Hontanares López: "Los descansos entre tareas reducen el estrés y aumentan la concentración de los estudiantes"

  • La experta en neuropsicología María de Hontanares López nos aporta diversas estrategias para que los niños mejoren.
  • "Establecer unos horarios con el niño para la jornada le aporta más seguridad y le ayuda a fijar más la atención".
Reflejo en un ordenador portátil de un niño estudiando y haciendo los deberes en casa
Reflejo en un ordenador portátil de un niño estudiando y haciendo los deberes en casa
Eduardo Parra - Europa Press
Reflejo en un ordenador portátil de un niño estudiando y haciendo los deberes en casa

¿Se puede educar la atención en un mundo multitarea y dominado por las nuevas tecnologías? ¿Se concentran hoy menos los niños en las tareas escolares que hace, por ejemplo, dos décadas? ¿Cómo podemos ayudarles para focalizar la atención y mejorar el rendimiento escolar? La experta María de Hontanares López, licenciada en Psicopedagogía y profesora del Máster de Neuropsicología y Educación de UNIR (Universidad Internacional de La Rioja) nos aporta diversas estrategias para lograrlo.

¿La concentración se puede entrenar? ¿Cómo podemos llegar a dominar un estudio enfocado y sortear las distracciones?

¿Se puede entrenar? Sí. El problema es que creemos que podemos hacer varias cosas a la vez, lo que ahora se denomina multitarea, y es mentira. De hecho, nuestro cerebro no es capaz de atender a dos tareas que requieran una atención sostenida y selectiva a la vez. Lo que hacemos son asignaciones alternas, dedicando un ratito a cada cosa. De manera que lo que tenemos que hacer es educar a los niños para centrar la atención en una sola cosa. Comenzaremos por tiempos más cortitos, sobre todo con los niños mas pequeños, y por ejemplo, con un juego que les guste. Sobre todo hay tratar de enseñarles lo que llamamos control inhibitorio: bloquear todo lo que no sea la tarea que vamos a realizar.

¿Qué tips daría a los estudiantes que quieren mejorar sus técnicas de estudio y centrar la atención?

En primer lugar, planificar. Es fundamental saber a qué vamos a dedicarnos, cuánto tiempo, qué vamos a hacer, qué necesitamos... Los niños pequeños pueden hacer, por ejemplo, una lista de tareas pendientes para planificar cuáles son las más importantes, cuáles hay que hacer antes, cuáles les van a llevar más tiempo y, así también evitamos la dispersión.

Por otro lado, como lo que estamos haciendo son asignaciones alternas intentemos agrupar las tareas que sean más similares para evitar el bloqueo metal que se pueda producir al pasar de una actividad a otra. Cuanto más relacionadas estén las tareas, menos le costará a tu cerebro cambiar de una a otra.

"Es fundamental planificar y agrupar las tareas más similares para evitar el bloqueo que produce pasar de una a otra"

Además, acostumbrarles a que cada cierto tiempo revisen esa lista de tareas que hemos hecho y pedirles que comprueben el estado. Luego, intentar de eliminar las distracciones enseñándoles a trabajar el control inhibitorio, que traten de centrar su atención y jugar al “pienso, preparo y muestro”. Trabajar la flexibilidad, su capacidad para adaptarse a los elementos que vayan surgiendo y a los cambios que no estén alineados con su forma de pensar. Y una vez terminadas las tareas, dedicar un tiempo a reflexionar sobre el trabajo realizado: comparando el objetivo inicial con el final.

Sobre todo, más que aprender a cambiar de una tarea a otra lo que habría que aprender es a focalizar, a parar tres minutos en una actividad concreta y dedicarse a esa tratando de manera consciente de bloquear los estímulos de fuera.

Se sabe también que los tiempos de concentración van aumentando conforme los niños crecen. De una media de ocho minutos con cuatro años a 25 con 12 años. ¿Cuál es la importancia de que padres y profesores tengan en cuenta estos tiempos y la necesidad de hacer pausas?

Nosotros les llamamos ‘brain breaks’ (‘descansos para el cerebro’) y es muy importante hacer estos descansos mentales sobre todo con algún tipo de movimiento, desplazamientos, canciones... algo que te evada de la tarea que estás haciendo. Hay estudios que demuestran que disminuyen el estrés y aumentan la concentración de manera que sería interesante proponerle al niño alguna actividad en las que se tengan que levantar, en la que haya un cambio de movimiento, de tarea, para que se relaje y vuelva a captar la atención de lo que estamos haciendo.

