Consejos para proteger a nuestros hijos del ciberacoso durante el confinamiento

  • Hay que potenciar su empatía y autoestima para que no inicien el acoso o en caso de sufrirlo sepan gestionarlo.
  • Hablar de forma cotidiana con ellos de las redes sociales que utilizan y quiénes son sus amistades online.
  • El ciberacoso puede producirse a cualquier hora y no importa el lugar en el que se encuentren víctima y agresor.
Una menor observa el teléfono móvil mientras estudia.
Una menor observa el teléfono móvil mientras estudia.
UNIR
Una menor observa el teléfono móvil mientras estudia.

Son los llamados, aunque sea un término discutido, ‘nativos digitales’. Los niños y adolescentes de hoy en día hacen un uso constante de internet y se benefician de sus innumerables ventajas. En estos días de confinamiento les está sirviendo para comunicarse con sus amigos y familiares, pone a su disposición innumerable información, vídeos y juegos e, incluso, les está ayudando a llevar a cabo sus tareas escolares. Sin embargo, a través de los móviles, las tablets y los ordenadores y, sobre todo, de las redes sociales, están expuestos a todo tipo de peligros reales. Entre ellos, uno de los más graves es el ciberacoso o ciberbullying, un tipo de acoso que se produce entre menores y en el que se utilizan los medios digitales para hacer daño a la víctima, conscientemente y de forma repetida en el tiempo.

¿Cómo se produce y por qué es tan grave?

La guía Controla tu red. Consejos para evitar el ciberacoso y el mal uso de internet publicada por la Policía Nacional y la Fundación Mapfre resume así sus maneras de manifestarse:

- Ataques directos: insultos, amenazas y acciones dirigidas contra otro menor.

- Rumores, publicaciones vejatorias sobre otro menor, publicado todo ello en la red.

- Suplantación de identidad, perfiles falsos, todo ello para hacer que terceros ataquen al acosado.

Las consecuencias, obviamente, siempre son muy graves para el menor acosado porque:

- La víctima no descansa: El acoso puede producirse a cualquier hora (24/7) y no importa el lugar en el que se encuentren víctima y agresor.

- Multiplica y complica el acoso: Puede verlo mucha más gente dependiendo del número de contactos que tengan víctima
y agresor.

- Se extiende más rápido: Se expande exponencialmente, cada usuario comparte con todos sus contactos a la vez. Los contenidos se pueden hacer virales e incluso dar la vuelta al mundo.

- Tarda más en olvidarse: Cualquier cosa que se suba a internet, no puede borrarse, así que funciona como un recordatorio constante.

¿Cómo prevenir el ciberacoso?

Tanto la Guía de actuación contra el ciberacoso publicada por el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO); como Internet Segura for Kids (IS4K), o lo que es lo mismo, el Centro de Seguridad en Internet para menores de edad en España aseguran que la prevención es una herramienta fundamental para padres y educadores. Gracias a ella pueden minimizarse los factores que lo favorecen (tanto en víctimas, acosadores y testigos), se facilitan instrumentos para gestionar los conflictos antes de que deriven en situaciones más graves y se proporcionan mecanismos para pedir ayuda.

Ambos organismos coinciden también en que para ayudar a los menores a prevenir es importante que los padres conozcan tanto o más que ellos el uso y, sobre todo, el funcionamiento de Internet, especialmente, de las redes sociales. Además, resaltan la importancia de la educación tanto a nivel conductual como tecnológico entre los niños y adolescentes. Estas son algunas de sus recomendaciones para prevenir el ciberacoso:

La importancia de la comunicación

Hablar cotidianamente con los menores, para estar al día de las aplicaciones, redes sociales y juegos que utilizan, quiénes son sus amistades online y qué hacen en la red. Cuando sea necesario, supervisar su actividad con las herramientas de control parental y comentarlo. Además, podemos aprovechar las noticias en los medios de comunicación, películas... para que nos hablen de los riesgos en Internet y darles buenas prácticas. 

Al respecto, Jesús María Sánchez Herrero, Presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado CEAPA, comenta en la guía: “Los niveles adecuados de comunicación no se construyen cuando se necesitan, sino que han de estar ya consolidados para que, cuando sucede algo, pueda sacársele partido, además de las bondades que tienen para la convivencia familiar y la buena relación cotidiana”.

Ser un ejemplo para ellos

Cuidar una relación de confianza con ellos para que en caso de problemas acudan a nosotros (u otro adulto de confianza) sin miedo a reacciones exageradas. Además debemos tratar de ser un modelo a seguir con nuestro comportamiento online. No podemos pedirles una responsabilidad en el uso de móviles y redes sociales que no cumplimos.

Educación en sensibilidad

Potenciar sus habilidades sociales (autoestima, empatía, autocontrol, resolución de conflictos, asertividad, espíritu crítico...) de modo que no lleguen a iniciar el acoso, o en caso de sufrirlo sepan gestionarlo y responder adecuadamente. También es fundamental en el papel de los testigos o espectadores, pues pueden reforzar el ciberacoso si comparten, dan me gusta a los mensajes, o simplemente “miran para otro lado”, pero también pueden detenerlo si no se callan, apoyan a la víctima y alzan la voz contra el agresor, llegando a denunciar ante un adulto responsable. El psicólogo Javier Urra señala en la Guía de actuación que “es importante hacerles comprender el derecho y el respecto a la víctima y ponerse en su lugar para evitar que se llegue a situaciones no solo de violencia, sino también de aislamiento de determinados menores”.

Enseñarles el valor de la información

Enseñarles a distinguir qué información es creíble, cuál no o cuál hay que mantener en cuarentena, y, cuando son emisores de información qué información es publicable y cuál no, de los riesgos de la información que se comparte e, incluso, de la seguridad física y digital. Por otra parte, también deben aprender a analizar las consecuencias de la información que se publica: "por ejemplo, un insulto a un compañero, el color de los calcetines que se llevan puestos hoy o la dirección de casa".

Cuidar la privacidad

Emplear cuentas privadas en redes sociales, limitar el número de contactos y ayudarles a configurar sus opciones de privacidad a fin de reducir la información expuesta en Internet (mensajes, fotos...), que un acosador podría utilizar para atacarles. En la misma línea, se deben evitar prácticas de riesgo: no compartir información sensible (imágenes íntimas, contraseñas, geolocalización, mensajes que pudieran perjudicarles), no aceptar como amigos a quienes no conocen en persona...

Limitar los horarios de uso

Para evitar cualquier tipo de dependencia a las redes sociales. Según el psicólogo Javier Urra "la adicción siempre ha sido un riesgo para el ser humano, por lo que hay que educar en el autodominio".

No responder a la provocación desde las redes sociales

Ayudarles a gestionar los conflictos antes de que puedan llegar a un ciberacoso. Mantener la calma y no agrandarlos con reacciones exageradas (por ejemplo respondiendo con insultos), ni con una actitud pasiva. Desde la Policía Nacional se indica que, ante una situación de ciberacoso es imprescindible no responder a las provocaciones y dejar claro que las acciones del acosador pueden ser constitutivas de delito y que se actuará en consecuencia.

Observar sus conductas

Estar atentos a cambios repentinos en los menores como brotes de agresividad, o pasividad, reacciones exageradas ante una broma, cambios en las amistades, aprensión o indiferencia en el uso de Internet... "Aunque los cambios forman parte de la adolescencia, también nos pueden dar pistas sobre posibles problemas".

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