Contraponer el uso de la mascarilla a las posibles consecuencias de no utilizarla. Esa es la técnica empleada por un médico en un vídeo difundido a través de las redes sociales para concienciar a la población de la necesidad de emplearla para reducir la transmisión del virus y el riesgo de contagio de la COVID-19 en plena pandemia.
Aunque el facultativo reconoce que la mascarilla "es incómoda de llevar", recalca que es "lo único que puede limitar la transmisibilidad del virus" y la compara con otro instrumento al que puede enfrentarse el paciente en caso de contagiarse y sufrir un cuadro grave de la enfermedad: un respirador artificial.
A los que vayais a #Madrid16A recordarles que sí hay una alternativa a la mascarilla pic.twitter.com/w2bSOf6z0N
— Siempre War 💜 Listo Va (@alwayswarrier) August 16, 2020
El sanitario explica con claridad y crudeza cómo se conecta el aparato al paciente que lo precisa, aquejado de una insuficiencia respiratoria. Para hacerlo, detalla, se emplea un laringoscopio -"que es un trozo de metal"- y se coloca el tubo endotraqueal para después engancharlo al respirador, según recoge el medio SDPnoticias.com.
Por si la descripción del procedimiento no bastase, el médico recalca que algunos pacientes pueden necesitar este aparato durante al menos dos meses y acaba con una reflexión: "¿Usted qué prefiere? ¿Todo esto o simplemente usar correctamente una mascarilla como esta? Yo creo que la decisión es fácil, lo más difícil es que la decisión depende de ti".
Precisamente este domingo, miles de personas se congregaron en la madrileña plaza de Colón para protestar contra el uso de la mascarilla alentados por el cantante Miguel Bosé en una manifestación que ha suscitado críticas de múltiples frentes.
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