¿Cómo podemos ayudar a los niños ante las pesadillas y los terrores nocturnos? ¿Hay que actuar de la misma forma?

  • Es mejor no preguntarles sobre el contenido de la pesadilla cuando se despiertan y dejar el tema para otro momento.
  • Con los terrores conviene no despertarles, mantener la calma junto a ellos y esperar a que pase el episodio.
Imagen de archivo de un niño dormido.
Un niño dormido.
FLICKR/NNELUMBA - Archivo
Imagen de archivo de un niño dormido.

¿Cuántas horas de sueño necesita un niño cada día? ¿Son las pesadillas y los terrores nocturnos un factor de riesgo para que la calidad del sueño en la infancia se sienta comprometido? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ciclos de sueño por edad en la infancia deben acercarse a lo siguiente: entre 14 y 17 horas de sueño para los menores de tres meses (incluidas las siestas), de 12 a 16 horas para los bebés de entre cuatro y once meses, entre 11 y 14 horas para los niños de uno a dos años y unas 10-13 horas en la etapa preescolar, es decir, entre los tres y los cinco años.

Por su parte, los terrores nocturnos y las pesadillas son episodios muy comunes a lo largo de la infancia, cuya aparición difícilmente se puede controlar. Lo que sí es posible, en cualquier caso, es entender en qué se diferencian los primeros de los segundos y saber cómo actuar cuando se presentan para ayudar a los más pequeños a superarlos y evitar que dejen algún tipo de secuela, sobre todo, si estos han aparecido a raíz de la crisis sanitaria del Covid-19.

“La situaci𐿀2ón actual a la que nos hemos visto sometidos tambi𐿀3én afecta a los niño𐿀0s, causándoles incluso estrés y ansiedad al limitar sus actividades cotidianas y sus relaciones interpersonales con la familia, amigos o compañeros de la escuela y, sobre todo, al estar expuestos ante el malestar de su entorno”𐿀4, indica Marí𐿀5a Garc𐿀5ía, psicóloga de Blua de Sanitas, quien añade que todo esto puede condicionar de forma notable la calidad de su descanso.

Palabras de cariño para combatir las pesadillas

La psicóloga explica que en sus pesadillas los niños manifiestan tensiones del día a día: 𐿀1”Pueden recordar lo so𐿀0ñado de forma muy detallada, hasta el punto de creer que ha sucedido de verdad𐿀4. Su periodo de máxima aparición se produce en el rango comprendido entre los 4 y los 8 años, en lo que se conoce como 𐿀1la ‘edad de los miedos’.𐿀4 Aunque van desapareciendo con la edad de forma natural”.

Estas son algunas de las claves que aporta la especialista para abordarlas con los niños:

- Acudir en su ayuda e intentar despertarle suavemente, con palabras de cariño y caricias.

- No es necesario preguntarle sobre el contenido de la pesadilla. “Conviene dejar el tema para otro momento. Pero escucharle si necesitan hablar de ello”.

- Aclarar que se trata de una pesadilla y que está todo bien. “En caso de ser necesario, se puede realizar un repaso de la habitación abriendo el armario o mirando debajo de la cama”, añade.

- Se puede recurrir a 𐿀1soluciones má𐿀7gicas𐿀4 como productos anti-pesadillas que harán que el pequeño se sienta seguro y protegido.

Si son terrores, no hay que despertarles

Al contrario, como explica la psicóloga, los terrores nocturnos suelen tener menor frecuencia que las pesadillas y se manifiestan entre el primer año de vida y los 4 años. Otra de las diferencias radica en que, al contrario de lo que sucede con las pesadillas, se producen en la frase no REM del sueño, la cual abarca el primer tercio del tiempo dedicado al descanso.
 

 𐿀1”Nos referimos a sueñ𐿀0os ma𐿀7s v𐿀5ívidos y angustiosos”𐿀4 distingue García, quien explica que “𐿀1el sujeto permanece profundamente dormido, a pesar de llegar a tener los ojos abiertos o incluso a gritar o moverse𐿀4. La duraci𐿀2ón de estos episodios no suele superar los diez𐿀8 minutos, aunque 𐿀1es probable que se conviertan en una eternidad para los padres que acompa𐿀0ñan al peque𐿀0ño𐿀4. Adem𐿀7ás, por complicado que sea de creer, al despertar no recordará nada de lo sucedido”.

La experta recomienda seguir estos pasos ante un episodio de terrores nocturnos:

- Cuando el niño sufre este tipo de terrores no conviene despertarle.

- Es recomendable acercarse de manera suave y permanecer a su lado para evitar que se autolesione.

- Es preferible no intervenir, mantener la calma y esperar a que pase el episodio. 

- Una vez haya concluido se recomiendan los gestos cariñosos: “Mostrar empatía y afecto. Harán que se sienta reconfortado y le ayudarán a dormir de nuevo”.

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