Hay que tener en cuenta también la metodología que utilizamos. Si vas cambiando cada poco tiempo de metodología también arrastraremos la atención y se centrarán más. Con los niños es muy importante tener unas rutinas establecidas tanto fuera como dentro de casa. Si vas a trabajar con ellos por las mañanas, por ejemplo, lo ideal sería elaborar con ellos unos horarios en los que se establezca qué se va a hacer, para que el niño sepa que viene después. Algo que le da más seguridad y le ayuda a fijar más la atención.

Nuestra atención nace del asombro, así que también hay que dejarles que se acerquen al conocimiento, no estar siempre sobreestimulándoles con cien cosas.

"Nunca dejar para el final lo más difícil porque el nivel de cansancio es mucho mayor a última hora"

Antiguamente se le solía decir a los niños ‘primero lo difícil, luego lo fácil’. ¿Qué se puede hacer cuando unas tareas nos gustan más que otras? ¿Cómo podemos evitar dejarlas siempre para el final?

A la hora de planificar las actividades deberíamos hablar con los niños y preguntarles cuáles son las que les gustan más y las que menos. También tenemos que controlar mucho el nivel de dificultad, es decir, plantearles actividades que estén a su nivel de dificultad para engancharles, que no pierdan la atención y tiren la toalla. Pasará lo mismo si la actividad es muy sencilla, se aburrirán. Y cuando hagamos esa planificación nunca dejar para el final lo más difícil porque el nivel de cansancio es mucho mayor a última hora. Tampoco ponerlo al principio, porque el nivel de frustración crece, pero sí plantear una actividad inicial que sea motivadora. Una vez que su dopamina esté a tope, plantear una actividad que le cueste más esfuerzo y siempre teniendo en cuenta la teoría del andamiaje: a más dificultad o a mas coste, más ayudas o mas estrategias habrá que plantearle para echarle una mano.

Durante el confinamiento muchos estudiantes han visto alterados sus métodos de estudio: no poder acudir a bibliotecas, las clases online, a veces espacios para el estudio mal acondicionados, muy reducidos o con demasiado ruido al tener que compartirlos con toda la familia... ¿Cómo se pueden optimizar estas condiciones en el caso de un nuevo confinamiento?

Para empezar sería muy interesante que tanto el adulto como el niño diseñen su propia zona de trabajo: que los niños estén separados, cada uno en su habitación, con una mesa amplia, sin distracciones tipo corcho, en un ambiente luminoso... Pero en el caso de que esto no se pueda cumplir por cuestiones de espacio y cantidad de personas en casa habría que intentar que cada niño esté con un adulto mejor que con un hermanito, sobre todo por el tema de la distracción; y que nos sintamos cómodos en el sitio en el que estamos trabajando para que nos ayude a concentrarnos. Y cómo hemos dicho antes, planificar las tareas y hacer descansos. Aunque la docencia sea de manera telemática, siete horas conectados es inviable para cualquier cerebro y, sobre todo, para el de un niño.

"Cuando quieres que un niño se distraiga: luz, movimiento y sonido es veneno. Que la tableta no se convierta en una ‘nanny’"

¿Hasta que punto la tecnología, según como la utilicemos, puede ser un inconveniente o un aliado para mejorar la concentración en los estudios?

Tampoco podemos demonizar a las tecnologías porque están ahí y han venido para quedarse pero yo siempre digo que para poder trabajar online previamente tiene que haber un trabajo offline. Hay que enseñar a los niños a no convertirse en zombies de la tecnología, a centrarnos en determinada actividad y no estar cambiando constantemente. Las nuevas tecnologías tienen su parte buena y su parte mala. La buena es que para ajustarnos a los aprendizajes de los alumnos son muy buenas porque les da un feedback en el momento, les puede ajustar la dificultad de la tarea a los aciertos que ha tenido... Pero cuando quieres que un niño se distraiga: luz, movimiento y sonido es veneno. Es importante trabajar con las nuevas tecnologías pero enseñándoles que son una herramienta mas no el fin. Hay que ajustarse a los tiempos y hacer pausas para descansar la vista y la cabeza. Los padres deben estipular qué tiempos son para las tabletas y que no se convierta en una ‘nanny’ durante ocho horas.

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