La madre que fuma durante el embarazo puede llegar a provocar infertilidad en el bebé

Una embarazada en su revisión médica.
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Las parejas que se hayan marcado el reto de ser padres en 2014 deben tener como primer objetivo bajar de peso y dejar de fumar. Y ello porque la obesidad y el tabaco pueden influir de forma negativa a la hora de concebir un embarazo, en su desarrollo y en la salud del bebé que se está gestando.

Estudios elaborados por el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) constatan los "graves perjuicios" del tabaquismo y la obesidad y su impacto durante el embarazo, ya que la exposición prenatal al tabaco está asociada con una elevadas incidencia de malformaciones en el feto, así como hiperactividad y trastornos de comportamiento.

José Bellver, ginecólogo del IVI Valencia, y su colega de Lisboa, Sergio Soares, han mostrado el impacto del tabaco o el sobrepeso en la salud de los descendientes, en un estudio publicado en la revista Expert Review of Obstetrics & Gynecology. "Ambos son negativos para todo, afectan a nivel sistémico a todos los órganos del cuerpo y el aparato reproductivo no puede escapar", asegura Bellver.

Según su estudio, las madres que fuman más de diez cigarros al día durante el embarazo pueden provocar infertilidad en el niño en el futuro, al provocar una reducción de concentración de esperma de entre el 20 y el 40%.

En el caso de que el bebé sea del sexo femenino, el problema que puede ocasionar el consumo de tabaco en su futuro es una reserva limitada de ovocitos y subfecundidad. Aunque el tabaco está contraindicado en cualquier momento de la gestación, el periodo más crítico se concentra durante el segundo y tercer trimestre, momento en el que se produce el desarrollo neuronal del bebé.

En este sentido, estudios realizados en grupos de niños de 10 años demostraron que los pequeños cuyas madres fumaron durante este periodo gestacional presentaban irritabilidad, falta de atención y reducida respuesta a estímulos auditivos, así como retraso en el lenguaje en comparación con otros niños no expuestos al tabaco en su etapa prenatal. Además, estos bebés pueden tener en el futuro problemas a nivel de desarrollo escolar, más tendencias psicóticas en edad adulta o comportamientos antisociales.

Según Bellver, las mujeres embarazadas y las parejas en edad reproductiva "deberían abstenerse" del tabaquismo y de la exposición a la nicotina porque los riesgos para la salud de los descendientes "van más allá de los efectos a corto plazo del deterioro de la función placentaria".

También la obesidad

El sobrepeso o la obesidad puede ser también una de las dificultades para concebir, ya que las mujeres obesas tienen más trastornos de ovulación y aquellas que ovulan bien, tardan más tiempo en quedarse embarazadas, lo que lleva a muchas de ellas a hacerse tratamientos de reproducción asistida.

En este sentido, Bellver ha explicado que se les recomienda que antes de embarazarse realicen un plan de reducción de peso, ya que el riesgo de complicaciones obstétricas es "tres veces superior en obesas". Además, según el especialista, aumentan las tasas de aborto y tienen el doble de riesgo de muerte fetal que las mujeres con peso normal y de parto prematuro.

Los hijos de madres obesas pueden sufrir trastornos de aprendizaje, hiperactividad y problemas de alimentación como la anorexia o psíquicos, como la esquizofrenia. Es decir, el sobrepeso no solo tiene consecuencias en la madre, sino también en el desarrollo de la descendencia.

Esto se debe a que las condiciones en el útero materno tienen un efecto sobre la fisiología fetal conocido como "programación fetal", es decir, que el ambiente donde se desarrolla el feto condiciona su desarrollo durante su vida postnatal y adulta. Así, los hijos de madres con sobrepeso tienen un 40% más de probabilidades de padecer sobrepeso y obesidad, indica Bellver.

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