es obligado pedir sepia a a plancha.
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LA SEPIA

Otras bares de la zona de Coca que también presentan una gran selección de pinchos y tapas son La Tasquita, Bar Zamora, Vinotinto, La Bodeguita o Casa Tino (los huevos fritos más famosos de la ciudad).

La Antigua

La Iglesia de La Antigua es la más querida por los vallisoletanos y un símbolo de la ciudad. Frente a la herrerriana severidad de la catedral (inacabada) los de Pucela prefieren esta sencilla iglesia. En su entorno podemos encontrar un buen montón de bares de lo que podríamos decir es una zona de tapeo más sencilla y con menos pretensiones. Aquí se chatea mucho (el gusto por los claretes de Cigales de toda la vida) y no necesariamente en copa. No, por aquí no suele haber tapas de concurso, pero lo que hay está muy bueno (y más barato).

La Venta del Fraile, Calle de San Martín, 8

Local popular, con terraza y sin pretensiones. El bolsillo lo agradece. Hay que probar los Huevos de fraile, los Caprichos de monja y los Popeye.

Casa Curro, Calle de San Martín 17

Es como la "casita" de Zamora en Valladolid. Así que, vino de Toro con cachuelas, con callos, con chichas, con crestas de gallo (en la imagen) o con arroz a la zamorana.

Las crestas de gallo, una tapa que se come en Zamora o Valladolid.
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WIKIMEDIA/tylo

La Croqueta, Calle de los Moros, semiesquina Esgueva

Es un clásico de Pucela. Sencillo y pequeño: mejor se degusta en la calle. La oferta es corta pero rica. Hay que pedir corteza de morro y, claro, sus croquetas de huevo.

Vinos Merino (el auténtico), Calle Conde Ribadeo 2

Es cierto: en general, los bares de Valladolid no regalan tapa. El Merino (el original, que tuvo que cambiar de local) sí lo hace. Buen ambiente y raciones estupendas, como la oreja guisada o los mejillones en salsa.

Fierabrás, Calle Marqués del Duero 8

Su especialidad son las tostas, como las de secreto o de rabas con alioli. En la carta cosas ricas y contundentes, con raciones generosas: torreznos, croquetas, rabo de toro, cecina o los huevos fritos con chorizo y lomo.

Bar Guagüita, Calle Esgueva 8

Muy buenos los langostinos a la plancha, la sepia, las sardinas y sus mejillones, con una salsa de esas para mojar pan. Y de la tierra, las mollejas de lechazo. 

Los Carrales, Calle de las Angustias 20

Estupendos torreznos, además de mejillones y callos. Hay que pedir sí o sí la tosta de sardina ahumada sobre pan con tomate y aceite.

Corral del Rosarillo, Plaza del Rosarillo s/n

Buen producto y local pequeño pero acogedor (el patio interior gusta). Su especialidad, el humilde pollo frito, que sirven con patatas o pimientos de Padrón.

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