Salir de tapas por Sevilla es cosa que hay que hacer, "obligatoriamente", si se visita la ciudad y se la quiere conocer en profundidad. La capital hispalense es una de las mejores localidades españolas para ello. Los lectores de 20 minutos la sitúan como es la 9º mejor en esto de tapear.
De Sevilla destacan sus frituras, su jamón y su ambiente. Lo cierto es que la cultura del tapeo está muy arraigada entre los sevillanos. La oferta, en el centro o en los barrios, de clásicos o modernos, es enorme.
Difícil elegir en la capital andaluza. Podemos dejarnos llevar o buscar algunas de sus calles más afamadas. Estas son son algunas de ellas (pero hay más, por supuesto).
La Encarnación
La plaza de la Encarnación está en el barrio Alfalfa. En sus alrededores tenemos buenos locales para tapear. La especialidad de La Trastienda, en la Plaza de la Alfalfa, es el marisco y las anchoas imperiales. En la calle Estrella esquina Pajaritos, el bar La Estrella. Y cerca, en Santa Catalina, El Rinconcillo (en la foto), la bodega más antigua de Sevilla, con recetas tradicionales como las pavías de bacalao o los garbanzos con espinacas.
Mesón del Moro
Estamos en el barrio de Santa Cruz, una zona de calles estrechas que ocupan la antigua judería de Sevilla. Calles como Mesón del Moro invitan a ir despacio; a pararse frente a cada bar o restaurante; y, finalmente, a entrar y disfrutar. Se recomiendan siempre Doña Elvira, el Vinela o El Giraldillo. En otras calles del barrio de Santa Cruz tenemos la Taberna Peregil, Las Columnas o el Bar Giralda.
Pages del Corro
Si estamos en Triana esta calle es fundamental. La cosa está en ir tapeando de bar en bar. Pero en esta calle cuentan que son básicos, al menos, dos locales. Blanca Paloma (revuelto de patatas con bacalao, tacos de rosada o berenjenas rellenas) y Las Golondrinas (almejas, bacalao y sus famosas puntas de solomillo).
Eslava
Esta calle aparece junto a la Plaza de San Lorenzo, en el barrio del mismo nombre, donde se encuentra la basílica del Gran Poder, sede de la Hermandad de Jesús del Gran Poder. Hay que entrar, o intentarlo, en el Bar Eslava. Sí, siempre está hasta arriba; por algo será. Cerquita queda La Azotea, un local de tapas de autor.
Alameda de Hércules
Hace no muchos años era una zona deprimida y hoy es una plaza luminosa, sabrosa y un punto bohemia. Aunque es una zona muy frecuentada para salir por la noche, también vale para comer al sol. Hay bares con terraza de todo tipo: clásicos, moderno-creativos y hasta de cocina internacional. La escondida, Bar Antojo o El Loco Sibarita. Cerca de la Alameda quedan el Dúo Tapas o La Antigua Abacería de San Lorenzo, un clásico.
El Arenal
Podemos entrar, sin riesgo a equivocarnos en tabernas como La Bodeguita Romero (su montadito famoso es “El Piripi”), Casa Moreno o La Bodeguita Morales.
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