La mandarina, fuente de vitamina C con propiedades antioxidantes: ¿qué beneficios aporta su consumo?

Fruto del mandarino, un árbol de la familia de las rutáceas, la mandarina es una fruta cítrica de características nutricionales similares a la naranja cuyo origen se remonta a los cultivos de hace miles de años en China, desde donde se extendió al sureste de Asia. 

Se comenzó a cultivar en Europa en el siglo XIX y actualmente la podemos encontrar en el mercado desde septiembre hasta principios de marzo, tal y como explican desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN). 

Existen diferentes variedades de mandarinas, aunque las que más se consumen entre la población se dividen en cuatro grupos: clementinas, clementillas, híbridos y la satsuma, esta última originaria de Japón.

Alto poder antioxidante para reforzar el sistema inmune

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Se trata de una de las frutas más consumidas entre la población pero, ¿cuál es su valor nutricional? ¿Qué beneficios aporta al organismo? Puede que lo más destacable de sus propiedades sea que es fuente de vitamina C y que contiene una elevada cantidad de provitamina A. 

En este sentido, posee importantes niveles de criptoxantina (caroteno), "un compuesto que además de transformarse en vitamina A en nuestro organismo, tiene propiedad antioxidante", añade la FEN. Por eso, es un alimento altamente recomendado durante los meses de invierno para combatir los resfriados y otras afecciones estacionales similares. 

Además, sus potentes propiedades antioxidantes "ayudan a combatir el efecto negativo de los radicales libres, refuerzan el sistema immunológico y protegen el organismo frente a la aparición de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y determinados tipos de cáncer", indican en la Fundación Española del Corazón. 

Su consumo también puede contribuir a mantener el estado saludable de la piel al favorecer la síntesis de colágeno y a mejorar los procesos de cicratización de heridas.

Favorece la digestión y es un diurético natural

Más del 85% de su composición es agua y contiene una mínima cantidad de azúcar y escasas calorías (aproximadamente 43 kcal por cada 100 g) por lo que es recomendable su consumo para dietas de adelgazamiento y como diurético, al reducir la retención de líquidos.

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Cabe destacar su cantidad apreciable de minerales como el potasio, calcio, fósforo y magnesio, que contribuyen al adecuado funcionamiento del sistema muscular y óseo. No hay que olvidar su alto contenido en fibra (casi un 2%) que influye en la salud del aparato digestivo favoreciendo el tránsito intestinal, evitando el estreñimiento e incrementando la sensación de saciedad.

Aunque en menor cantidad que la naranja, esta fruta contiene ácido cítrico y málico, responsables de su particular sábor ácido, así como flavonoides con propiedades antioxidantes.