Cómo evitar la caída del pelo por estrés

Una mujer alisándose el pelo con un secador
Los alisados permanentes tienen que repetirse cada cierto tiempo.
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Una mujer alisándose el pelo con un secador

La caída del cabello suele generar una gran preocupación y lo cierto es que hay épocas del año en las que cae más de lo habitual y no supone ningún motivo de alarma. De hecho, es un proceso natural durante el otoño ya que, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el cabello se nueva. 

Sin embargo, si la caída continúa durante otras estaciones del año puede deberse a un factor determinante: el estrés. El cabello es sensible ante cualquier cambio en el organismo y ante el desajuste físico y psicosomático provocado por un episodio de estrés "el cabello se ve afectado provocando un debilitamiento del folículo piloso y derivando en la caída de pelo", explican en el Instituto Médico Dermatológico (IMD).

¿Por qué se produce la caída del cabello?

Según los expertos de Mayo Clinic, existen tres tipos diferentes de pérdida del cabello que pueden estar relacionados con padecer altos niveles de estrés:

  • Efluvio telogénico: el estrés provoca que una elevada cantidad de folículos del cabello pasen a una fase de descanso y que en pocos meses se caiga durante el cepillado o lavado. 
  • Alopecia areata: existen varios factores que pueden originar este tipo de alopecia y "posiblemente incluyen el estrés grave".
  • Tricotilomanía: hace referencia al impulso de arrancar pelo del cuero cabelludo, cejas u otras zonas del cuerpo ante diversas situaciones como el estrés o la tensión.

¿Qué rutinas se pueden implementar para reducir el estrés?

No obstante, la pérdida de pelo por estrés no tiene por qué ser permanente ni convertirse en un problema crónico. El primer paso para prevenirlo es cuidar la alimentación mediante una dieta equilibrada y sana rica en vitaminas y minerales. 

El consumo de vitaminas, sobre todo las del grupo B y la A, es clave para mejorar el aspecto del cabello y evitar su caída al tener potentes propiedades antioxidantes. Tampoco hay que descuidar la ingesta de hierro en cantidades adecuadas a través de legumbres o de verduras de hoja verde como las acelgas y las espinacas. 

Por otro lado, es importante adquirir hábitos saludables para tratar de controlar y reducir el estrés con ejercicio físico diario para incrementar los niveles de endorfinas o técnicas que contribuyan a la relajación, como el yoga o la meditación. En este sentido, la higiene del sueño es esencial para mantener la calma y eliminar la tensión del día. 

Se pueden marcar rutinas como mantener un horario fijo para acostarse y levantarse; practicar ejercicios de respiración para favorecer la relajación antes de dormir; leer un libro, y evitar ver la televisión o utilizar dispositivos electrónicos, entre otras. 

Otra de las medidas básicas es extremar los cuidados diarios del cabello evitando agentes químicos agresivos y utilizando cepillos adecuados. En el caso de que el problema se vuelva crónico o sea grave, los profesionales médicos pueden recetar productos específicos como ampollas capilares, champú anticaída o tratamientos para la estimulación del cuero cabelludo.

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