¿Las matemáticas le aburren o se le atragantan? Consejos para fomentar un aprendizaje ameno en los niños

  • Los juegos de mesa son un recurso estupendo para retener conceptos matemáticos de una forma lúdica.
  • Aplicar las matemáticas a actividades de la vida real, como medir las cantidades para hacer una receta o comparar precios en un supermercado, ayudan al niño a aprender.
  • Sigue el blog 'Yo soy tu profe' para más recomendaciones. 
El juego facilita el aprendizaje natural de las matemáticas.
El juego facilita el aprendizaje natural de las matemáticas.
PIXABAY
El juego facilita el aprendizaje natural de las matemáticas.

Durante años se ha abonado el terreno para convertirlas en la ‘oveja negra’ de las escuelas. Curso tras curso se le atragantan a muchos estudiantes, los maestros se exprimen los sesos para que sus clases resulten más atractivas y los padres esperan estoicos el temido día en que tengan que sentarse a resolver problemas y ecuaciones con sus retoños.

Sin embargo, las matemáticas tienen todos los alicientes para resultar atractivas ya que favorecen el desarrollo de multitud de capacidades y habilidades que el niño va a utilizar y utilizará habitualmente en su vida diaria: pensar, resolver retos, encontrar estrategias... ¿Qué hacer entonces para que nuestros hijos aprendan y las disfruten al mismo tiempo? Los expertos en pedagogía hablan de diversos métodos para conseguir buenos resultados desde la más tierna infancia.

No fomentar su mala fama. Una de las estrategias mas importantes es la de crear un ambiente familiar propicio que fomente en el niño el aprendizaje e interés por la materia. Es decir, si desde pequeño está acostumbrado a oír que las matemáticas son difíciles o que a nosotros se nos daban mal en el colegio es posible que acaben por interiorizar este mantra creyendo que no van a ser capaces de abordarlas con éxito.

Nunca es pronto. Todos podemos motivar a los niños desde que son muy pequeños para que que se interesen por las matemáticas. Por ejemplo contando del 1 al 10 los escalones con los que subimos o bajamos las escaleras, los gajos de mandarina que hay en el plato de la merienda o las patatas fritas que acompañan la comida del mediodía o descubriendo las formas que tienen distintos objetos que decoran nuestra casa (la tele es un rectángulo, el reloj es un círculo...). Si todos los días jugamos con estos conceptos será sencillo que el niño los aprenda con facilidad.

Aplicar las matemáticas a la vida real. Algo completamente sencillo y al alcance de cualquiera ya que cientos de acciones que realizamos todos los días están relacionadas de una u otra forma con esta ciencia: aprender los números de las líneas de autobús o metro, medir las cantidades necesarias de cada ingrediente para hacer una receta, comparar y sumar precios de productos del supermercado, comparar el tamaño de objetos situados en la calle o en casa...

Potenciar su interés. Estrechamente relacionado con el punto anterior. Si transmitimos al niño la idea del valor que van a tener las matemáticas en su vida, de lo importante que es aprender a sumar, restar o dividir para su futuro... incentivaremos el interés del pequeño por los números y por saber manejarse de una forma ágil con ellos. Los niños son esponjas y poseen una curiosidad innata por lo que resolver todo tipo de problemas de una forma amena puede ser otra vía a explorar para aumentar esta motivación.

Echar mano de recursos originales, diferentes y divertidos. Más allá de los libros de texto hay cientos de opciones para aprender matemáticas sin la sensación de estar enfrentándose a algo aburrido o complicado: utilizar canciones, láminas coloridas, objetos singulares para fomentar el conteo como una mesa de luz y fichas traslúcidas, libros, cómics, películas o dibujos animados relacionados con la materia, apps para tablet y ordenadores; o incluso practicando algún deporte (sí, donde podemos manejar puntuaciones, estadísticas, probabilidades, tiempos...).

Jugando con las matemáticas. Los juegos y las actividades lúdicas son un excelente recurso para retener sin darse cuenta conceptos relacionados con las matemáticas y un sistema excelente para practicarlas en familia y divirtiéndose. ¿Cuáles serían los juegos más idóneos para desarrollar estas habilidades? Hay infinidad de posibilidades: puzzles en dos o tres dimensiones, bloques de construcción, piezas de Lego o de Kapla, juegos individuales de lógica que plantean retos como Tres cerditos, Camelot o Tangram, y por supuesto, juegos de mesa para dos o mas personas relacionados con los números como Bata-Waf o SuperTmatik, de estrategia como Woolfy o Tantrix, o los clásicos de toda la vida como el parchís, la oca o el dominó.

Y nunca olvidar que este aprendizaje va a ser más sencillo si acompañamos al niño en este proceso, si le explicamos los conceptos adaptándolos a su lenguaje, si respetamos su ritmo de aprendizaje sin prisas pero sin pausas y confiamos en sus capacidades para aprender.

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